Fichero Político Angel Mario Ksheratto Cómplice y compadre del dictador Pablo Salazar, piensa que es "moda" pedir juicio político contra su aliado. “…estamos cerca de la gente y atenderemos sus peticiones”; pareciera una frase digna, la expresión de un hombre apreciado por sus virtudes y talento. Pero no, es la tímida perorata de un senador fracasado que ha visto la exigencia generalizada de investigar el saqueo y excesos de Pablo Salazar como una moda a la que se deben unir aún sus cómplices, como si con ello pudieran escapar de sus responsabilidades, directas e indirectas. Cargado de cinismo, Rubén Velásquez, el “prohombre” de la dictadura que fue derrotado en las urnas por el que siempre consideró “un niño”, se resbala y se bate de excreciones en una especie de aval y defensa de la tiranía pablista a la que no defiende explícitamente pero en cambio, la implica en hechos que van más allá de lo que ya tenemos pleno conocimiento: Pablo, sus hermanos y cómplices, se sirvieron
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