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Angel Mario
Ksheratto
La
pretensión de reelegir a todos los alcaldes de MORENA para el periodo 2021-2024,
poco a poco se va diluyendo; a más de un año de haber asumido el cargo, éstos
han cortado cualquier posibilidad para acceder a un segundo periodo, amén de
otros factores de peso que los ubican fuera de la mirada del electorado que
muestra un hartazgo prematuro y justificado, por el retroceso que ha
significado la agonizante Cuarta Transformación.
En los
municipios de Chiapas donde el partido oficial gobierna, las cosas no han ido
bien. Ante la parálisis financiera derivada de la mala planeación, los ediles
han optado por justificar el fracaso con una falsa austeridad que se refleja en
los malos resultados y los gastos onerosos.
En las cuatro
ciudades más importantes de Chiapas, los alcaldes y la alcaldesa, no han podido
remontar la inercia del fallido cambio, tratando de improvisar medidas que afectan
a la sociedad y en el peor de los casos, han mostrado un comportamiento errático,
prepotente y con claros tintes de corrupción que hacen pensar que el discurso
del “cambio”, solo ha sido un engaño para mantener el estatus corrupto que
tanto criticaron y prometieron combatir.
Solo en
Tuxtla Gutiérrez, el alcalde Carlos Orsoe Morales Vázquez, ha montado un
gobierno contrario a los intereses de los ciudadanos y a contracorriente de las
intenciones del Gobierno del Estado y el debilitado discurso del presidente
López, que al final, será el principal afectado del fracaso de los alcaldes,
los diputados locales, los federales y los senadores.
No hay, en
las acciones de Morales Vázquez, una sola que no lleve el sello de la
corrupción. Los negocios con la escasa obra pública, los inocultables convenios
bajo la mesa con PROACTIVA-VEOLIA, los contratos leoninos con empresas afines a
su administración y la protección de convenios amañados entre particulares y el
Ayuntamiento, son claras muestras de la suciedad en que se mueve, junto con un
reducido grupo de cómplices.
Ello ha
abonado en contra de su posible reelección, a menos que los recursos públicos
desviados hasta hoy, se estén reservando para un monstruoso fraude electoral en
las elecciones del 2021, lo cual podría no ser una idea descabellada, si se
recuerda el historial fraudulento de Carlos Orsoe.
También ha
adelantado los tiempos electorales y ha agilizado la perspectiva de quienes
tienen intenciones de presentarse como candidatos a reemplazar a una
administración grosera, inútil, ineficiente, torpe y desordenada. De tal manera
ha fallado MORENA, que ni ése partido ni el resto de organizaciones políticas,
están en el imaginario colectivo, lo que dificulta la construcción de una
plataforma partidista capaz de derrotar a una autoridad fracasada.
Aunque las
candidaturas independientes son nuevas, la experiencia en las elecciones
recientes, abrió la posibilidad de convertirse en opciones viables, más allá de
los partidos políticos que en Chiapas, están prácticamente desaparecidos,
perturbadoramente desprestigiados y sin dirigencias capaces de aglutinar a sus
propios correligionarios. El PRI es el mejor (o quizá debamos decir “el peor”)
ejemplo de la descomposición del sistema de partidos.
En ese
contexto, figuras públicas que han tenido poco que ver con las instituciones
políticas, empiezan a surgir como alternativas reales e incluso, políticos de
carrera larga dentro de algún partido, han empezado a deslindarse de éstos para
buscar una oportunidad desde las candidaturas independientes.
Con esto queda
claro que los malos resultados de los políticos en la administración pública,
han arrastrado a los partidos a la ruina y esa ruina, ha alentado a que desde
la ciudadanía, surjan prospectos interesantes.
Si revisamos
el perfil de quienes buscan la presidencia municipal de Tuxtla, hay dos
personajes que saltan a la vista: Manuel Sobrino y Jorge Martínez, quienes en
los últimos años, han venido construyendo un proyecto que se antoja distinto e
interesante, pero que en el proceso electoral pasado, no tuvieron éxito, debido
al factor AMLO, que de una y mil maneras (incluyendo pactos sucios bajo la mesa
con el exgobernador Manuel Velasco Coello), logró imponer a sus candidatos que,
como se ha dicho, hoy son factor para una derrota estrepitosa de MORENA.
Habrá que
estar pendientes de Sobrino y Martínez y de quienes vayan surgiendo porque,
seguramente, tendrán la oportunidad de demostrar que la sociedad civil, está
harta de partidos y políticos tradicionales y corruptos.
Transitorio
La
presidenta de la Comisión de Vigilancia del Congreso, Laura Basurto, ha
advertido que ningún alcalde corrupto quedará impune; incluso, dijo tener una
lista de los que ya están en la mira. Suena bien. El asunto es si Uriel Estrada
Martínez, coopera con la causa y no hace de ello, un negocio lucrativo, como ya
ha sucedido en los meses pasados. Estaremos pendientes.