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Angel Mario
Ksheratto
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Ni las encuestas a favor le ayudan. |
Sondeos y
encuestas no ayudan al gobierno federal, principalmente al presidente Peña
Nieto, quien a propósito de su quinto informe, ha lanzado una campaña
propagandística poco efectiva; aun las encuestas a favor, deslucen a una
administración que no ha salido de un problema, cuando ya se ha metido en tres
más.
La realidad,
sobre todo, ha sido el muro que no ha podido superar el gobierno peñista; cada
vez que una institución intenta favorecerle con cifras alegres, saltan por
todos lados, testimonios que desacreditan la asistencia propagandística que dan
al mandatario. Sucede lo mismo cuando otra, da a conocer números contrarios a
la expectativa presidencial.
Ya no es el
mal humor atribuido por el mismo Peña Nieto a los mexicanos, sino hartazgo
consolidado en los malos resultados. Ninguna de las políticas y programas ha
sido suficiente para terminar con los agravados problemas del país; por el
contrario, sumen a los mexicanos en más pobreza, inseguridad y desesperanza.
Hace unos días,
la Universidad de Las Américas de Puebla, hizo públicos los resultados de un
estudio relacionado con la impunidad. México, primero a nivel latinoamericano y
cuarto a nivel mundial. En impunidad, claro está. Los números de esa
prestigiada institución, son abrumadores y por lo mismo, preocupantes. Significa
que en materia de corrupción, no se ha avanzado nada, puesto ambos males, van
de la mano.
Todo lo que
se ha montado para erradicar impunidad y corrupción, ha sido eso: un burdo
montaje que en el fondo, sigue protegiendo a los que de una u otra forma,
tienen al país de rodillas. Son fracasos contundentes que al señor presidente,
parecen no importarle.
Si revisamos
los resultados en esas materias en los estados, encontraremos que se vive la
misma situación. El encarcelamiento de dos o tres exgobernadores, no ha sido
otra cosa que el dedo para tapar al sol, pues en activo, casi todos los
gobernadores están saqueando las arcas estatales, sin que la federación o las instituciones
locales, hagan lo conducente para castigar a los ladrones con licencia.
Luego vino
el resultado de los estudios del CONEVAL, que indican que se ha tenido “una
ligera mejoría” en el combate a la pobreza. Tales datos fueron aprovechados por
los propagandistas oficiales para cantar falsas victorias. Tanto, que el mismo
presidente ha venido presumiendo las cifras en sus discursos, pese a que tal “mejoría”,
no es sino, un brevísimo alegrón de burro.
Sí, porque
los resultados de tal estudio, es del año pasado y, según analistas, éstos
retrocedieron en el primer trimestre de éste año, sin contar con los efectos de
la imparable inflación que está obligando a millones de familias a sobrevivir
con apenas unos cuantos pesos.
Para el
colmo, en materia de generación de empleos, no le ha ido nada bien al señor
Enrique Peña Nieto; la expectativa del 2012, contrasta con la percepción del
año pasado y que a mediados del presente, tuvo una baja sustancial que derrumba
el discurso según el cual, el IMSS y la Secretaría de Trabajo Federal, el
número de plazas laborales, se habría elevado en los últimos cuatro años y
medio.
Corrupción,
impunidad, desempleo y pobreza, sin duda, generan inseguridad y la inseguridad,
violencia. La espiral va en franco crecimiento, a pesar de los esfuerzos de un
presidente y 32 gobernadores que están más interesados en robar, que en
solucionar los graves problemas del país.
Ninguna
encuesta sacará a flote ni al país ni al presidente; solo saldrá del hoyo, si
el presidente se sincera consigo mismo, exige a sus colaboradores y gobernadores
transparencia, honradez y efectividad y, si el país está dispuesto a buscar,
por lo menos, un pretexto para creerle un ápice de lo que dice en su defensa.
Lo hemos
dicho desde hace cuatro años: México se está derrumbando, como consecuencia de
un pésimo gobierno. Está en quiebra por culpa de quienes los siguen saqueando y
pretenden hacernos creer que todo va bien. No hay una sola esperanza que todo esto
cambie.
Porque no
hay voluntad presidencial. No existe la intención de revertir los efectos de
los graves males que padecemos. No hay honradez de las autoridades. No hay
efectividad de las instituciones. No hay confianza en los políticos… Por eso y
muchas cosas más, las encuestas y sondeos, son palmadas al aire.