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Mónica Arriola Gordillo, herencia maldita. |
Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
El reciente discurso de Enrique Peña Nieto, no es solo para ser oído y dejarlo en el anecdotario. No es que sea revelador o contenedor de una esperanza certera; es, por su cruel naturaleza, el reflejo de lo que le falta a su partido, el Revolucionario Institucional que, en 12 años de estancia en la oposición, poco o nada a aprendido y, por inercia propia, se acerca más al PRI de hace 50 años que a una organización política acorde con los nuevos tiempos.
En la letra, el precandidato tricolor avizora “vientos de cambio” pero en el espíritu, la simulación, el autoengaño y las imposiciones dolosas, siguen su curso como si nunca ese partido hubiese caído en desgracia electoral. Ningún cambio puede ser notorio si en Chiapas, por ejemplo, se impone, sin el menor trámite democrático, a candidatos que para empezar, no pertenecen a ése partido.
Tampoco se ven esos “aires de cambio” en otros estados donde el ahora llamado “peñanietismo”, pretende imponer a candidatos que no ofertan votos al aspirante presidencial y por el contrario, auguran merma de votos para éste y el vetusto partido; Puebla, Tabasco, Chiapas, Quintana Roo, por mencionar algunos estados donde la ira engendra una rebelión que parece imparable, precisamente por el abismo entre el discurso y los hechos.
Con todo y eso, Enrique Peña Nieto hizo el compromiso de no poner en riesgo la democracia interna; poco convincente si vemos que aquí, en Chiapas, donde hay un priismo fuerte, se intenta asignar a candidatos no surgidos de ese partido. ¿No estaría en riesgo la democracia interna? ¡Por supuesto que sí!
En Chiapas, como todos sabemos, no existe la posibilidad de un candidato de unidad; hay cinco priístas que buscan la nominación y sin duda. Por tanto, merecedores son los priístas locales de un proceso interno democrático que defina quién habrá de representarlos en las elecciones del 2012… O por lo menos, que se agoten los mecanismos adecuados antes de una imposición que arrastre al candidato presidencial priísta a una derrota, por lo menos, aquí.
Un sexto precandidato a la gubernatura, es el militante del PVEM, Manuel Velasco Coello; en opinión de los priístas, si aspira a ser candidato de una alianza, debe pasar por los filtros necesarios dentro del PRI, para acceder a sus pretensiones. Hay quienes dicen que debe debatir sus propuestas con los demás aspirantes y eso nos parece lo justo, si es que no se pretende poner en riesgo la democracia dentro del PRI. Otros dicen que debe enfrentar una elección interna; también es válida esa opción, pues si ha de ganar la nominación, debe hacerlo con dignidad; asumir la responsabilidad sin pasar por lo necesario, solo le atraería aborrecimiento de miles de priístas que lo verían como una intrusión dolosa inaceptable. Eso en verdad, no pondría a la democracia en riesgo.
Peña Nieto también dijo que estarán comprometidos con la ley; nos parece perfecto. Pero nos preguntamos si su precandidato en Chiapas, está en la misma línea de acción y pensamiento. Aquí hay una ley electoral que prohíbe realizar anticipados actos de campaña y sin embargo, por todo el territorio hay propaganda electoral de Velasco Coello. ¿Ese es el compromiso con la ley? No entendemos.
En otra parte de su discurso, el aspirante presidencial priísta dijo que cuidará celosamente la unidad interna; plausible. ¡Bravo! Pero debemos insistir: ¿La están cuidando en Chiapas donde se pretende imponer como candidata al Senado a una militante del PANAL, cuya madre tiene el historial de corrupción más grande en América Latina?
¿Garantiza Mónica Arriola Gordillo la unidad de los priístas chiapanecos? Lo dudamos puesto que ella, al no ser chiapaneca (o por lo menos, no ha vivido jamás aquí) poco o nada le importa tan cacareada “unidad”. A ella le interesa llegar al Senado, cobrar altas dietas y ponerse en la línea sucesoria del 2018. Así de sencillo. En otras palabras, Humberto Moreira, Enrique Peña Nieto o quien sea que esté detrás de esa imposición, están despojando a su partido en Chiapas de la posibilidad de no estar en las boletas en dos periodos consecutivos. ¡A eso llaman “unidad priísta”!
Aseguró que no es el momento de un solo hombre, “sino de todos los priístas”. Perfecto. ¿Son priístas Manuel Velasco y Mónica Arriola y Luis Armando Melgar Bravo? Éste último, también del PVEM, es el otro candidato al Senado en la alianza PRI-PVEM para Chiapas.
Y sí, tiene razón Peña Nieto: hay desánimo. Desaniman las pretensiones antidemocráticas para un estado como Chiapas. Desanima que el PRI, en lugar de transformarse, siga en la línea del pasado. Desanima que no tengan un proyecto verdadero, congruente y eficaz. Chiapas no es ya, el laboratorio del priismo nacional; Chiapas no está a la merced de unos cuantos que pretendan decidir su futuro entre amigos de parranda que no han vivido aquí. Chiapas merece respeto.
Merece candidatos competitivos, capaces. No niños ni amiguitos…
Tarjetero
*** Inició el registro de precandidatos del PAN al Senado y la Cámara de Diputados. Nada nuevo, por supuesto. Se dice que los mismos nombres de siempre y uno que otro arrimado sin nada que ofrecer. Lo que sí han criticado es la incapacidad de su actual dirigente estatal. No es para menos. *** Hace algunos días toqué el tema de Fabiola Ricci, regidora de San Cristóbal de las Casas; hablamos de su emporio de corrupción familiar dentro de las instituciones coletas. Ahora resulta que ésta señora, intenta presionar para que se nombre un Concejo Municipal. ¡Por favor! Quien debe renunciar es ella. La que ha incurrido en actos contra la ley es ella. Lo que es no tener tantita vergüenza. *** Ayer, en Ocosingo, terminó el IX Torneo Regional Charro, dedicado al ilustre MVZ, Guillermo Montesinos Farrera, cuya trayectoria fue reconocida durante los tres días que duró el evento. Cabe de3cir que dicho campeonato cobra cada año gran relevancia, en virtud de reunir a las mejores asociaciones Charras de los estados del sureste del país. A don Guillermo Montesinos, la mejor de las felicitaciones por el reconocimiento hacia su persona. ¡Enhorabuena! *** Hace algunos días, en plática informal con algunos diputados del PRI, escuchamos maledicencias contra el güero Velasco, a quien Moreira y Peña intentan imponer, sin el consentimiento de la base priísta, como candidato a la gubernatura. Imposible reproducir los calificativos contra el senador verdoso. Incluso, hubo más de uno que juró que se castraría si el güero se acercaba al PRI. Anteayer, éstos y otros de ese partido, se tomaron la foto oficial con el mequito. ¿¡Diay!? ¿Dónde está la congruencia? ¿Ya se vendieron? ¿Cuánto cobraron? No he visto tanta suciedad junta. ¡Asqueroso! *** Luego nos leemos.
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