Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Hace unos días se dio conocer un novedoso programa de seguridad pública denominado “Taxista Vigilante”; la medida no puede ser menos que aplaudida puesto que la delincuencia común de pronto agarra sus etapas en que se desboca y provoca un verdadero caos. La escueta información oficial al respecto ofrece pautas para creer que existe una real preocupación de los interesados en ese tema, pero hasta ahí nos quedamos. Nunca se difundió una especie de reglamento, una normativa que rija el trabajo ad honorem (suponemos que así debe ser) de los taxistas que se involucren en el combate a la delincuencia y, también suponemos, otras cuestiones que pudieran afectar a la sociedad. Una buena iniciativa que sin embargo, a falta de criterios definidos, empieza a ser un dolor de cabeza para los ciudadanos. Le voy a decir por qué.
Hace unos cinco de días, abordé un taxi del centro de la Ciudad al Domo del Isstech, hasta donde la cuota –por disposición abusiva y arbitraria de los pulpos del transporte público– ya es de 25 pesos. Al pagar al taxista, exigió la cantidad de 35 pesos, argumentando pertenecer al dichoso programa. Pedí que me mostrase un documento que lo acreditara como tal y desde luego, el decreto de ley que amparara su exigencia. Obviamente no pudo acreditar su pedido y tuve qué mandarlo por un tubo sin darle un quinto más. A esto voy a agregar lo que sucedió a una amiga en un taxi que abordó en Soriana: Ella y su esposo, recién casados por cierto, expresaban sus sentimientos a besos. El taxista paró una patrulla y los acusó de “faltas a la moral”. Afortunadamente, los policías que cubrieron la “emergencia”, entendieron a la pareja y los dejaron libres. Obviamente, el taxista dijo pertenecer al programa “Taxista Vigilante”. Un caso más: Sobre el libramiento norte, un taxista vio que el conductor de una camioneta blanca no se abrió lo suficiente para doblar por una calle lateral, subiéndose unos centímetros sobre la banqueta y la persiguió hasta el destino de ésta. El pasajero, amigo mío, se sorprendió que lo sacaran de su ruta, aún cuando llevaba prisa. Por la radio, el taxista pidió apoyo a otros colegas suyos y se armó el escándalo. El “infractor” resultó ser una señora que, ni iba borracha, ni habría asaltado a nadie, como, según contó el pasajero, presumió el taxista.
Ahora bien, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, se comprometió ayer a escuchar las quejas y sancionar a los taxistas que incurran en abusos de esa y otra naturaleza bajo el pretexto de dicho programa. No está autorizado ningún pago extra ni para ese programa ni por otra razón. De ahí que si a usted le cobra de más un taxista, tome su número de placa, su número económico y denúncielo. Las autoridades se han comprometido a actuar y eso esperamos sinceramente. Ya suficiente tenemos con tanto ratero, como para que ahora, amparados en un programa, estos sujetos nos roben. Por ninguna razón le deben cobrar de más.
De forestal a deportista
Hace unos días publicamos en éste espacio el desvío de más de un millón y medio de pesos en la Comisión Forestal de la Secretaría de Desarrollo Rural. Se mencionó entonces a Manlio Moguel Flores, quien fungió como director de ésa área que a la verdad, no pudo controlar un solo incendio. Pues resulta que este mismo personaje está siendo señalado en el Instituto del Deporte como quien acosa, persigue, amenaza y despide injustificadamente al personal. La prepotencia de Moguel Flores, trascendió ayer mismo, ha llegado al extremo de gritar en público a las secretarias y al resto del personal, acusándolos de ser “pablistas”, cuando él trabajó para esa corrupta administración con resultados que en su momento dimos a conocer y lo que es peor, que él ha quedado en la administración sabinista como uno más de los pablistas indeseables en el servicio público.
Desconocemos si Martita Flores lo llevó a ese cargo (lo cual constituiría una deslealtad a Juan Sabines) o si ya lo encontró ahí. Cualesquiera que sean las razones, los abusos de éste personaje son graves y deben ser frenados cuanto antes. Y más, si se toma en cuenta que está ahí como Director de Planeación. Antes de haberlo contratado o recontratado, se debió investigar su pasado en la Comisión Forestal o por lo menos, que explique bien a bien, dónde quedó el dinero del que es acusado. Este espacio estará abierto para sus explicaciones. No entendemos cómo, alguien bajo sospecha sigue en una administración comprometida con la transparencia. Y menos entendemos cómo el señor en mención, trata con extremo despotismo a los trabajadores. Según los empleados del Instituto del Deporte, es Moguel quien ordenó una serie de medidas para que nadie pueda hablar con la directora de esa institución. Qué grave.
Tarjetero
*** No es ningún escritor de renombre, pero se asume como tal; fue pablista de hueso colorado y ahora se hace llamar sabinista convencido. Se trata de Jorge Mandujano, quien se ha dedicado a obstaculizar el trabajo del personal de “staff” del gobernador, llegando incluso a poner a Ponce y Luna, como unos completos incompetentes, cuando es el mismo Mandujano quien dice a la ineficiente mujer que recibe las audiencias a quién sí y a quién no debe dejar pasar con el secretario particular. Y es que de la primer mesita a la entrada de las oficinas de Juan sabines, nadie pasa si no lo decide Mandujano y la señora que ahí labora. En otras palabras, los pablistas quieren seguir haciendo de las suyas. Ojalá se den cuenta a tiempo. *** Este primero de marzo, “Palabra Libre”, programa radiofónico producido por Alfonso Carbonell y conducido por Miguel González Alonso, saldrá formalmente al aire. La capacidad de los dos talentosos periodistas chiapanecos, asegura una tribuna abierta para todos los ciudadanos. Celebramos el proyecto de Alfonso y Miguelón porque aparte de distinguirnos con su invaluable amistad, son dos comunicadores responsables y comprometidos con la sociedad, y lo celebramos porque, por primera vez en la historia de Chiapas, un medio oficial se abre a dos voces críticas. *** Luego nos leemos.
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