Artículo
Único
Angel Mario Ksheratto
Angel Mario Ksheratto
La incapacidad de Álvaro Robles, es notoria. |
El
transporte público en Chiapas, es un caos absoluto. Cada transportista, cada
combitero o taxista, cobra lo que se le viene en gana, argumentando el aumento
en el precio de la gasolina. Y tienen, en cierto modo, razón. Se les
comprendiera y apoyara, si el cobro fuera justo. Pero no. En el caso de los
taxistas, por ejemplo, cobran hasta cien pesos de la Diana Cazadora (entrada
oriente) a Terán (casi en el extremo poniente de la ciudad), lo cual, es un
clarísimo abuso, un exceso abominable y por tanto, inaceptable.
Los últimos
tres secretarios y el actual —cuya inexperiencia en la administración pública
es preocupante—, han sido piezas clave para el desquicio, la corrupción y el
debilitamiento total de la institución encargada de regular el transporte.
Los
criterios sancionadores y las normas regulatorias, fueron y están siendo ignoradas
olímpicamente, muy a pesar de campañas mediáticas mediante las que se llamó a
la población a denunciar los abusos.
Con descaro,
el ahora secretario de gobierno y anterior titular del Transporte, Mario Carlos
Culebro Velasco, dijo ayer ante los medios de comunicación que, hasta éste día,
no ha sido autorizado ningún aumento al pasaje. ¿Por qué entonces ordenó el
retiro de los operativos para detectar y detener a quienes cobra excesivamente
o subieron arbitrariamente el precio en el transporte colectivo?
Es clara la
complicidad de Culebro Velasco con los pulpos del transporte; tanto así, que
dejó en su lugar a un funcionario que desconoce el tema, a pesar que fue el
rostro visible de esa secretaría, mientras el flamante encargado de la política
interna fungió como tal. Es por lo mismo, perfectamente explicable la decisión
de dejar quien cuide sus negocios personales y no quien tenga capacidad para
resolver la crisis.
Al
palabrerío debe venir la acción; ordene el secretario de gobierno a su eterno
asistente, Álvaro Robles, a detener a los choferes de combis que están cobrando
siete pesos de pasaje y que detenga a los taxistas que cobran hasta 50 pesos
por un viaje del parque Central al parque de La marimba. Que le ordene también,
la detención de cientos de taxis piratas que siguen haciendo de las suyas y se
ordene además, la detención de taxis en nombre del MOCRI, a quienes se les
achacan delitos que van desde los cobros indebidos, hasta asaltos, secuestros y
otros crímenes.
La
argumentación insulsa de Robles Cameras, es la defensa de los derechos humanos
de los transportistas, como si el resto de la población, no tuviere derechos. Y
lo peor: admite que hay más de siete mil piratas en el transporte, lo cual
habla de su inutilidad y falta de carácter para aplicar las leyes.
Ante algunos
medios de comunicación, el de Transporte, admitió su inutilidad al decir que,
simple y sencillamente, no puede hacer nada. Entonces, ¿para qué ocupa un cargo
para el cual no está preparado y no tiene ni los elementos, ni el instrumental
apropiado para dar buenos resultados?
Funcionarios
que solo sirven para quejarse de lo mal que sus antecesores hicieron su trabajo
y que las herramientas a su alcance no puede utilizarlas, ya por consigna o por
ignorancia, estaría mejor en su casa, que echando a perder más al estado, de
por sí, lleno de severos problemas de toda índole.
El
transporte debe someterse al estado de derecho, al imperio de la ley. Son más
los que lo padecen, que los que pelean intereses económicos y políticos. Si,
como ha admitido Álvaro Robles Cameras, no hay forma de meterlos en cintura,
sencillo: renuncie al cargo y dé paso a un ciudadano con pantalones, instruido,
inteligente, capaz, honrado y poseedor de otras cualidades, para que haga lo
que deba hacer. Tenerle como teórico de lo desconocido por él mismo, es como no
tener a nadie en un cargo de la envergadura que tiene.
En Chiapas
estamos hartos de empleados públicos que tienen una explicación de la
problemática, pero no tienen una solución certera; se les pone en esos cargos,
para que resuelvan, no para que enreden más las cosas y sobre eso, asuman el
papel de plañideras del sistema. Entendemos que está cuidando los negocios
sucios de Mario Carlos, pero el secretario de Gobierno, no es todo Chiapas. Es
más, solo es empleado de los chiapanecos.
Se requieren
acciones conjuntas, determinantes, propositivas; no discursillos raperos que
solo enervan a una sociedad cansada de abusos y de funcionarios mediocres que
solo aprovechan los cargos para enriquecerse a costillas del empobrecido
pueblo.
¡Basta de
abusos de los transportistas! ¡Basta de mediocridades gubernamentales! ¡Basta
de funcionarios serviles, pero inservibles.