Radical entre los radicales. |
Se niega, don Aurelio, a dialogar con un magisterio radicalizado, cuya lucha inició con una minucia reticente que quizá, no tuvo razón ni fuerza, pero conforme ha pasado el tiempo, ha tomado municiones sociales suficientes,
rescatadas del hartazgo extendido; gran parte del país está de rodillas, derivado de la falta de estrategias de ambas partes. Error. Garrafal error que nos está dejando dolorosas lecciones.
Cierto es que los maestros en rebeldía, tienen razones poderosas para mantener su postura; pero también lo es que han caído en el juego perverso de la provocación y el auto descrédito. Seamos francos: carecen de estrategas y han rechazado, sistemáticamente, la realidad pedagógica que antaño, vestía de honorabilidad a los luchadores sociales que en otros países (Nicaragua, Guatemala, Bolivia, Cuba, El Salvador, etc., etc.) dieron gloria y laureles al magisterio latinoamericano que luchó por la superación profesional, que permitió, desde la década de los 80’s, mutar al profesor en licenciado e incluso, en doctor en pedagogía. Esa cuestión ha convertido a su movimiento en una lucha caprichosa y hundida en el mar del supino.
Por su parte, a Nuño, si lo vemos desde una perspectiva objetiva, es un niño de primaria, o pretenso a serlo. No tiene cualidades para atender a una parte del magisterio con propuestas, si no novedosas, por lo menos alejadas de la confrontación estéril. Es, el secretario de Educacón, un autómata teledirigido que permanece en la edad media. Ve al maestro, no como mentor, sino como receptor de órdenes diametralmente opuestas a la modernidad educativa. Esa modernidad que exige de todos, capacidad evolutiva. Y que no la tienen ni Nuño ni sus detractores. Ese es el problema de fondo.
La educación en México debe acoplarse a la globalización, nos guste o no; el modelo educativo vigente, ¡sigue siendo tercermundista! Ubiquémonos en un hipotético momento: Usted, necesita una cirugía de corazón; su médico, lo último que leyó al respecto, fue hace 35 años. Es decir, en la década de los 80’s. ¿Qué espera de él? ¿Qué utilice un machete para —ahora sí, literalmente— partirle el corazón? Un maestro con conocimientos caducos, sin duda, va a enseñar la misma tergiversada historia que nos ha convertido en adoradores de un sistema gubernamental corrupto.
Nuño ha demostrado ser un servidor público prematuro; no nato en la administración pública y neófito en asuntos educativos. Ello explica sus arrebatos, arbitrariedades y pataletas. ¿Es Nuño el tonto útil de un sistema decadente? Sí. Me niego a decir que no. ¿Son, los maestros disidentes, el alimento de un sistema represor? Sí. Lo son, porque prefieren enseñar las mismas mentiras a proponer la verdad de un país que busca superar su propia crisis histórica.
México y Chiapas, no deben nutrirse de enconos. Menos de confrontaciones que a la larga, solo robustecen liderazgos concupiscentes que se erigen en caudillos mesiánicos igual de corruptos que los actuales. La base magisterial, el maestro honesto y sincero que sube y baja montañas para llevar el conocimiento a miles de niños empobrecidos, no ganan con todo esto. Mientras sus dirigentes y los oportunistas a su alrededor, tomará un avión para irse de juerga a cualquier parte del planeta… Urge dialogar. Encontrar una salida justa y digna para esos verdaderos maestros que creen en su lucha.
Aurelio Nuño debe entender que Chiapas, no es su juguete. No debe poner en riesgo la endeble paz social de un estado al que han explotado de todas las formas posibles. A Chiapas, se le respeta. Confabule, haga lo que le venga en gana, don Aurelio, pero a los chiapanecos, déjenos en santa paz. No le sugiero diálogo; ¡le exijo dialogar con el magisterio chiapaneco! Es su función. Para eso cobra sueldos estratosféricos. Para eso está. Y si no, ya debe conocer usted el camino: ¡Renuncie!