Fichero Político Angel Mario Ksheratto Las imposiciones de la dirigencia estatal del PRI están arrastrando a Chiapas a una espiral de violencia anunciada. Primero, el asesinato de uno de tantos indígenas acarreados a los mítines priístas en uno de los municipios más conflictivos de Chiapas: Oxchuc. Indiferencia de la cúpula partidista que optó por la táctica del gato: tapar con las patas el excremento. Desde ese día, la crisis no ha amainado en ese poblado. Los enfrentamientos verbales, las acusaciones y como trasfondo, el lío caciquil, la disputa de dos familias por el poder político local que llegó incluso, a las más altas esferas políticas del país sin que alguien encontrase el remedio adecuado. Anteanoche, un simple tapón en el drenaje de la cabecera municipal detonó la bomba de tiempo que todos vieron pero que nadie quiso desactivar, ya por negligencia, ya por apatía, ya por haraganería, ya por desfachatez… Varios funcionarios de medio pelo —dicen ahora las partes involucradas en
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