Angel Mario Ksheratto
amksheratto@hotmail.com
Famosa por su postura radical en el Congreso del Estado, Alejandra Soriano Ruiz, lo es también en su partido, el PRD, de cuya dirigencia estatal se deslinda y dice tener esperanzas que más pronto que tarde, se renueve con verdaderos perredistas y no arribistas, priístas y sabinistas que, a juicio suyo, destruyeron a ese partido.
Pese a todo, la diputada local, afirma que el PRD, sigue siendo un partido “de la gente”, aunque por momentos, destila frustración por la falta de acciones firmes y determinantes que obliguen a los actuales dirigentes, a abandonar un partido que no les pertenece.
Soriano Ruiz es todo lo contrario de lo que a distancia aparenta: Afable e inteligente; razonable y dispuesta a conceder. No es la mujer dogmática y fanática que se presenta en la Tribuna del Congreso. De su partido, dice que es un diagnóstico difícil de elaborar, pero fácil de entender, si se buscan salidas dentro de la militancia.
—¡Híjole! —exclama con una risa casi sardónica, antes de meterse a un tema que, todo así lo indica, le es incómodo, pero imposible de evadir—. El Partido —agrega, ya en una postura que denota preocupación— todavía es un partido de la gente; lo que en lo particular me hace estar dentro del PRD, es la coincidencia con su programa, sus principios y sus estatutos. Coincido con la plataforma, con la propuesta de país que se ha tenido desde su fundación. Esas coincidencias, a muchas y muchos, nos siguen alentando a seguir en sus filas.
—¿De qué gente habla? ¡Ya casi no queda nadie!
—Yo creo que eso no es cierto… Sí tiene gente que como yo, todavía creemos; llevamos al PRD en el corazón. Perredistas de hueso colorado que les ha costado construir al partido. A lo mejor no todos son militantes activos, pero hay mucha gente que está en las bases, que trabaja todo el día y todavía tiene la esperanza de que a través del partido, se pueda transformar a los municipios, al estado, al país.
Entendemos, sin embargo, que no podemos tapar el sol con un dedo; está la realidad de mucha gente que se ha decepcionado del PRD y que no cree que sea el partido que enarbole las causas con las cuales se identificó en algún momento. En un ejercicio de autocrítica, reconozco esa realidad.
—¿Qué podría ser rescatable del PRD?
—Su plataforma, sus documentos, pero también, muchos cuadros de hombres y mujeres que todavía están dando la cara por el partido. Hay que reconocer que hay actores políticos que poco responden a la línea política del PRD; muchos que están más cercanos al PRI e incluso al PAN, o al pragmatismo llano que a nuestros programas y principios.
—En Chiapas es evidente que el PRD está prácticamente secuestrado por el PRI. Su actual dirigente fue y sigue siendo priísta, ¿qué perspectiva le ve usted a su partido en esas condiciones?
—Vuelvo a la autocrítica: La situación del PRD en Chiapas, es síntoma de lo que se vive en otros estados del país; el profundo control que tienen las corrientes por encima del respeto a nuestra línea política, programa y estatutos, es lo que nos tiene en esta circunstancia. El haber tomado decisiones equivocadas, como la aprobación de Alejandro Gamboa —que venía del Partido Verde— como dirigente estatal y posteriormente, admitir a Luis Raquel Cal y Mayor —del PRI—, descompusieron al partido. Esa descomposición viene de años atrás, desde que no tenemos al frente del partido, a un verdadero perredista en la posición más importante. Quienes se han prestado a recorrer una ruta contraria a los principios del PRD, son parte en la descomposición partidaria. Haber cedido espacios al gobernador en turno —que era en ese momento Juan Sabines Guerrero— bajo la falsa idea que eso haría crecer al partido, fue contraproducente.
Creer que abrir el partido a cuadros externos lo fortalecería, fue un error. A lo mejor creció momentáneamente. Dio esa impresión coyuntural; la creencia que teníamos muchos presidentes y diputados y que teníamos un gobernador perredista que al final, nunca se asumió como tal, nos trajo muchas consecuencias graves.
Eso lo constatamos en el pasado proceso electoral; el andamiaje del gobierno —que se supone, era de extracción perredista—, no estuvo a favor del PRD, sino del Partido Verde y sus candidatos. Obviamente, no es permisible ni admitido que los recursos públicos se inviertan para beneficio de ningún partido. Todo el aparato gubernamental en las pasadas elecciones, estuvo total y abiertamente en contra del PRD… Lo que en realidad buscó Sabines fue aniquilar al PRD.
—¿En algún momento se dieron cuenta que esa era la intención del exgobernador Sabines Guerrero?
—Sí, pero ya fue demasiado tarde; fue una realidad que ya no pudimos superar. Cuando levantamos la voz ya era tarde. Dijimos entonces que si no nos iban a apoyar, que por lo menos no nos destruyeran. Básicamente, porque todo apuntaba a que iba a respaldar a otro partido.
—¿En las condiciones en que se encuentra su partido, estaría en facultades de negociar con el gobierno actual?
—Sí, pero si llegamos a tener en la dirigencia a un verdadero perredista. ¿Cómo vamos a, digamos, un Pacto por Chiapas, con un presidente del PRD que no tiene legitimidad moral. La puede tener desde el punto de vista jurídico, pero no moral. Jesús Zambrano es un cuadro del PRD, ha sido militante del PRD desde su fundación y si va a un Pacto por México, va a defender las posiciones del partido en temas de trascendencia para el país, pero, ¿Luis Raquel Cal y Mayor?
—Zambrano ha sido muy criticado por su adhesión al Pacto por México…
—Pero lo que menos podemos decir de Jesús Zambrano, es que sea un cuadro externo. ¿Qué agenda llevaría Cal y Mayor Franco, si la que tiene es la del PRI? Él actúa en función de lo que le dicte el gobierno en turno.
—¿Ha llegado el momento en que los verdaderos perredistas le digan a Luis Raquel: “Hasta aquí llegaste, vete de la dirigencia del partido”?
—Desafortunadamente, por la serie de errores que se cometieron, se fue legalizando su estadía. Después de la elección presentamos pruebas que muchos cuadros priístas y sabinistas incrustados en el PRD e incluso, cuadros legítimos del PRD, se prestaron a la simulación. Fue una estrategia gubernamental inocultable; mostraron a un partido dividido, fracturado; traicionaron al PRD.
Pruebas de todo eso, se presentó ante las instancias correspondientes de la dirigencia nacional para que investigaran e hicieran lo conducente.
Sin embargo, se hicieron de la vista gorda; no tomaron las medidas correspondientes y eso provocó que en el proceso interno que tuvimos recientemente, los pseudoperredistas pudieran participar en la renovación del partido como consejeros estatales y nacionales. La Comisión Política Nacional, no tomó las determinaciones en tiempo y forma. Hoy, por desgracia, tenemos legitimados a quienes traicionaron al PRD en el pasado proceso electoral constitucional… Insisto: tienen una legitimación legal, pero no una legitimación moral.
Eso es lo que nos está haciendo daño. Cal y Mayor, hasta hoy, no ha dado la cara por la gente, menos por las causas del PRD. Y no lo va a hacer. Mientras no haya una determinación de la dirigencia nacional, por muchos que hagamos nosotros aquí, quienes sigan controlando al partido serán gentes totalmente ajenas.
—Me parece que la crítica que se ha hecho sobre Jesús Zambrano, es la justa, bien dimensionada, en virtud de la historia de su partido, que no se ha construido de manera fácil, sino con mucha sangre, muchos desaparecidos, muchos muertos y perseguidos. Parece increíble que no se haya dado cuenta aún que el partido en Chiapas, por los argumentos que usted presenta, está casi desaparecido. ¿Obedecerá la postura de Zambrano y la dirigencia nacional perredista a intereses económicos y políticos?
—Esa pregunta la deberían responder ellos, los de la dirigencia nacional; si se antepone la agenda, quizá podamos transitar hacia algunos acuerdos, pero sin renunciar a los principios que nos rigen y nos han dado identidad. Estar en el Pacto por México, no significa renunciar a la agenda del PRD. Si tuviésemos, en Chiapas, a un perredista real encabezando al partido y entraremos a un Pacto por Chiapas, por ejemplo, podría avanzarse en temas en los cuales a lo mejor, tengamos coincidencias. Particularmente, creo que el tema del partidismo, puede quedar atrás si hay destinos comunes. El PRD trabaja por la gente y claro, mientras se haga algo por la gente, nosotros estamos en condiciones de trabajar con quien sea. Como oposición tenemos un rol específico; oponernos sistemáticamente, no afecta al gobierno, ¡afecta a la gente!
Nosotros podemos transitar con acuerdos concretos y viables; sucedió con el Acuerdo por la Igualdad, firmado recientemente. Ahí convergimos, PRI, PAN, PRD, PVEM, en fin, todos los partidos, a favor de las mujeres, a favor de la igualdad. No podemos esperar a que gobierne el PRD para transitar con nuestros propios proyectos. Eso sería egoísta de nuestra parte. Debemos abonar para que las cosas empiecen a cambiar.
—Entiendo que como fracción del PRD, estarían dispuestos a respaldar algunas propuestas del Ejecutivo.
—Que beneficien a la gente y que coincidan con nuestra agenda, sí.
—Con Sabines, al principio, se fueron de boca y al final, terminaron pataleando contra él…
—Son experiencias. Tenemos que ser muy puntuales con el anterior y el actual gobierno en la transparencia y la rendición de cuentas. Esa postura es irrenunciable. Estar en un acuerdo de coincidencias, no significa declinar en nuestra agenda, porque al final, a todos nos interesa superar temas importantes. Tampoco debe haber una negociación en lo oscurito. Y son varios temas en los que quisiéramos avanzar juntos. Está el de una profunda reforma electoral que impulse mecanismos más eficaces y confiables, que no esté controlado por el dispendio del dinero. Una propuesta es ese sentido es que el candidato que rebase el tope de campaña, pierda automáticamente su registro.
—Aunque hay todavía algunos retrasos en la presente legislatura, supongo que su partido tiene una agenda concreta para todo el periodo.
—Hay una agenda que incluye muchos temas entre éstos, el desarrollo rural sustentable, igualdad de género, una reforma electoral de fondo y congruente, transparencia y rendición de cuentas, en fin, varios temas definidos. Cada grupo parlamentario tiene, por ley, que presentar su agenda en determinado tiempo para constituir la gran agenda que involucra a todo el Congreso. Cada grupo parlamentario tiene que trabajar para su discusión y aprobación. Yo le apuesto a que privilegiemos las coincidencias. Por ejemplo, coincidimos en la propuesta de la iniciativa para el cambio climático, porque sabemos que a todos les interesa tener una normativa eficiente en ese tema.
—Usted proviene de un partido con serios problemas de credibilidad; además, es mujer, lo que debe —para muchos que todavía no están inmersos en temas actuales— constituir un serio obstáculo para crecer en política, ¿le ha costado insertarse en un Legislativo en el que persisten vicios, fobias y discriminaciones?
—Sí; sí nos ha costado y más, cuando intentamos hacer las cosas de forma diferente. En Chiapas, lo normal es no decir nada, no opinar sobre nada y aceptar todo lo que te instruyan, sin derecho a usar la razón.
—¿Eso explica, en parte, a la Alejandro Soriano contestataria, protagónica…?
—Creo que cada quien podrá tener la opinión que considere sobre mi persona, siempre que se expresen de manera respetuosa, como creo yo, lo hago desde la Tribuna: con argumentos. Alguien me decía por ahí que “estamos en política”, cuando expresé mi inconformidad por el préstamo de aquellos 3 mil 800 millones de pesos que Juan Sabines pidió tres meses antes que se fuera; ese préstamo no tenía ninguna justificación y así lo hice ver ante el pleno.
Pero, si estamos haciendo política, ¿por qué tener miedo? ¿O Por qué tienen miedo los que hacen política desde diversas posiciones? No debe haber recelos para hacer política. La Tribuna del Congreso fue creada para decir lo que pensamos. Yo no respondo por Alejandra Soriano; respondo a los intereses de la ciudadanía, porque la represento y lo que se expone en la Tribuna, es el sentir del pueblo, la inconformidad de la gente. Ni la gente ni yo debemos pagar lo que otros se robaron.
Entonces, no podemos callar. Por ejemplo, en éste momento, hay una crisis hospitalaria grave, derivada de malos manejos anteriores y no podemos callar esa situación. Un buen representante popular no puede ni debe callar ante lo que sucede en Chiapas. Si en política se debe callar para hacer creer que todo está perfecto, entonces, no es hacer política, sino convertirse en cómplices de los que hacen mal las cosas.
—¿Es usted la única que está en esa corriente?
—Cada quien escoge el estilo con el que quiere trabajar; yo tengo el propio. Podré no compartir ideas con otros legisladores, pero tengo que respetar la postura de cada quien. La responsabilidad, cada uno la asume como mejor le convenga y yo asumo la mía. Yo no subo a la Tribuna para caer bien o mal; subo porque para eso me pagan: para legislar, proponer, debatir, intervenir, gestionar.
Afuera, la gente dice que no hacemos nada, que somos güevones, que se nos paga re-bien y no hacemos nada para beneficio de la sociedad. Debemos, por lo menos, denunciar lo que a la gente le hace daño, a esa gente que exige resultados. Como representantes populares, tenemos la responsabilidad de proteger los derechos del pueblo; para eso nos eligieron. No solo para venir a levantar la mano. No debemos tener miedo porque los cargos públicos, son fugaces y el pueblo, permanece para siempre… ¡Además, nosotros también somos pueblo!
—¿Comparte el resto de legisladores su tesis? ¿Nota usted interés de los demás en entrar a debates sanos, productivos?
—En ésta legislatura ha habido un ejercicio parlamentario rico en discusiones, debates, propuestas; ha habido compañeros —De diferentes partidos— que han subido temas interesantes, debatibles. Eso es bueno. Intensivar el debate es sano para una legislatura como la que tenemos ahora. Es parte de las libertades; no quiere decir que lo que yo suba a decir, a todos les tenga qué caer bien o todos deban aprobarlo. Habrá quienes estén en contra y me digan, desde la Tribuna, que estoy equivocada. No podemos fingir que todo transcurre bien y quedarnos con la boca cerrada y los brazos cruzados.
—¿Es real la separación de poderes en Chiapas?
—No. No es real.
—¿Persisten las simulaciones?
—Hay simulación.
—Identifíquelas.
—Se ha vivido, en lo que me ha tocado vivir en la política, la simulación de la separación entre los tres Poderes del Estado…
—¿Qué hay que hacer para superar esa cuestión?
—Esto es algo que ya es de muchos años. Es como una costumbre muy arraigada.
—¿Es realmente superable?
—Creo que sí. Por el bien de Chiapas, debiera ser superable… Debe superarse. Pero se podrá, solo con la participación ciudadana. Hay que romper varios mitos, como el que establece que todos los políticos somos iguales, que todos, son corruptos, que nadie trabaja; eso no es cierto. Hay quienes sí, son haraganes y hay quienes dedican todo su tiempo para ayudar a los demás. No se puede generalizar.
Otro mito que hay que romper es el de que la política, es para los políticos. Mientras persista la idea que solo los políticos pueden estar en política, la sociedad estará al margen de la toma de decisiones a su favor. La participación ciudadana es importante para derribar mitos y costumbres que nos han hecho daño.
La ciudadanía se tiene qué apropiar de lo que es suyo. La representación popular no es propiedad de nadie en particular; es de cada ciudadano, de la gente, ni siquiera de los partidos políticos. En ese sentido, los chiapanecos deben exigir al Poder Legislativo, cuentas claras y transparencia absoluta, porque ésta, es la representación del pueblo, a quien se debe entregar resultados y cuentas. Eso va a ir generando una verdadera división de Poderes; porque el pueblo va a exigir al Congreso transparencia y el Congreso, lo mismo al Ejecutivo y al Judicial. Si el pueblo exige al Congreso, el Congreso estará obligado a exigir a los otros Poderes que en la praxis, dependen del pueblo mediante su representación popular. La democracia no se cumple con ir a las urnas; la democracia es una práctica permanente y responsable.
—¿Insistirá usted en el tema de una revisión a fondo de la cuentas del anterior gobierno y exigir mayor transparencia al actual?
—Por supuesto. Si no lo hacemos, estaríamos incumpliendo nuestra obligación constitucional. En cuanto al actual, creo que todavía estamos en la etapa en que debemos otorgarle el beneficio de la duda, porque apenas inicia. Hay acciones concretas, legales, que están establecidas en la Constitución y las leyes secundarias, para evitar que ocurra lo que sucedió con el gobierno anterior. El mismo Sabines reformó la ley en su beneficio, enviando una iniciativa en la que se blindó de toda investigación en su contra por corrupción. Esas leyes, hechas a modo, deben ser derogadas. Todos deben ser llamados a cuentas.
—¿Habrá una iniciativa para contrarreformar o derogar la ley que creó el anterior gobernador para escapar de cualquier investigación que lo incrimine en actos de corrupción?
—Por parte del PRD, hay la intención de echar por tierra ese artículo porque es claramente, una forma de evadir responsabilidades administrativas bajo la sospecha de anomalías. Todo gobernador debe ser llamado a cuentas, debe hacerse responsable de su administración, de lo que hacen sus funcionarios. Vamos a seguir insistiendo en ello, sobre todo, porque Chiapas no merece ser robado y su gente, merece justicia. La indiferencia, ya no debe ser parte de nuestro ser como pueblo.
—¿El legislativo tiene intenciones de transparentar centavo por centavo a la administración pasada?
—Esa es nuestra propuesta. Pero ahí tiene que intervenir el Órgano de Fiscalización Superior del Estado…
—Que es una institución que no ha funcionado en lo absoluto.
—Los mecanismos legales están, existen. El asunto es que se cumplan. Desgraciadamente aquí, del dicho al hecho hay mucho trecho.
—¿Llamará el Congreso a Cuentas al titular del OFS, cuyo trabajo ha sido nulo?
—El grupo parlamentario del PRD ha llamado a comparecer a la secretaria de Hacienda, al secretario de Salud, porque es parte de los derechos que tenemos en el Reglamento Interno del Congreso, pero la verdad es que estamos ante una desventaja real: solo somos dos diputadas en la fracción del PRD, frente a una mayoría aplastante.
—¿Cuál ha sido la postura de los demás?
—Pues hasta el momento, ni a favor ni en contra, pero mientras tengan una reacción, el tiempo transcurre.
—¿Indiferencia absoluta?
—Sin que diga eso, hasta el momento, simplemente no ha habido respuesta a las dos solicitudes de comparecencia. En su momento lo haremos con el del OFS. A partir de la aprobación de la última cuenta pública de la administración de Sabines (que las dos diputadas del PRD, no aprobamos) esa instancia tiene seis meses para analizar esa cuenta y regresarla al Congreso; falta todavía analizar otras observaciones a esa cuenta del 2012. ¿Tenemos confianza que vayan a actuar con imparcialidad? No. No, porque el encargado de esa dependencia, está plenamente identificado con Sabines y sería extraño que atacara a quien le dio la chamba.
Es indispensable, urgente, que en el Órgano de Fiscalización Superior, haya un relevo. El que está, ya no tiene la confianza de los chiapanecos. Tiene que entrar alguien nuevo, profesional, con amplia trayectoria que sea respetado o respetada. Con un perfil ciudadano impecable. Hay que ciudadanizar a esa institución con gente íntegra, de reconocido prestigio; la vigilancia de los recursos públicos, no puede estar en manos de un amigo del que lo ejerce.