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Angel Mario
Ksheratto
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Los factores en contra... |
Independientemente
de pasados oscuros y yerros inaceptables, la imposición de José Antonio Meade
Kuribreña como candidato del PRI a la presidencia de la República, obliga a sus
oponentes a reorientar discursos y estrategias. No es un candidato fácil de
vencer, por dos razones: la enorme, bien aceitada y ordenada estructura priísta
—que, de facto, va en alianza con castas poderosas del PAN—, y la estrategia en
materia económica y financiera que el recién ungido habrá de presentar como
plataforma política.
Enrique Peña
Nieto, por táctica o desacierto, condujo al país a una crisis financiera de
grandes proporciones; a pesar que los “analistas” oficiosos hablan de repuntes
en la economía e incluso, se han atrevido a decir que el aumento salarial de
apenas ocho pesos contribuye al fortalecimiento de la economía, la falta de
circulante en todo el país, es terrible y desesperante.
Meade Kuribreña,
que diseñó la reforma hacendaria, energética y educativa y cuyos resultados han
sido adversos a los beneficios anunciados, ciertamente, no será un candidato
popular, de promesas y discursos mágicos, sino de cifras, números, expectativas
y planes a corto, mediano y largo plazo. Es decir, será el aspirante del “cómo”
y no del simplista “vamos”.
Si el Frente
Ciudadano por México, impone finalmente al actual dirigente nacional del PAN
como candidato, tendrá que encontrar la forma perfecta para debatir en materia
económica y proponer fórmulas verdaderamente novedosas… Y no solo novedosas,
sino factibles, cumplibles y de por lo menos, regular alcance.
MORENA por
su parte, estará obligado a mover a sus 200 estrategas y escribanos de
proyectos, para hacer frente a un discurso que sin duda, tendrán ya preparado
los priístas aunque ya en el poder, no cumplan en lo absoluto.
Otro
problema que habrán de enfrentar los opositores al PRI, es el de la unidad; en el
FCM, la sola idea que resulte impuesto Ricardo Anaya, ha levantado toda clase
de discusiones y amenazas. Miguel Ángel Mancera y Rafael Moreno Valle, del PRD
y PAN, respectivamente, mantienen su exigencia-amenaza en el sentido que la
elección interna, sea abierta y democrática. Anaya y Alejandra Barrales, se
inclinan por métodos menos decentes.
Ello romperá
esa alianza. Si al final se mantiene y Anaya “gana” la nominación, se habrán
debilitado notoriamente. De la militancia panista, un alto porcentaje se fue
con Margarita Zavala, quien lucha por una candidatura independiente, más los
que sigan los pasos de Moreno Valle, que terminará por apoyar a un viejo amigo
suyo: José Antonio Meade Kuribreña.
En el PRD,
no todas las tribus apoyarían a Anaya; si acaso, solo la que internamente,
lidera Barrales; puntos más a favor del candidato priísta, puesto que AMLO ha
anunciado que no aceptará una alianza con su expartido.
En ese
contexto, juega a favor del PRI, la disciplina. Quien se consideraba el más
aventajado en las encuestas, Miguel Ángel Osorio Chong, de inmediato se sumó a
las aspiraciones de su compañero de gabinete; Aurelio Nuño, José Narro, Enrique
de la Madrid y Luis Videgaray, hicieron lo mismo. Durante todo éste lunes y
desde que Meade renunció a la secretaría de Hacienda, los sectores “populares”
del PRI, lo recibieron en sus sedes y le expresaron su respaldo. Había
candidato de unidad.
Ahora bien,
¿Es José Antonio Meade Kuribreña, el candidato idóneo para gobernar a México?
Sí y no. Sí, porque es un amplio conocedor de asuntos financieros y económicos,
aun cuando haya incurrido en serios errores de forma y fondo durante los sexenios
de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. No, porque opondrá más proyectos a
favor de la macroeconomía que la microeconomía, lo que afectará directamente al
ciudadano común. Ello pondría en riesgo la gobernabilidad y la estabilidad
política y social del país.
Los
recurrentes gasolinazos, los incrementos en los energéticos, los impuestos, la
devaluación del peso frente al dólar, la caída del poder adquisitivo del peso, la
inflación, la ambivalencia de la microeconomía y la falta de planeación
adecuada y efectiva del gasto público, son factores que juegan en su contra, en
virtud de haber sido medidas que siguen afectando directamente a los mexicanos.
Va, por
último, como abanderado de un partido anquilosado que se niega a combatir la
impunidad y la corrupción; un partido que no da paso a la transparencia y la
rendición de cuentas. Hay quienes le agregan en contra, el método de su
elección: el dedazo. Pero, ¿quién de los demás aspirantes ha surgido de una
práctica democrática? En los días siguientes, veremos acomodos y reacomodos
interesantes. Esperemos no quedarnos en las inercias de cada seis años.