Fichero Político Angel Mario Ksheratto Se dice que cuando don Patrocinio González era gobernador, solía decir a menudo que para los amigos, “justicia y gracia; para los demás, justicia a secas”. Ahora lo comprendemos. Ignacio Flores Montiel, acusado desde entonces de infinidad de delitos, nunca fue llevado a los tribunales para que respondiera los señalamientos. Al contrario, se le otorgaron poderes extraconstitucionales al grado que el señor llegó al extremo de utilizar uniformes e insignias militares sin haber sido soldado raso. Tales distintivos fantasmas le sirvieron para que en un momento dado, fungiera como presidente del Supremo Tribunal, Procurador de Justicia, Director de todas las policías (incluidas las municipales) y por si acaso, dicen, jefe de todas las bandas de asaltantes y asesinos de la época. La gracia de la que gozó desde entonces, llegó a su fin. Tarde, demasiado tarde, pero justo a tiempo para que su historia sirva de ejemplo para aquellos que en el pasado recien...
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