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Algunos dicen que fue un debate "transparente". |
Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Un escote de escándalo hacía falta al destartalado Instituto Federal Electoral para confirmarnos la poca seriedad del proceso electoral; no debería ser, desde luego, el escote de la furtiva edecán, tema para el debate, pero su irrupción en un escenario viciado de origen y con pocas expectativas, desató la escandalera generalizada, llevándose las palmas de una noche gris para los candidatos que al final, perdieron todo.
No hubo un acuerdo entre los asistentes al debate ni entre los analistas políticos, pese a que en materia de propuestas, sensatez y cordura, sin duda, ganó Gabriel Quadri de la Torre, candidato del partido perteneciente a la señora Elba Esther Gordillo, duramente criticada por la corrupción en que ha vivido al amparo de gobiernos priístas y panistas.
Los representantes de los tres partidos más grandes del país, simplemente llegaron a poner sus apestados trapos al sol. Acusaciones largamente publicitadas —algunas sin el sustento debido—, señalamientos de incumplimiento de deberes y obligaciones y epítetos desastrosos, marcaron lo que se esperaba como una cena de negros.
En esa triste y lamentable rebatinga entre Enrique Peña Nieto, Josefina Vásquez Mota y Manuel Andrés López Obrador, los tres perdieron. Las encuestas de salida tras el debate, elevaron a Quadri de un menos uno por ciento de calificación por el debate, hasta un 18.4 por ciento, rebasando a la candidata del PAN, que se quedó con un 17.3 por ciento. Peña Nieto bajó a 31.6, mientras que López Obrador, conservó el 20.8 por ciento que traía en medio de oscilaciones estadísticas. Esto, según la encuesta de El Universal.
De tal manera, dice ese diario, que si las elecciones fuesen hoy, el mexiquense obtendría el 36.3 por ciento, López Obrador 23.4, Vásquez Mota 22.0 y Quadri de la Torre 9.5.
En el periódico Reforma, los resultados de su encuesta es reveladora: la calificación para Quadri es de 7.4 puntos; a Vásquez Mota le otorgan el 6.7, a López Obrador 6.2 y a Peña Nieto, 5.6. En términos generales, según Reforma, del 1 por ciento que antes del debate tenía intenciones de votar por el candidato del PANAL, se elevó a 24 por ciento.
En la encuesta de Excélsior, Quadri también gana el debate, seguido por Peña Nieto, un tercer lugar para López Obrador y hasta la cola, Josefina Vásquez. La encuestadora Demotecnia ofrece un resultado apabullante: gana el debate Quadri con el 40.5; le sigue López Obrador con 21.4 por ciento, luego aparece Vásquez Mota con 18.0 y hasta atrás, Peña Nieto con apenas 14.6 por ciento.
Podemos seguir revisando encuestas y números y el resultado va a ser el mismo. El llamado candidato “ciudadano”, se eleva potencialmente. Las razones son obvias: los candidatos de los tres partidos fuertes, no hicieron una sola propuesta confiable. Se dedicaron a pelear entre sí, ignorando a los mexicanos. Error. Un craso error que les está costando caer de las preferencias electorales.
La alerta roja debe encenderse en las casas de campaña de estos señores y la señora panista. No están convenciendo a los electores; no sirven sus propuestas.
Desafortunadamente, Quadri es un candidato impuesto por la líder del sindicato más grande de América Latina, pero también, es la lideresa más corrupta sobre la faz de la tierra. Eso le resta posibilidades reales al ingeniero metido a candidato. Pero que avanzó, avanzó y apabulló al resto de contendientes, lo cual es preocupante, porque nos refuerza la teoría de que el sistema de partidos en México y la clase política, están en franca decadencia.
De ahí que llamó más la atención la aparición de una edecán mostrando los senos, que los temas debatidos. Ese, por desgracia, es el nivel de inteligencia y capacidad de quienes organizan las elecciones y los que participan como candidatos. México no puede darse el lujo de ser gobernada por quienes ignoran las necesidades y exigencias sociales y se dedican a la verborrea raquítica y sin sentido común. Lástima. Lástima. Lástima.
Tarjetero
*** En Ocosingo, dos panistas de dudosa reputación social, intentan imponer candidatos al margen de la militancia y de los estatutos que rigen al PAN; se trata de Carlos Solórzano Arcia, ex alcalde y el actual edil, Arturo Zúñiga Urbina, quienes desatendiendo todo reglamento y sugerencia de los militantes reales, pretenden imponer a Gilberto Rodríguez de los Santos como candidato, aún cuando éste no ha renunciado a su militancia priísta y ser además, líder de un grupo de choque, dedicado a atacar propiedades privadas. Tal situación ha generado que los panistas de Ocosingo, se empiecen a revelar, lo cual es entendible, toda vez que no están siendo respetados sus derechos. Han acudido a la presidencia de ese partido en Chiapas pero el pobre Carlitos Palomeque, anda en la baba. *** ¿Por qué se registró María Elena Orantes en el DF? ¿No se supone que es Chiapas el estado que quiere gobernar? Mal, muy mal, mi estimada senadora, que ignore a los chiapanecos. *** Roberto Albores Gleasson, haciendo de las suyas y obteniendo nada para su partido. Sus imposiciones, dicen, podrían costarle la derrota para el Senado de la República. *** El PRI, obligado está a revisar cuidadosamente las aspiraciones de sus militantes en los municipios de Chiapas. Más aún, en aquellos donde se prevén alianzas con el PVEM; en algunos, la cantidad de aspirantes es sencillamente, impresionante, aunque la mayoría, no cumple con lo que la ley establece. Un ejemplo de ello es Tonalá, donde dos de los aspirantes, sencillamente no reúnen siquiera el requisito de mediana popularidad entre los electores. Karim Mafud y María Elena Pineda, son dos grises personajes que a una eventual alianza PRI-PVEM, le restaría los votos suficientes como para que ahí, sufran un revés electoral de grandes consecuencias. Lo grave de todo es que Pineda y Mafud, ante su poco arraigo entre la militancia de ambos partidos, intentan chantajear a las dirigencias de éstos; su intención, desde luego, no es la de una competencia sana, sino la de conseguir chambitas como regidores, lo que en aquella ciudad rechazan contundentemente, en virtud del negro historial de los pretendientes en cuestión. Ahí que lo vean. *** Luego nos leemos.
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