Algunas verduras y frutas, fuera de la dieta del mexicano. |
La comparación salarial resulta hasta impúdica; la distancia financiera entre el emolumento del mexicano común y corriente con los de la élite gobernante, es infinita. Con todo y eso, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y los portavoces de las bondades gubernamentales, quisieran que saliésemos a las calles a celebrar un aumento salarial que huele a burla, a insulto y a bofetada. Tres pesos con diez centavos de aumento al sueldo de los trabajadores mexicanos, no alcanza siquiera el rango de limosna. Hagamos cuentas:
El kilo de carne de res más barato (bisteck y la carne molida) esté entre 130 y 150 pesos. Uno de los llamados “cortes finos”, debe estar a más de 200 pesos. El kilo de tortilla, entre 13 y 15 pesos; el cartón de huevos, oficialmente, a 21 pesos, pero en realidad, se paga entre 28 y 40 pesos. El kilo de frijol oscila entre los 13 y 24 pesos, dependiendo del tipo; igualmente el arroz, entre 9 pesos con 60 centavos y 23 pesos. El kilo de carne de cerdo, según las autoridades, debería estar a 42 pesos, pero se deben pagar 70 pesos. El precio oficial del pollo es de 32 pesos, pero cuesta hasta 50 pesos. La unidad de bolillos, sale en 1 peso con 45 centavos. El tomate, a 18 pesos el kilo. Su precio oficial es de 12 pesos; la cebolla, entre 13 y 18 pesos el kilo y el chile jalapeño, a 16 pesos el kilo.
Una familia de cinco miembros, suponiendo que consumiese una dieta normal diaria (carne, tortillas, huevos, frijol, arroz, tomates, cebolla y chile) gastaría 285 pesos, asumiendo que fuese ésta, la única comida en el día. Al mes habrían gastado 8 mil 550 pesos. Si economizaren y comiesen carne una vez a la semana, gastarían 7 mil 950 pesos mensuales. Su dieta básica sería de tortilla, huevo, frijol y arroz, tomate, cebolla y chile. El trabajador gastaría 5 mil 847 pesos más que su salario. ¿Es justo?
En las listas de precios, he tomado los más altos, porque son los que realmente se pagan. La SHCP, la de Economía y otras relacionadas, tienen sus propias listas de precios, pero nadie las respeta. Aun cuando el “aumento” salarial hubiese sido fijado en base a las listas de precios emitidas por las instancias de gobierno encargadas de ello, el salario no alcanzaría para que los mexicanos alimenten con dignidad a sus familias.
Hay que recordar que aparte de los alimentos, millones pagan renta, agua, luz, teléfono; deben comprar zapatos, ropa. Deben pagar las ilegales “cuotas” en las escuelas, inscripciones, útiles escolares, uniformes. ¿Y las emergencias de salud? Para el colmo, a partir del siguiente ciclo escolar, deberán pagarse los libros de texto.
La justificación oficial es que muchos mexicanos, tienen ingresos superiores a los dos mil pesos. ¡Por favor! Los únicos que tienen buen salario son los maestros (y son los que menos trabajan). Burócratas, obreros, campesinos, taxistas y profesionistas, no perciben más de cuatro mil pesos mensuales. No les alcanza ni para comer, si nos atenemos a la tabla alimenticia arriba mencionada.
Sobre el irrespeto a los precios de la canasta básica, se presume a la PROFECO, pero ésta solo sirve para “sancionar” a cantinas y restaurantes que se niegan a condonar las cuentas por borracheras a funcionarios y políticos sinvergüenzas…
Que no intenten engañarnos. El aumento salarial, no satisface a nadie. A la sociedad en general le están echando la carga de la austeridad; el gobierno sigue haciendo gastos superfluos a costa del pueblo. He dicho que es un aumento salarial “escandaloso”, justo porque nos escandaliza tan paupérrima prebenda de un gobierno insulso que se niega a dar a los mexicanos, la oportunidad para desarrollarse con dignidad y decoro, mientras sus funcionarios, despilfarran a sus anchas el dinero que debería ser para los gobernados. Mal, muy mal.
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