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¿Reapareció El Enmascarado de Plata en Jiquipilas? |
Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Quien no recuerda aquellas cintas mexicanas en las que un hombre, generalmente con el rostro encubierto, aprehendía a bandas de cuatreros y hacía justicia para todos. Muchas leyendas se construyeron en torno a tales personajes. Sucedía en los lóbregos años cuando el caciquismo imperaba y la ley era letra muerta. A 80, 60 años de distancia, esos personajes resurgen en la vida real. Y no en un planeta nuevo y retrasado sino aquí, en éste planeta. Es más, en éste país. Peor aún, ¡en Chiapas!
Desde hace algunos años, el municipio de Jiquipilas cayó en manos de personajes verdaderamente oscuros, sinvergüenzas, ladrones. Los alcaldes que han llegado de cinco años para ésta fecha, no se han librado de cometer fechorías. El hijo de uno de éstos, Níber López Hernández, en un acto de prepotencia y cobardía, ordenó a los policías municipales a mantener maniatado a un indigente mientras le golpeaba brutalmente para después, acertarle un balazo. Eso ocurrió en febrero del 2011.
Un periodo antes al de López Hernández, Léster Hernández Esquinca, hizo lo propio como alcalde: sembró el terror entre los habitantes de aquel otrora pacífico lugar. William Cruz, fue atropellado (testigos aseguran que de manera intencional) por una hermana del entonces edil; Cruz murió a consecuencia de las heridas provocadas por el vehículo con placas DPF-1399. La autora del crimen quedó libre.
Pero no solo abusos por parte de los dos últimos alcaldes se agudizaron en aquella población; por lo menos tres poderosas bandas de asaltantes asentaron sus reales ahí, con la complacencia y respaldo de los exalcaldes e incluso, del actual, quien nada ha hecho por frenar la actividad delincuencial.
José Alfonso Cruz Sarmiento, edil en funciones tras haber el Congreso desaforado a Níber López Hernández, dicen los mismos vecinos de Jiquipilas, tiene ligas con las bandas criminales, pues muchos han sido los que han aportado pruebas testimoniales en contra de éstos y nada sucede. Es el mismo alcalde quien presiona al Ministerio Público (que debe ser otro ladronazo como muchos) para que no actúe conforma a la ley.
Por lo menos, entre tres y seis casas son saqueadas diariamente; los comercios, ni se diga. Una de las bandas, creen los vecinos, está compuesta “junior’s” del pueblo. Incluso lo afirman, en virtud que éstos andan armados por el pueblo, causando escándalos e incluso, realizando disparos al aire. Lo ilustran con una balacera que protagonizaron recientemente, el hijo del exalcalde Hernández Esquinca, el hijo de uno de los caciques de apellido Padilla Valdivia y un hijo, suponemos, del actual alcalde, según reportaron a Fichero Político, habitantes de ese lugar que, desesperados, solicitan la presencia del Ejército, para frenar la ola de asaltos y llevar a la cárcel a los criminales.
La falta de seguridad en Jiquipilas, ha llevado a un hecho insólito: la aparición de un personaje enmascarado que ha atrapado a algunos asaltantes. Parece de película de los años 30’s y 40’s del siglo pasado. Pero es real. Y la gente, apoya sus acciones. Lo que se han negado a revelar es qué destino han tenido los criminales apresados por el vengador anónimo. El temor es que, al ver que las autoridades no actúan y ante la posibilidad que los liberen pronto, el personaje en cuestión, los desaparezca para siempre.
Ahora bien, ¿hay necesidad de ello? No. Pero la ineficacia de las autoridades policiales y de procuración de justicia, obliga a la población a tomar sus propias providencias, lo que no debería suceder, si los obligados a garantizar la seguridad de los pueblos, se aplicaran en su tarea.
El llamado urgente de los jiquipiltecos es que se despliegue un operativo permanente para someter a los criminales. Y tienen razón. Un pueblo entero no puede seguir siendo víctima de un grupo de ladrones que, ante la complacencia de la policía, hace y deshace. A la par, se debe investigar a los últimos tres alcaldes, pues ellos permitieron que las bandas proliferen, ellos deben saber por qué y quiénes son. Esperemos que se rescate a Jiquipilas de las garras de la inseguridad y la violencia.
Tarjetero
*** Juan Jesús Aquino, diputado del PAN en el Congreso del Estado, ha logrado mantener equilibrio en su fracción parlamentaria, pese a que dentro de ésta, hay uno que otro baquetón que se sirve del cargo para hacer lo indebido. Aquino ha mostrado prudencia y trabajo legislativo impecable. Ello le ha generado confianza de muchos chiapanecos que ahora, lo han impulsado para ser diputado federal plurinominal del Partido Acción Nacional. Esperemos mantenga su ritmo de trabajo y no se olvide de los chiapanecos que lo hicieron ganar. *** El presidente Calderón festejó ayer el fin de la veda electoral. Ya le urgía al mandatario. *** Es indignante que los seguidores de AMLO insulten a las mujeres. Un movimiento dice defender los derechos de las mujeres, de pronto se lanza con groserías inadmisibles contra una de ellas, la esposa de Enrique Peña Nieto. La señora no tiene la culpa del oficio de su marido. Y los seguidores del rijoso Peje, no tienen derecho a insultarla. ¿Acaso son hipócritas? Por un lado se indignan porque alguien llama “india” a una mujer y ellos sí pueden calificar de prostituta a otra. Cordura, respeto, educación, señores. Lanzarse con insultos contra una dama, es demostrar que no tienen argumentos para el debate y menos, para demostrar que sus alegatos son fundamentados. Si así tratan a una mujer que no conocen, ¿cómo tratarán a las que sí conocen y conocen perfectamente bien? *** En el capítulo III, artículo 20 del Código Electoral dice: “Los servidores públicos separados temporalmente de su encargo para contender en el proceso electoral, podrán reincorporarse al mismo una vez concluida la jornada electoral si no son electos; caso contrario, deberán separarse conforme a las disposiciones que sean aplicables, durante el tiempo que permanezcan en el cargo para el que fueron electos.” Y es que muchos alcaldes que ganaron una diputación, pretenden regresar a gobernar a sus municipios. Igual, los diputados que ganaron una diputación federal o alcaldía, ya regresaron a sentarse en el Congreso, lo cual, como vemos, es una flagrante violación a la ley. De que son sinvergüenzas, lo son. Ahí, tanto las autoridades electorales como las del Congreso, deben hacer valer ésta. De lo contrario, estarán, todos, violando las leyes, lo que no habla nada bien del sistema de gobierno. Ya le tendré una lista de quienes no pueden regresar a sus anteriores cargos. *** Luego nos leemos.
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