Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Durante la dictadura, mientras miles de
niños acudían a escuelas derruidas, el
entonces director de COCOES, viajaba
por todo el mundo.
Pretextando falta de recursos públicos para el funcionamiento del Instituto de la Infraestructura Física Educativa del Estado de Chiapas (IIFEECH) la dirección de la dependencia, citó a 57 supervisores de obra para hacerles un planteamiento insólito: deberían dar sus propios automóviles en comodato a favor del IIFEECH para poder cumplir con las exigencias de trabajo en las escuelas al interior del estado. A cambio, la institución se comprometía a costear los gastos de refacciones, llantas, seguro y gasolina, independientemente de los viáticos, sueldos y prestaciones de ley para los empleados. Estos aceptaron y al principio, todo fue miel sobre hojuelas. Una investigación al interior de la dependencia arrojó resultados sorprendentes; el IIFEECH, anteriormente fue conocido como Comité de Construcción de Escuelas (COCOES), la institución que fue utilizada por Pablo Abner Salazar para encarcelar a éste columnista, tras revelar los actos de corrupción que entonces llevaban a cabo quienes estaban al frente de ésta. El tiempo nos dio la razón.
Cuando el exdictador dejó el cargo y con él, los funcionarios de COCOES, dejaron prácticamente desmantelada a la institución. De decenas de camionetas, las pocas que quedaron al servicio de los trabajadores, estaban en pésimas condiciones. Algunas fueron dejadas en calidad de cascarón. Como recordaremos, Carlos Alberto Cruz Coutiño, exdirector de esa dependencia, fue duramente cuestionado por los excesivos actos de corrupción que cometió en detrimento de esa institución; por los años en que la dictadura pablista estaba en su apogeo, las escuelas rurales estaban en condiciones sumamente precarias. La inversión que entonces se dijo, se habría hecho, fue una farsa.
El saqueo, desmesurado y escandaloso. Nadie podía decir nada porque lo pagaba con cárcel. Mientras, Carlos Cruz Coutiño, se gastaba el dinero del erario en viajes al extranjero, como el realizado a las ciudades de Piero y Tesalónica, en Grecia. Ahora, las consecuencias de ese descomunal robo, saltan a la vista.Desde el 16 de febrero de éste año, Francisca Virginia Gallegos Coutiño (aparentemente, familiar del anterior titular de esa dependencia, Carlos Cruz Coutiño) tomó el cargo de Jefa de la Unidad Administrativa de lo que ahora es el IIFEECH. Su misión: acosar laboralmente a los empleados, negándoles los pagos salariales (tres meses estuvieron sin cobrar un solo centavo) y negándose, hasta hoy, a pagar viáticos, gasolina, llantas, refacciones y lo correspondiente al comodato de vehículos particulares.
La señora Gallegos Coutiño, no ha presentado a los 57 supervisores afectados, más argumento que el de haber llegado a ocupar el cargo bajo la recomendación de Samuel Córdoba Toledo, Secretario de la Función Pública, dependencia encargada de prevenir y corregir la corrupción. ¡Vaya! Una funcionaria de poca monta, con buenas recomendaciones. Increíble. Eso ha bastado para que incumpla con un compromiso contraído por la dirección del IIFEECH.Pero eso sí, a los supervisores les están obligando a seguir con la rutina de trabajo; es decir, utilizar sus propios vehículos, gastar su salario en gasolina para un trabajo oficial, adquirir llantas, refacciones y toda esa cosa.
De no hacerlo, corren el riesgo de ser despedidos, según se han quejado en un documento enviado a Fichero Político. Por si fuera poco, recientemente, la señora Gallegos Coutiño, obligó a los trabajadores a firmar por adelantado su renuncia ¡en una hoja en blanco! Es una abierta violación al derecho laboral. Sobre eso, está haciendo nuevas contrataciones y ¿adivine qué? Está contratando a familiares, amigos, compadres…
“Es por esto que acudimos a usted para hacerle un llamado al Gobernador o a quien tenga que tomar cartas en el asunto, para que nuestra petición y nuestras condiciones de trabajo se mejoren; estamos trabajando bajo una fuerte presión. Tenemos que aguantar trabajos hasta altas horas de la madrugada, viajar en vehículos en mal estado, corriendo peligro no solo en tener un accidente, sino de arriesgar nuestras vida y nuestros vehículos se están deteriorando aun mas; no estamos pidiendo las perlas de la Virgen pero sí, que nuestras condiciones laborales se mejoren, y que a ésta señora, se le haga ver que todos estamos trabajando por necesidad, porque tenemos esposa e hijos que mantener y que bajo estas condiciones, no podemos llevar el alimento y sustento a nuestros hogares”, dicen los afectados en una misiva enviada a Fichero Político.
¿Cuál es en sí el argumento válido para que dicha funcionaria actúe de esa manera? ¿Qué los trabajadores están al margen de la ley? ¿Qué no tienen derecho a reclamar lo que por ley les corresponde? ¿Qué se busca erradicar la corrupción? Esperemos que el asunto se solucione.
Tarjetero
*** Los violentos hechos en el municipio de Las Margaritas, de donde se derivó el desafuero inmediato del diputado Miguel Ángel Vázquez Hernández, tienen otro nombre, el de un oscuro personaje que sirvió de títere en la dictadura de Pablo Abner Salazar: Rafael Guillén Domínguez, ex presidente del Congreso del Estado. Así que si los legisladores quieren otro momentico de gloria, ahí está el alcalde que, según testimoniales, fue quien ordenó el primer ataque contra los inconformes. *** El caso del involucramiento de Manuel Sobrino con la asociación delictuosa entre Pablo, Josean y los prestanombres Álvarez Puga, empieza a tomar un rumbo desconcertante. Según una fuente digna de crédito, éste podría ser llamado para indagar más sobre el asunto. Y podría ser en calidad de indiciado, dicen. Eso afectaría su candidatura para la alcaldía de Tuxtla. Estaremos pendientes. *** Que el dictamen del caso Paulette, finalmente es que fue un lamentable accidente. Ni quién les crea. Por ejemplo, se asegura que el cuerpo no soltó el característico olor a muerte, porque Paulette, horas antes de morir, se comió una hamburguesa sin grasa. ¡Que se los crea Peña Nieto! *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Durante la dictadura, mientras miles de
niños acudían a escuelas derruidas, el
entonces director de COCOES, viajaba
por todo el mundo.
Pretextando falta de recursos públicos para el funcionamiento del Instituto de la Infraestructura Física Educativa del Estado de Chiapas (IIFEECH) la dirección de la dependencia, citó a 57 supervisores de obra para hacerles un planteamiento insólito: deberían dar sus propios automóviles en comodato a favor del IIFEECH para poder cumplir con las exigencias de trabajo en las escuelas al interior del estado. A cambio, la institución se comprometía a costear los gastos de refacciones, llantas, seguro y gasolina, independientemente de los viáticos, sueldos y prestaciones de ley para los empleados. Estos aceptaron y al principio, todo fue miel sobre hojuelas. Una investigación al interior de la dependencia arrojó resultados sorprendentes; el IIFEECH, anteriormente fue conocido como Comité de Construcción de Escuelas (COCOES), la institución que fue utilizada por Pablo Abner Salazar para encarcelar a éste columnista, tras revelar los actos de corrupción que entonces llevaban a cabo quienes estaban al frente de ésta. El tiempo nos dio la razón.Cuando el exdictador dejó el cargo y con él, los funcionarios de COCOES, dejaron prácticamente desmantelada a la institución. De decenas de camionetas, las pocas que quedaron al servicio de los trabajadores, estaban en pésimas condiciones. Algunas fueron dejadas en calidad de cascarón. Como recordaremos, Carlos Alberto Cruz Coutiño, exdirector de esa dependencia, fue duramente cuestionado por los excesivos actos de corrupción que cometió en detrimento de esa institución; por los años en que la dictadura pablista estaba en su apogeo, las escuelas rurales estaban en condiciones sumamente precarias. La inversión que entonces se dijo, se habría hecho, fue una farsa.
El saqueo, desmesurado y escandaloso. Nadie podía decir nada porque lo pagaba con cárcel. Mientras, Carlos Cruz Coutiño, se gastaba el dinero del erario en viajes al extranjero, como el realizado a las ciudades de Piero y Tesalónica, en Grecia. Ahora, las consecuencias de ese descomunal robo, saltan a la vista.Desde el 16 de febrero de éste año, Francisca Virginia Gallegos Coutiño (aparentemente, familiar del anterior titular de esa dependencia, Carlos Cruz Coutiño) tomó el cargo de Jefa de la Unidad Administrativa de lo que ahora es el IIFEECH. Su misión: acosar laboralmente a los empleados, negándoles los pagos salariales (tres meses estuvieron sin cobrar un solo centavo) y negándose, hasta hoy, a pagar viáticos, gasolina, llantas, refacciones y lo correspondiente al comodato de vehículos particulares.
La señora Gallegos Coutiño, no ha presentado a los 57 supervisores afectados, más argumento que el de haber llegado a ocupar el cargo bajo la recomendación de Samuel Córdoba Toledo, Secretario de la Función Pública, dependencia encargada de prevenir y corregir la corrupción. ¡Vaya! Una funcionaria de poca monta, con buenas recomendaciones. Increíble. Eso ha bastado para que incumpla con un compromiso contraído por la dirección del IIFEECH.Pero eso sí, a los supervisores les están obligando a seguir con la rutina de trabajo; es decir, utilizar sus propios vehículos, gastar su salario en gasolina para un trabajo oficial, adquirir llantas, refacciones y toda esa cosa.
De no hacerlo, corren el riesgo de ser despedidos, según se han quejado en un documento enviado a Fichero Político. Por si fuera poco, recientemente, la señora Gallegos Coutiño, obligó a los trabajadores a firmar por adelantado su renuncia ¡en una hoja en blanco! Es una abierta violación al derecho laboral. Sobre eso, está haciendo nuevas contrataciones y ¿adivine qué? Está contratando a familiares, amigos, compadres…
“Es por esto que acudimos a usted para hacerle un llamado al Gobernador o a quien tenga que tomar cartas en el asunto, para que nuestra petición y nuestras condiciones de trabajo se mejoren; estamos trabajando bajo una fuerte presión. Tenemos que aguantar trabajos hasta altas horas de la madrugada, viajar en vehículos en mal estado, corriendo peligro no solo en tener un accidente, sino de arriesgar nuestras vida y nuestros vehículos se están deteriorando aun mas; no estamos pidiendo las perlas de la Virgen pero sí, que nuestras condiciones laborales se mejoren, y que a ésta señora, se le haga ver que todos estamos trabajando por necesidad, porque tenemos esposa e hijos que mantener y que bajo estas condiciones, no podemos llevar el alimento y sustento a nuestros hogares”, dicen los afectados en una misiva enviada a Fichero Político.
¿Cuál es en sí el argumento válido para que dicha funcionaria actúe de esa manera? ¿Qué los trabajadores están al margen de la ley? ¿Qué no tienen derecho a reclamar lo que por ley les corresponde? ¿Qué se busca erradicar la corrupción? Esperemos que el asunto se solucione.
Tarjetero
*** Los violentos hechos en el municipio de Las Margaritas, de donde se derivó el desafuero inmediato del diputado Miguel Ángel Vázquez Hernández, tienen otro nombre, el de un oscuro personaje que sirvió de títere en la dictadura de Pablo Abner Salazar: Rafael Guillén Domínguez, ex presidente del Congreso del Estado. Así que si los legisladores quieren otro momentico de gloria, ahí está el alcalde que, según testimoniales, fue quien ordenó el primer ataque contra los inconformes. *** El caso del involucramiento de Manuel Sobrino con la asociación delictuosa entre Pablo, Josean y los prestanombres Álvarez Puga, empieza a tomar un rumbo desconcertante. Según una fuente digna de crédito, éste podría ser llamado para indagar más sobre el asunto. Y podría ser en calidad de indiciado, dicen. Eso afectaría su candidatura para la alcaldía de Tuxtla. Estaremos pendientes. *** Que el dictamen del caso Paulette, finalmente es que fue un lamentable accidente. Ni quién les crea. Por ejemplo, se asegura que el cuerpo no soltó el característico olor a muerte, porque Paulette, horas antes de morir, se comió una hamburguesa sin grasa. ¡Que se los crea Peña Nieto! *** Luego nos leemos.
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