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Angel Mario
Ksheratto
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ERA, ¿del oficialismo a la oposición? |
Fue un grupo
de panistas el que trajo a colación el tema de la “oposición” en Chiapas.
Proponen, mediante una carta dirigida al CEN del PAN, a Eduardo Ramírez
Aguilar, como precandidato de ese partido a la gubernatura, a través de un “Frente
Amplio Opositor”. Es de risa. Desde la dictadura de Pablo Abner Salazar, no
existe la oposición en la entidad; ha sido brutalmente eliminada. Y cuando digo
“brutalmente”, no me refiero al uso de la fuerza, sino a la total ausencia de
inteligencia por parte de quienes han dirigido a los partidos políticos.
Por
elemental lógica, el diputado Ramírez Aguilar, no puede constituirse en “opositor”
al régimen de Manuel Velasco Coello; es presidente del partido que lo postuló
al gobierno y es además, presidente del Congreso del Estado, que sigue
estrictamente las órdenes del Ejecutivo. Notoria y pública es la amistad entre
Eduardo y Manuel. Fingir un distanciamiento, no les serviría a éstas alturas.
Les resultaría contraproducente.
Pero, ¿es
Eduardo Ramírez el único que, moralmente, estaría impedido para construir un
proyecto opositor? Si revisamos la lista de pretendientes, encontramos que no
hay uno solo que pudiera aglutinar el voto de millones de ciudadanos
desencantados con la actual administración y las dos pasadas (Salazar y
Sabines).
MORENA, que
se suponía un partido opositor, ha decidido meter a la competencia interna a
tres propios y dos externos —todavía bajo discusión, aunque todo indica que ya
se tomó la decisión desde la Casa de Gobierno— que no pueden negar su origen
oficial. Rutilio Escandón, Zoé Robledo y Oscar Gurría, han sido personeros gubernamentales
cuando no, aliados incondicionales a cambio de beneficios personales.
El primero,
es todavía presidente del Tribunal de Justicia. No por ser un Poder
independiente (en teoría, claro está) ha estado exento de recomendaciones y
ordenamientos del Ejecutivo. Escandón Cadenas, es parte del sistema de gobierno
y por lo tanto, de resultar electo candidato, será uno más del oficialismo. De
Robledo Aburto, conocemos la forma en que logró un escaño en el Senado de la
República; fue, mediante argucias y acuerdos políticos cupulares, aun cuando el
voto popular no le favoreció. Su cercanía con el gobernador Velasco, se ha
visto reflejada en actos de respaldo a su gestión, independientemente de los
resultados.
Gurría
Penagos, por su parte, ha logrado financiamiento oficial para MORENA, lo cual
no es necesario probar con documentos; basta ver la pasividad y el silencio de
éste y su jefe máximo, Andrés Manuel López Obrador, para con el gobierno
doméstico, para determinar que la complicidad, cuesta caro. Hay que ver
también, el “avance” de MORENA en términos de diputaciones, alcaldías y
regidurías, para saber que no es en realidad, un partido opositor.
Los dos
nombres de posibles candidatos externos son el senador Luis Armando Melgar
Bravo, senador del PVEM y protegido del magnate Ricardo Salinas Pliego, uno de
los grandes explotadores de las riquezas naturales de Chiapas, bajo la mirada
complaciente oficial. El otro es José Antonio Aguilar Bodegas, exsenador del
PRI, excandidato a la gubernatura y expresidente del PRI estatal. Es,
actualmente, secretario del Campo.
Los
perredistas impulsan la candidatura de Diego Valera Fuentes, un chaval cuya
ignorancia, rebasa cualquier límite; apoyado por Pablo Salazar, la tribu que lo
impulsa, pretende negar el cordón umbilical de éste. Ha pasado por varios
partidos y ha sido incondicional del actual mandatario, al grado de haber sido
enviado al PRD para participar como candidato y cooptar así, a ese remedo de
institución política. La carrera de Valera, todos lo saben, ha sido promovida
por el PVEM y cuidada con esmero por Manuel Velasco.
Paco Rojas,
panista de hueso colorado, es bien visto por otras tribus perredistas. Son las
que se han alineado al oficialismo desde la dictadura pablista. Ya declinó en
plena campaña a su candidatura, lo que no deja lugar a dudas que lo volverá a
hacer. Fernando Castellanos, actual alcalde, tampoco podría ser un candidato de
oposición. Su veta verdista, es innegable.
Enoc
Hernández Cruz, del Partido Mover a Chiapas, ha sido funcionario en todo el
sexenio. Es de los personajes cercanísimos al gobernador Velasco Coello, por lo
que atribuirle el beneficio de la oposición, sería una burla. Queda Roberto
Albores Gleason… En los últimos días, reanudó su cercanía con el gobernante
estatal. Su trabajo como senador y dirigente del anciano PRI, ha estado apegado
a los deseos gubernamentales. ¿Cabría como “opositor”? Nadie lo creería. Bajo
esas circunstancias, resultaría más factible que Manuel, se convierta en
opositor de sí mismo.