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| "Hemos perdido la capacidad de ponernos de acuerdo." |
Reforma laboral,
para un México competitivo
Angel Mario Ksheratto
Para Luis Armando Melgar Bravo, los precios políticos impuestos a los intentos de reforma, han rezagado al país entero; por ello, propone buscar acuerdos para superar la crisis política nacional y llevar a México a altos niveles de competitividad. Para lograrlo, dice, necesariamente debe pasarse por una reforma estructural de amplias expectativas.
A bordo del “Güerobus”, el aspirante a una curul en el Senado de la República, se explaya en diversos temas y reconoce que en política, todo trabajo a favor de los electores, puede resultar insuficiente. “Lo importante es trabajar”, dice y afirma que la juventud, es un reto que implica responsabilidad. A continuación, un extracto de la entrevista:
—México requiere reformas estructurales, de fondo que han estado estancadas durante poco más de 12 años, ¿qué propuesta lleva al Senado el candidato Luis Armando Melgar Bravo para destrabar los trámites legislativos que han generado rezagos en esa materia?
—Yo comenzaría a hablar de la coyuntura; dónde estamos hoy y la importancia que tiene el hoy con lo que viene. La gran oportunidad ante la cual estamos y que habrá de definirse el próximo 1 de julio, es a darle nuestro voto a la Alianza Compromiso por México; estoy seguro que con Enrique Peña y la garantía de un Congreso de Mayoría, se va a avanzar en reformas estructurales para el país.
De ésta manera se van a poder resolver todos los temas pendientes. Desde 1997, se perdieron las mayorías, durante el gobierno de Ernesto Zedillo; desde entonces no hemos tenido la capacidad de ponernos de acuerdo. Todos sabemos lo que se necesita hacer, pero se ha puesto un costo, un precio político a las cosas y por eso no avanzamos. Cuando el PRI impulsaba reformas interesantes y de beneficio para los mexicanos en el 98, el PAN se oponía; posteriormente, cuando el PAN como gobierno hacía propuestas, el PRI se oponía.
Lo que ha faltado es trabajar los acuerdos políticos; ya sabemos que necesitamos una reforma política, una energética, laboral y eso no se va a lograr si no nos ponemos a trabajar en los acuerdos y la mejor manera de hacerlo es que exista un gran consenso y que sea producto de la próxima elección, que creo es lo relevante de esa fecha.
—¿Son los equilibrios, factor para detener las reformas?
—Yo estoy convencido de que el costo político que le han puesto a las reformas es lo que ha detenido un avance; los “qué” son muy sencillos. Por ejemplo, para tener un país más competitivo, necesitamos una reforma laboral que le quite costo al empresariado y fomente la creación de empleos. Hoy no tenemos leyes que fomenten la creación de empleos; por un lado por el otro, necesitamos dinamizar el sector energético, bajando el costo para las empresas y puedan hacer negocios. Como la ha venido diciendo el Güero Velasco a lo largo de su campaña., tenemos qué bajar el costo de la energía eléctrica, no solo para lo que implica para las familias mexicanas, sino lo que implica para las empresas, para los inversionistas.
—¿Va México camino a la privatización de los energéticos?
—Yo no creo que “privatización” sea la palabra. Yo lo que creo es que necesitamos sectores competitivos; sobre todo, los energéticos que son sectores transversales que le pegan a toda la economía mexicana por todos lados. Necesitamos tener un sector energético más competitivo; yo no hablaría de privatizarlo pero sí, lo haría en el sentido de inyectarle capital privado. Hay qué ver el ejemplo de Lula Da Silva en Brasil, quien promovió grandes reformas que fueron satanizadas por la izquierda, pero que al final, los grandes beneficiados fueron los sectores sociales más vulnerables. En México, los beneficios de PEMEX, no llegan a los sectores sociales que más lo necesitan. Se subsidia la gasolina, pero no se focalizan. Es decir, no se subsidia a quien realmente lo necesite; los actuales subsidios son un sinsentido porque por un lado, se crean programas de asistencia social, pero por otro, les suben el precio a la luz, por ejemplo. Se debe armar un paquete de subsidios focalizados.
—¿Sigue siendo la pena de muerte un tema vigente, de propuesta en el Partido Verde?
—Lo hemos venido valorando y consideramos que ya no es un tema de vigencia. A raíz de los análisis, concluimos que ésta debía sustituirse por la cadena perpetua. Pero cuando hablamos de cadena perpetua para los secuestradores, pienso que las cárceles no son precisamente el mejor lugar para los delincuentes. Lo hemos visto en los últimos años: Las cárceles son universidades del crimen, por un lado y por otro, resorts turísticos de los criminales, donde hacen lo que se les pega la gana, al grado que ahí dentro se matan entre sí. Eso debe cambiar; en el Partido Verde Ecologista de México, vamos a analizar todas las propuestas, especialmente aquellas con ideas muy claras.
—En la contienda actual, vemos muchos candidatos jóvenes a quienes se les achaca no conocer a fondo los problemas de Chiapas…
—Coincido contigo; la juventud, por definición, no necesariamente es un activo; es un reto. La juventud no deja de ser más que la oportunidad que tenemos de hacer cosas, pero tenemos que entender el valor del tiempo. En ésta vida somos lo que hacemos con el tiempo. Así que la juventud a secas, no te da nada. Lo que a un joven le da valor es el compromiso, el trabajo, la disciplina. Todos los jóvenes de bien, solo saben hacer el bien. Por eso tenemos mucho qué celebrar por y con Manuel Velasco, nuestro próximo gobernador porque es joven y ha venido caminando y con ello nos ha demostrado que juventud es responsabilidad.
—¿Obliga ello a ustedes los candidatos no solo a cumplir sus promesas sino a estar permanente en Chiapas y no caer en las viejas manías de ir a un municipio, pedir el voto y no volver nunca más?
—Quien quiera hacer política hoy en día, tiene que construir bajo el fundamento de las cuatro “C”; la de “cercanía”, la de “corazón”, la de “confianza” y la de “compromiso”. Esto es, cumplir todos y cada uno de los compromisos que se hagan. Si no se tiene la capacidad de generar cercanía con la gente, simple y sencillamente, es un desperdicio de tiempo.
—¿Cuál es su propuesta para incentivar los sectores que, aunque se está trabajando en ello, siguen siendo factor de retraso?
—El gran enemigo de Chiapas es la pobreza, pero no nos podemos quedar solo en el reconocimiento del flagelo; tenemos qué entender que la única forma de acabar con la pobreza es generando riqueza. Vamos a pensar que Chiapas es una empresa y que la vamos a comprar y ésta empresa tiene que tener dos grandes medidas: contención social que es garantizar un mínimo de vida para cualquier individuo, que nadie viva en la marginación. Y esto no es discurso, es una realidad.
Por eso la contención social debe llevar a la par, una inversión importante y debe ser prioritaria. Y lo otro es la generación de riqueza. Por ejemplo, hacer del turismo una actividad que genere riqueza; se debe dar un valor agregado al campo para que valga. Hay que inyectarle a éstos dos sectores, de manera transversal, recursos públicos para incentivar a las micro, pequeñas y medianas empresas, mediante sistemas financieros, créditos para que todos puedan echar a andar negocios. Chiapas tiene un gran potencial que debe aprovecharse y aprovecharse bien.