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El insulto de Rosario Robles

Genial cartón de Enrique Alfaro en torno al tema.
Fichero Político

Angel Mario Ksheratto
@ksheratto


El precio del kilo de frijol oscila entre los 10 y los 14 pesos; el de arroz, entre 12.50 y 14 pesos. El litro de aceite, en 29 pesos. El kilo de tortillas, 13 pesos… retomando el precio más alto y si se adquiriese un kilo de cada producto, sumarían los 70 pesos. Una cifra que apenas alcanzaría para medio alimentar a una familia durante un día, si fueran absolutamente austeros. (Y no hablemos, por hoy, del raquítico salario que para millones, no alcanzaría para comprar ni la mitad de lo arriba enumerado.)
Hablemos del vergonzante gasto de la SEDESOL. Sí, de los 10 millones 461 mil pesos erogados por esa dependencia para llevar a cabo un concierto musical con la finalidad de recaudar alimentos para luego entregarlos a las comunidades más pobres del país. Éste se llevó a cabo el 30 de abril del año pasado.
Oronda, Rosario Robles Berlanga, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, anunció que se habían recaudado 20 toneladas de alimentos. Un triunfo, según ella; una victoria pírrica que hace apenas unos días, se desmoronó atronadoramente, cuando varios medios nacionales hicieron públicos los documentos del IFAI, con un desglose preciso de los gastos.
Advierto que soy malo para las matemáticas, pero las cuentas son de escándalo, similar a otros en que la exjefa del DF, exlideresa del PRD y ahora, aliada incondicional del PRI, se ha visto involucrada. Así, concluimos que la tonelada de alimentos costó al erario público, 523 mil 50 pesos, pero el kilo, 523 pesos con 50 centavos. Casi seis veces más que el promedio de tres kilos de alimentos y un litro de aceite.
Es, sin resquicio para las dudas, el precio más alto que el gobierno paga por una migaja de ayuda a los más necesitados. Es también, el evento más inútil y la mentira mayor que devela la indiferencia y la falta de estrategias claras en el combate a la miseria y la pobreza en que viven millones de ciudadanos.
Solo por la contratación de cuatro grupos de rock, la SEDESOL pagó cinco millones 588 mil 162 pesos. Y no fueron grupos famosos o por lo menos, conocidos en su entorno. Eso deja entrever que por ahí pudo haber anomalías graves. Artistas como Juan Gabriel, Vicente Fernández, Joan Sebastian y Gloria Trevi, por ejemplo, cobran entre millón y medio y poco más de dos millones por presentación. Grupitos desconocidos, no creo que cobren más de un millón, como revela el IFAI.
Por la renta del Auditorio Nacional, Rosario Robles pagó un millón 263 mil pesos; renta de equipos de audio e iluminación, un millón 670 mil 893. Personal de producción, 463 mil 524 pesos y —así lo estipula el IFAI— “por otros gastos de producción”, un millón 477 mil 54 pesos.
Todo es insultante. Un gasto desmedido para una ganancia sórdida y bajo claros signos de sospecha. Por aquellas fechas, la señora Robles informó que las 20 toneladas recaudadas en esa ocasión, fueron repartidas entre los 400 municipios con más altos índices de marginación y pobreza, en donde, según cifras oficiales, viven más de siete millones de personas en estado precario de alimentación. Estamos hablando que si así sucedió, a cada municipio le tocó un promedio de 50 kilitos de ayuda, otra verdadera burla a los pobres del país. Esto, sin tomar en cuenta los gastos de operatividad para el reparto de los alimentos recolectados.
La Campaña Nacional contra el Hambre, no tiene mucho futuro con actos de esa naturaleza. El dispendio en la dependencia obligada a proponer medidas para salvar a millones de compatriotas, demuestra que ahí, no hay la menor de las intenciones para sacar adelante al país.
Abominable, sería un adjetivo aún corto para calificar los excesos de la SEDESOL, en momentos en que se requieren actos de nobleza, no actitudes llenas de soberbia y carentes de sensibilidad humana.


Tarjetero 


*** En una semana, el promedio de accidentes provocados por el servicio público de transporte, es alto. Nadie pone un alto a los choferes de combis y taxis que manejan como verdaderos brutos, como si los pasajeros fueran animales. Leyes, hay. Existe un código que debería ser aplicado tanto a los dueños del transporte, como a los conductores. Pero insisto, nadie hace absolutamente nada. Y para el colmo, la ciudad un caos por las obras viales que esperemos, ésta vez sí sirvan y no sea como años anteriores que no han terminado un mismo tramo y ésta ya está de nueva cuenta inservible. *** La revista Asfalto, convoca a los graffiteros a exponer sus obras, con la limitante que éstas, no contengan apologías del delito o consumo de drogas. Esto, en el marco del primer aniversario de circulación de dicho medio. *** Buena, la medida de cerrar el paso a los prostíbulos y demás lupanares donde se promueve la trata de blancas. Lo que sí hace falta es una acción preventiva o una alternativa puesto que, queramos o no admitirlo, ése es un mal necesario, en virtud de la población flotante masculina en la entidad. Se corre, por desgracia, el riesgo de un aumento de las violaciones. Ante ello, sería bueno que los exponentes de esa medida, nos expliquen si a la par del cierre de prostíbulos, hay otras medidas para evitar que se disparen los delitos sexuales contra las mujeres. *** Por otro lado y con respecto al cierre de cantinas, también parece ser una medida cautelar plausible. Pero el rasero debe ser parejo. ¿Cuántos antros, propiedad de riquillos e incluso de funcionarios, políticos y diputados funcionan sin cumplir con el ordenamiento? Muchos. Decenas. Y en la mayoría, venden licor adulterado. Pero como son de gente influyente, hasta ahora, no los han tocado. *** El linchamiento de dos hombres en una comunidad de San Juan Cancuc, obliga a una profunda, profesional y comprometida revisión de los códigos de conducta indígenas, conocidos como “usos y costumbres”, sin menoscabar, desde luego, sus muy propios derechos. Nadie puede ni debe estar por encima de la ley y ese mandato, señores, nos incluye a todos. Aunque ya hay detenidos y se espera que éstos sean juzgados conforme a derecho, hacen falta métodos adecuados para hacer entender a éstos señores que no pueden asesinar a cualquiera, solo porque les da la gana. Desafortunadamente, pierden ellos, pues para muchos —y con sobrada razón a juzgar por sus actos— se pierden en un salvajismo primitivo e inaceptable. *** En la PFP, Delegación Chiapas, las cosas andan mal, muy mal. Una empleada anda vendiendo plazas y son muchos los que la señalan. Han ido hasta esa dependencia a reclamar y dicen no conocer a la vendedora, pese a que ésta ha sido vista en esas oficinas. Ya le tendré la historia completa. *** Luego nos leemos.
amksheratto@hotmail.com

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