Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Mujeres y niños en completo estado
de indefensión ante el burdo argumento
de ser el "daño colateral" de un sistema
ineficiente, torpe y carente de sentido.
El discurso oficial y las firmas rimbombantes de acuerdos internacionales que aseguran la plena protección de los niños y mujeres, van en caída libre hacia un profundo vacío donde el debate para rescatar la esencia de los derechos universales, es detenido con la impensable y absolutista frase presidencial: “daños colaterales”. Decenas de niños muertos en una guardería, otros asesinados por tropas militares, una más, muerta en su propia casa; otros han muerto bajo la sombra del silencio —el que sugiere y ordena que “no se debe hablar mal del país”—, otros más, muertos por hambre y frío en las comunidades olvidadas por todos.
Tres mujeres detenidas ilegalmente, acusadas de haber secuestrado a un comando de fortachones policías, armados hasta debajo de la lengua. Al secuestro también se le conoce como privación ilegal de la libertad… No tenemos entonces, dudas para afirmar que las tres mujeres acusadas falsamente de haber retenido a los súper policías, estuvieron más de tres años secuestradas por el Estado mismo. Los derechos de aquellos niños, víctimas de un sistema atolondrado, ineficaz y rudo y los de las mujeres recientemente liberadas, han sido vulgarmente vapuleados, llevados a menos por una filosofía tajante, estulta y carente de sentido.
No alcanzamos a comprender cómo, el Gobierno Federal quiere poner limitaciones unilaterales a tratados y convenios celebrados en beneficio de las mujeres; en el caso de Jacinta Marcial, Alberta Alcántara y Teresa González, la PGR anuló el reconocimiento explícito que México firmó ante la ONU con respecto a la libertad fundamental de éstas, bajo un argumento francamente estúpido: secuestrar a varios policías. Increíble. Tres mujeres en condiciones físicas notoriamente inferiores a la complexión y entrenamiento de los gorilas oficiales, no pudieron haber cometido tal hazaña. Ni que hubiesen sido las “Chicas Súperpoderosas”.
En éste caso, no basta con el tantas veces pronunciado “Usted disculpe”. Para resarcir los daños no colaterales infringidos contra las tres inocentes mujeres, debe existir la imposición de penas severas contra quienes, al amparo de un cargo público, discriminaron, detuvieron, acusaron, sentenciaron a sabiendas que los cargos fueron inventados al vapor. Más aún, debe, el Gobierno Federal, pagar una indemnización a ellas y sus familias, pues durante casi cuatro años, hicieron gastos no previstos en su precaria economía familiar. México no puede quedarse al margen de los convenios internacionales que obligan a reparar el daño en todas sus formas y modalidades.
Las decenas de niños muertos por negligencia —y vueltos a matar por la complicidad de las autoridades con sus verdaderos asesinos— en Hermosillo, Sonora, también han sido llevados al terreno de la inmoralidad, los derechos de ellos, los que no alcanzaron a salir vivos. La protección y cuidados especiales a que tenían derecho, simplemente están siendo borrados con promesas y engaños, mentiras y falsedades. Igual, los dos asesinados por el Ejército durante una supuesta —“montada”, dicen los padres de los menores— refriega con criminales.
El mismo Comandante en Jefe del Ejército que además, trabaja como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, se ha vestido con ropas celestiales para dar la absolución oficial a quienes dispararon contra una familia completa, indefensa, desarmada, inocente, pues. Ningún derecho de los niños ha sido respetado; no se ha garantizado para ellos, la obligación de la justicia.
Y qué decir de Paulette. Es el caso más estremecedor por las circunstancias que rodean el asunto. De una desaparición a cortina de humo para ocultar malos procederes; luego, la verdad hecha mentira y la mentira como verdad oficial. Hoy, el fracaso de las autoridades del Estado de México en la investigación, es arma poderosa para hacer retroceder al gobernador del EDOMEX en su ambición para acceder a la Presidencia de la República. Paulette, sin derecho a que se conozca la verdad de su muerte. Paulette, sin posibilidad de trascender como una víctima de la falta de cuidado especial de sus padres que siguen siendo los principales sospechosos y que sin embargo, parece que serán exonerados. En éste país, mujeres y niños, desprotegidos, llevados al estatus de “daño colateral”, de “casos aislados”. Inmoral, inaceptable. Pero eso sí, los discursos, excelentes, bonitos. ¿A dónde iremos a parar?
Tarjetero
*** Nueve de cada diez priístas con cargo de dirigentes en el CDE del PRI, están en desacuerdo con la presidenta de ese Instituto, Arely Madrid Tovilla. Si la señora tuviese una pizca de dignidad y mucho de vergüenza, ya hubiese renunciado. Pero parece ser que la ambición le gana. Las mujeres militantes, como principales víctimas de los abusos de una lideresa sin la menor intención de hacer bien las cosas. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Mujeres y niños en completo estado
de indefensión ante el burdo argumento
de ser el "daño colateral" de un sistema
ineficiente, torpe y carente de sentido.
Para Juvi,
para que siempre exista,
para que nunca falte,
para que lejos camine,
para que perennemente vuelva,
para que cumpla… muchos años.
para que siempre exista,
para que nunca falte,
para que lejos camine,
para que perennemente vuelva,
para que cumpla… muchos años.
El discurso oficial y las firmas rimbombantes de acuerdos internacionales que aseguran la plena protección de los niños y mujeres, van en caída libre hacia un profundo vacío donde el debate para rescatar la esencia de los derechos universales, es detenido con la impensable y absolutista frase presidencial: “daños colaterales”. Decenas de niños muertos en una guardería, otros asesinados por tropas militares, una más, muerta en su propia casa; otros han muerto bajo la sombra del silencio —el que sugiere y ordena que “no se debe hablar mal del país”—, otros más, muertos por hambre y frío en las comunidades olvidadas por todos.
Tres mujeres detenidas ilegalmente, acusadas de haber secuestrado a un comando de fortachones policías, armados hasta debajo de la lengua. Al secuestro también se le conoce como privación ilegal de la libertad… No tenemos entonces, dudas para afirmar que las tres mujeres acusadas falsamente de haber retenido a los súper policías, estuvieron más de tres años secuestradas por el Estado mismo. Los derechos de aquellos niños, víctimas de un sistema atolondrado, ineficaz y rudo y los de las mujeres recientemente liberadas, han sido vulgarmente vapuleados, llevados a menos por una filosofía tajante, estulta y carente de sentido.
No alcanzamos a comprender cómo, el Gobierno Federal quiere poner limitaciones unilaterales a tratados y convenios celebrados en beneficio de las mujeres; en el caso de Jacinta Marcial, Alberta Alcántara y Teresa González, la PGR anuló el reconocimiento explícito que México firmó ante la ONU con respecto a la libertad fundamental de éstas, bajo un argumento francamente estúpido: secuestrar a varios policías. Increíble. Tres mujeres en condiciones físicas notoriamente inferiores a la complexión y entrenamiento de los gorilas oficiales, no pudieron haber cometido tal hazaña. Ni que hubiesen sido las “Chicas Súperpoderosas”.
En éste caso, no basta con el tantas veces pronunciado “Usted disculpe”. Para resarcir los daños no colaterales infringidos contra las tres inocentes mujeres, debe existir la imposición de penas severas contra quienes, al amparo de un cargo público, discriminaron, detuvieron, acusaron, sentenciaron a sabiendas que los cargos fueron inventados al vapor. Más aún, debe, el Gobierno Federal, pagar una indemnización a ellas y sus familias, pues durante casi cuatro años, hicieron gastos no previstos en su precaria economía familiar. México no puede quedarse al margen de los convenios internacionales que obligan a reparar el daño en todas sus formas y modalidades.
Las decenas de niños muertos por negligencia —y vueltos a matar por la complicidad de las autoridades con sus verdaderos asesinos— en Hermosillo, Sonora, también han sido llevados al terreno de la inmoralidad, los derechos de ellos, los que no alcanzaron a salir vivos. La protección y cuidados especiales a que tenían derecho, simplemente están siendo borrados con promesas y engaños, mentiras y falsedades. Igual, los dos asesinados por el Ejército durante una supuesta —“montada”, dicen los padres de los menores— refriega con criminales.
El mismo Comandante en Jefe del Ejército que además, trabaja como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón Hinojosa, se ha vestido con ropas celestiales para dar la absolución oficial a quienes dispararon contra una familia completa, indefensa, desarmada, inocente, pues. Ningún derecho de los niños ha sido respetado; no se ha garantizado para ellos, la obligación de la justicia.
Y qué decir de Paulette. Es el caso más estremecedor por las circunstancias que rodean el asunto. De una desaparición a cortina de humo para ocultar malos procederes; luego, la verdad hecha mentira y la mentira como verdad oficial. Hoy, el fracaso de las autoridades del Estado de México en la investigación, es arma poderosa para hacer retroceder al gobernador del EDOMEX en su ambición para acceder a la Presidencia de la República. Paulette, sin derecho a que se conozca la verdad de su muerte. Paulette, sin posibilidad de trascender como una víctima de la falta de cuidado especial de sus padres que siguen siendo los principales sospechosos y que sin embargo, parece que serán exonerados. En éste país, mujeres y niños, desprotegidos, llevados al estatus de “daño colateral”, de “casos aislados”. Inmoral, inaceptable. Pero eso sí, los discursos, excelentes, bonitos. ¿A dónde iremos a parar?
Tarjetero
*** Nueve de cada diez priístas con cargo de dirigentes en el CDE del PRI, están en desacuerdo con la presidenta de ese Instituto, Arely Madrid Tovilla. Si la señora tuviese una pizca de dignidad y mucho de vergüenza, ya hubiese renunciado. Pero parece ser que la ambición le gana. Las mujeres militantes, como principales víctimas de los abusos de una lideresa sin la menor intención de hacer bien las cosas. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com