Artículo
Único
Angel Mario
Ksheratto
¿Lo detendrán? |
El domingo
en la madrugada, el exfiscal del Ministerio Público, tuvo su oportunidad; bajó
de su auto y agredió con extrema brutalidad a don Hermelindo quien no pudo
responder al ataque. Las lesiones son graves. La Fiscalía Metropolitana, a
cargo de Nery León Aragón, le atribuye al cavernícola Colomo Castillo, solo dos
delitos: lesiones y homicidio en grado de tentativa.
¡Un momento!
Si el delincuente (la presunción de inocencia la invalida el testimonio de
varias personas que atestiguaron el hecho, pero no intervinieron en virtud de
la peligrosidad de éste) había externado su odio contra la víctima por el solo
hecho de ser indígena, el delito debe, forzosamente, clasificarse como un
crimen de odio.
De acuerdo
al estatuto penal mexicano, comete un crimen de esa naturaleza quien “infiera lesiones, actué con base en
prejuicios o diferencias respecto de la orientación sexual o identidad de
género de la víctima o del grupo al que pertenezca”. En la videograbación que
circuló inmediatamente después del cobarde acto, se ve con claridad que Roger
Colomo Castillo, ataca sin piedad a su víctima, sin haber sido provocado. No
fue defensa propia, ni defensa del honor. Fue un ataque premeditado, planeado…
En ese contexto, el implicado no tendría
derecho a fianza y el juez deberá imponer la pena correspondiente. Digo, si es
que se aplica la ley como está contemplada.
Con ello se estaría sentando un precedente
importante en impartición de justicia, toda vez que en Chiapas, ocurren ese
tipo de delitos casi cotidianamente y hasta ahora, son poquísimas las
sentencias que se han obtenido, lo que, evidentemente, otorga impunidad y ésta
a su vez, alienta a los criminales a seguir cometiendo delitos, sabedores que
la sanción es blanda.
Volteemos a ver el número de feminicidios —que
también son crímenes motivados por el odio— en la entidad; cada vez más, van en aumento. De las decenas que se han
clasificado como tales, el porcentaje de sentencias es preocupantemente bajo,
dejando como consecuencia que los responsables de éstos, gocen de total
libertad o hayan sido sentenciados a penas leves.
Los elementos para tipificar el delito
cometido por un hombre violento e irracional, son claros: intolerancia,
prejuicio social e ignorancia del derecho ciudadano. Y no hablemos de los
derechos constituidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y
demás protocolos y convenciones que México ha firmado para garantizar el
respeto a los grupos vulnerables y minorías.
Lo anterior nos lleva a cuestionamientos
implícitos. ¿Bajo qué parámetros, instituciones como la Fiscalía y el Tribunal
de Justicia, contratan al personal? ¿Qué tipo de exámenes aplican a éstos? Es
en suma, preocupante que sujetos como Roger Colomo Castillo, obtengan un empleo
donde se procura y administra justicia. ¿A cuántos ciudadanos inocentes metió a
la cárcel en su calidad de Fiscal del Ministerio Público, por el solo hecho de
ser indígenas?
Por desgracia, existen indicios en el
sentido que al sujeto en cuestión, tratan de protegerlo. Los testimoniales de
los vecinos son concluyentes. Tras la agresión y el traslado de la víctima a un
hospital, Colomo Castillo se dio tiempo para ducharse, preparar a su familia y
salir con rumbo desconocido... ¡Hasta tuvo tiempo de tapar con una sábana, el
vehículo en el que llegó para intentar asesinar a don Hermelindo!
¿Cuándo lo despidieron? |
La Fiscalía Metropolitana, negó que éste
trabajase en la Fiscalía General. Que había sido dado de baja el 15 de febrero
de éste año. Sin embargo, en la página oficial del municipio de Benemérito de
las Américas, el acusado representó a la Fiscalía, como FMP, en una reunión de
trabajo.
Más noche, personal de la Fiscalía, se
comunicó con éste periodista para precisar que, por un error involuntario, se
dijo que en febrero, pero que en realidad, Colomo, había causado baja el 15 de junio
del 2017.
La credibilidad de la Fiscalía, estará en
vilo, hasta en tanto, no clarifique con precisión, datos tan simples como el
arriba mencionado. Y mucho menos tendrá chance de recuperar confianza, si el
delincuente sigue libre. Que una instancia procuradora de justicia no encuentre
a uno de los suyos, es de risa, pero también, es grave. Estaremos pendientes,
hasta que se haga justicia.