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Incongruencias y abusos de la izquierda

MCS, de comisionado para la paz, a promotor de una guerra interna. Fichero Político Angel Mario Ksheratto Al PRD se le hizo bolas el engrudo; por un lado, Manuel Camacho Solís podría anunciar éste miércoles, en la ciudad de México, el resultado de la encuesta que daría como virtual candidata a la senadora María Elena Orantes López. A la par, el minimizado dirigente del Partido de la Revolución Democrática, Luis Raquel Cal y Mayor Franco, anunció que lanzaría la convocatoria para la inscripción de candidatos a la gubernatura, entre el 7 y el 11 de éste mes. Todo un enredo violatorio de las normas electorales. Y faltas absolutas de respeto a los acuerdos contraídos en su momento. Por ejemplo, el de reunirse, todos los aspirantes para determinar el método de selección de candidatos. Habrían acordado con Manuel Camacho Solís que en dicha reunión, acordarían la metodología, el margen de error, el universo de encuestados, las preguntas a realizarse y los lugares donde se llevaría

¿Una Josefina para México?

Triunfo indiscutible, pese a Calderón. Fichero Político Angel Mario Ksheratto En medio de acusaciones de malas mañas, los panistas por fin dejaron salir el humo azul de su chimenea: Josefina Vásquez Mota —que se había convertido en el blanco de los ataques de Creel y Cordero— resultó indiscutible ganadora de la contienda interna; era de esperarse si se atenían a lo que las expectativas pintaban. Lo contrario hubiese terminado en un fiasco que habría dejado al presidente Calderón como un político antidemocrático y a la ahora fallida candidatura de Ernesto Cordero, como una imposición inaceptable. La reyerta, entonces, quedó atrás; no podemos regatear a los otros dos contendientes el espíritu democrático que mostraron al acudir a levantarle la mano a su adversaria vencedora. Civilidad. Cierto, fueron muy civilizados, acto que en el PRD es impensable y en el PRI, habría desatado a todos los demonios. Aplauso por ello. Ahora bien, lo que viene es lo que cuenta. Josefina Vásque

PAN, el partido amoroso

Un debate desangelado, tibio, sin propuestas. Fichero Político Angel Mario Ksheratto Simplemente, no aportaron nada a la maltrecha cultura política mexicana; los tres precandidatos de Acción Nacional se instalaron en el subterfugio de una fingida camaradería que por ratos, intentó ser disuelta por Ernesto Cordero que a la larga, quedó como el chamaco malcriado que culpa a sus hermanitos de sus travesuras. Un debate igual de tedioso que una misa cantada por un curita anciano. Nada sobresaliente. Ni siquiera las exaltadas entradas de Santiago Creel que en cuestión de segundos, bajaba el tono hasta parecer un monje sin monasterio. Y de Josefina Vásquez, ni se diga. Calló ante las patanerías de Cordero y se ciñó a un guión preestablecido que no tardó en volverse monótono y cansino. De los temas nacionales, de cómo combatir la inseguridad y la extrema violencia; de qué hacer para abatir los índices de pobreza y marginalidad y qué programas para mejorar la desastrosa educación,