Liebre de Tehuantepec, antes de morir a causa de la negligencia de directivos del ZOOMAT. |
El abandono de otras especies dentro de las instalaciones de dicho zoológico, es notorio, al grado que las muertes por indiferencia de los directivos, es cada vez más frecuente. Empleados de menor rango han confirmado que el deceso de animales bajo el cuidado de esa dependencia, se debe principalmente a la desidia de Epigmenio Cruz Aldán, curador del área de mamíferos, a quien poco o nada le importa el estado físico de los animales. Éste a su vez, culpa a sus superiores, quienes a su juicio,
no liberan los recursos adecuados para alimentarlos.
Sucede, nos cuentan, que la mayoría de muertes de tapires se han dado por negligencia. Documentaron que uno de éstos, tras días de no ser alimentado adecuadamente, le fue aplicada una doble dosis de leche, lo que le provocó cólicos que finalmente, le llevaron a la muerte; otro más, murió por haber ingerido desechos plásticos. Esto último, porque la dirección argumenta no tener recursos para adquirir implementos de limpieza para desalojar basura inorgánica.
Cruz Aldán, no solo se dedica a dejar morir a los animalitos en cautiverio para su supuesta preservación. Junto con Carlos Guichard Romero, alto funcionario del mencionado zoológico, se han dedicado a obsequiar especies. Por ejemplo, al exgobernador Patrocinio González Garrido, le regalaron dos tapires para su zoológico personal, sin que mediaran las normas de rigor y todo, con la escondida anuencia de la PROFEPA, dependencia que no exigió el cumplimiento del protocolo.
Lo más grave fue la “donación”, también sin autorización, de un jaguar al zoológico de Yucatán. Ambos casos, al no contar con la documentación que por ley debe acompañar tales acciones, pueden ser tipificados como tráfico ilegal de especies. Pero a los funcionarios del ZOOMAT, parece no importarles, pues, según diversas denuncias, no es la única vez que han sido pillados realizando ese tipo de acciones. Por lo menos, 13 especies son traficadas impunemente, casi de manera cotidiana.
La liebre de Tehuantepec, es una especie en gravísimo peligro de extinción; medidas a nivel federal se han tomado para evitar su desaparición del planeta. Funcionarios del zoológico y de la propia Secretaría del Medio Ambiente de Chiapas y de una cosa llamada Ecosur, hacen hasta lo imposible para desaparecerla. Sin los permisos correspondientes, capturaron a seis liebres, supuestamente para reproducirlas en cautiverio, pero por descuido y negligencia, los seis animalitos murieron debido a la pésima alimentación.
Lo anterior, con la anuencia de la PROFEPA (incluso, nos dicen, acompañados por funcionarios de dicha dependencia, quienes de paso, aprovecharon para cazar otras especies), cuya dependencia, como hemos dicho líneas arriba, se ha convertido en cómplice de la depredación ambiental en la entidad.
Lo que otrora fue el orgullo ambiental de Chiapas, está ahora, convertido en el matadero de especies y animales, gracias a la soberbia del secretario del Medio Ambiente, Carlos Morales Vázquez, a quien también acusan de auto regalarse guacamayas y otras aves exóticas, mismas que también obsequia a políticos para quedar bien, acción que también se llama tráfico de especies en peligro de extinción.
A tal grado han llegado las cosas que recientemente, un mono saraguato, debido a las malas condiciones de las instalaciones, se escapó y mordió a un empleado del ZOOMAT. Afortunadamente, hasta hoy, no ha habido consecuencias para la víctima. Pero, ¿qué hubiera pasado si muerde a un visitante?
Dentro del zoológico, no hay los elementos adecuados y necesarios para atender emergencias y mucho menos para proteger a los animales y garantizar el bienestar de éstos. Eso sí, en la propaganda son buenos; hablan de grandes y exitosos programas, pero en realidad, todo es un rotundo fracaso. Mentiras que poco a poco están saliendo a la luz pública. Y de eso, es responsable Carlos Morales, quien se ha dedicado más a hacer proselitismo político, que a cuidar los animalitos que le fueron encomendados. ¿Y la SEMARNAT? También coludida, aseguran fuentes dignas de todo crédito.