El tirano, se hizo millonario de la noche a la mañana. Fichero Político Angel Mario Ksheratto La aspiración de vivir con decoro, dignidad y en pleno goce del respeto de la gente, es el sueño truncado del sátrapa exdictador, Pablo Abner Salazar, quien a unos meses de entregar el poder (marzo del 2006) se asumió como un hombre satisfecho y dispuesto a alejarse de la vida pública. Entonces, el tirano se soltó la lengua y adujo un futuro que unas horas antes de encarar el final de su atropellador mandato, mantuvo en señal de reto: “Que venga lo que tenga qué venir”. Y le llegó. A donde quiera que se pare, por donde ponga su repudiado cuerpo, la repulsa es inmediata, generalizada; la exigencia, justa por donde se quiera ver, es que se vaya de Chiapas, que deje a los chiapanecos en paz. En el programa radiofónico “Palabra Libre” que conduce Miguel González Alonso, trajeron anteayer a colación la extensa entrevista que antes de marcharse, concedió Pablo Abner al periódico “El
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