René y Dolores, del escándalo al poder partidista. Fichero Político Angel Mario Ksheratto Aferrados a su vieja tradición de culpar a sus adversarios de sus yerros y fracasos, los perredistas por fin lograron componer una dirigencia híbrida, casi surrealista pero eso sí, excesivamente expresiva y notoriamente carente de unidad de criterios; por un lado, un viejo comunista respetado y respetable que apoya la fusión de la izquierda con la derecha y por otro, una mujer de enredos con la corrupción, enemiga natural de la derecha, dispuesta a ejercer la supremacía del Consejo Nacional perredista para no aliarse con el PAN en las elecciones del Estado de México, clave para la sucesión presidencial del 2012. Dolores Padierna, que hizo honor a su nombre cuando su marido (René Bejarano) fue hecho prisionero por actos de corrupción, ha sido clara desde ayer: no hará caso al resultado de la consulta en el EDOMEX e impondrá la determinación del CN para evadir la fusión; Jesús Zambrano
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