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Angel Mario
Ksheratto
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Depredador sexual protegido por las autoridades. |
Poniéndose
de pie, abrazó por la fuerza a Alejandra, quien forcejeó con él; “me apretó un
seno y cuando logré quitar su mano de mi pecho, la bajó y la metió en mi entrepierna.
Con la otra mano en la parte de atrás de mi cuerpo, trataba de bajarme la ropa
y me besaba violentamente el cuello”, relata con la voz entrecortada.
Ante la
negativa, vinieron las amenazas directas y el acoso laboral. Pereyra, ordenó
congelar los sueldos de Alejandra e inició la etapa de vigilancia y acoso
personal de la víctima. En varias ocasiones se plantó frente a la casa de ella,
no obstante que la madre de la muchacha, convalecía de una quimioterapia por
cáncer.
Paralelamente
al acometimiento contra Alejandra, el subalterno de Miguel Prado de los Santos,
disfrutaba el acoso contra Mareny, otra jovencita con la que mantuvo una
relación sentimental, en la que los golpes, malos tratos y tortura psicológica,
eran cotidianos. A raíz de ello, la muchacha lo sacó de su vida y se dispuso a
iniciar una relación con otro chaval.
También
empleada de SEPESCA, empezó a ser víctima de medidas administrativas contrarias
al derecho laboral. Estar embarazada, evitó ser despedida como pretendió
Pereyra García, pero dejó de pagarle el salario. E intensificó las amenazas,
incluso de muerte. “No verás nacer a tu bastardo”, cuenta Mareny que le ha
dicho el funcionario por la vía telefónica.
En capturas
de pantalla de mensajes por la red social Whatsapp, se confirman ésas y otras
amenazas vertidas desde distintos números telefónicos, ninguno con LADA de
Chiapas.
En una de
las últimas visitas del gobernador Manuel Velasco Coello a la ciudad de Tonalá,
Alejandra y su señora madre, hicieron esfuerzos extraordinarios para burlar al
ejército de guaruras del mandatario, logrando entregar a éste, copias del
expediente penal contra Pereyra García; con un dejo de indiferencia, Velasco
Coello recibió la documentación, misma que le fue arrebatada de sus propias
manos por Miguel Prado de los Santos, jefe del depredador. “El secretario de
pesca, agarró los documentos y se los metió a la bolsa del pantalón”, cuenta la
madre de Alejandra.
Al
percatarse de la maniobra encubridora del titular de SEPESCA, entregaron de
nueva cuenta, otra copia al gobernador que ahora sí, las escuchó unos segundos.
Se comprometió a hacer justicia, dice la víctima, pero conforme pasan los días,
van perdiendo la esperanza. Tanto la agente del Ministerio Público, como el
juez de la causa, han dado muestras claras de estar a favor del acusado.
De hecho, en
uno de los mensajes enviados a Alejandra, Juan Carlos Pereyra, se burla de ella
y le advierte que en la Fiscalía, no le harán caso, en virtud de sus
influencias y la protección de altos funcionarios. El juez Olaf Gómez
Hernández, ha sido excesivamente lento y permisionario con el agresor; la AMP,
Lorena Corzo, incluso, asesora a éste para evadir las órdenes de presentación
giradas a regañadientes por el juez.
Basado en
ello, el encargado de las finanzas de la SEPESCA, ha intensificado la ola de
terror contra sus dos víctimas (tres empleadas más de la misma dependencia, le han
acusado del mismo delito, pero temen ser despedidas si hacen pública su
denuncia), a quienes ha jurado asesinarlas si siguen con el proceso en contra
suya.
En el
expediente 0215/097/0701/2017, Alejandra ofrece al MP y al juez, detalles
pormenorizados de las agresiones; no obstante, persisten en ralentizar el
proceso, lo que podría dar tiempo al potencial feminicida a cumplir sus
amenazas.
En ese
contexto, se puede decir que ya existen culpables directos de lo que a las
víctimas pudiere suceder. Desde el enfermo funcionario, hasta las más altas
autoridades, que han tenido pleno conocimiento de la situación e insisten en
proteger al criminal.
Dejar libre
a Juan Carlos Pereyra, es darle la espalda a las mujeres de Chiapas; ya son
muchas las víctimas de feminicidios que han ocurrido al amparo de la impunidad,
la indiferencia y el doloroso valemadrismo oficial. ¿Con qué cara habrán de
ponderar políticas públicas a favor de las mujeres, si desde las entrañas del
poder se mancilla a éstas, se les persigue, amenaza y tortura? En las manos de
las autoridades está la vida de dos mujeres cuya vida está en grave riesgo. ¿Acaso
están, con su indiferencia, autorizando el feminicidio?