Sabines, combatiendo la pobreza. |
Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Mañana de pánico virtual colectivo… Vivo cerca de una escuela primaria y un kínder. Muchas madres de familia apresuraban los pasos; algunos maestros les habían prevenido no acercarse al centro de Tuxtla Gutiérrez.
La razón: una presunta balacera, desatada tras el asalto a una farmacia; luego la señora que me ayuda con la limpieza de la casa, se asomó para cumplir con sus labores.
Llevaba a su pequeña nieta y me confirmó que los maestros estaban alertando a los padres a no pasar por el centro. Abrí mi cuenta en Facebook y era tema recurrente; lo mismo en Twitter. Nada claro, pues algunos reportaban desde Tapachula, un asalto seguido de un impresionante operativo policíaco-militar que llenó a la gente de pavor.
Se trató, confirmarían reportes de prensa posteriores, de un asalto a una casa de empeño, de ésas que hay una en cada esquina. Algunos feisbukeros capitalinos, confirmaban el asalto a una farmacia, perpetrado por un hombre armado con un cuchillo. Otros decían que no, que habrían asaltado una sucursal bancaria sobre la Avenida Central. Confusión absoluta, común en casos cuando se mezcla la irresponsabilidad con la indiferencia.
Ninguno de los jefes de prensa de las dependencias involucradas en temas de seguridad y prevención que respondieron la llamada, sabía nada.
“Solo rumores”, justificaron y prometieron investigar para de inmediato informar; sigo esperando la llamada de confirmación ó negación. Sucede todo el tiempo, ya no extraña.
Vía Facebook, el alcalde de Tuxtla Gutiérrez, Yassir Vázquez, negó que hubiese habido un acto de violencia en la capital. “… todo en calma y paz”, reportó, devolviendo un poco de calma, pese a que las versiones se sucedían, cada vez con más pánico. ¿Qué sucedió realmente?
En las mismas redes sociales se habló de una broma de mal gusto. Presumiblemente, inició tras un mensaje masivo enviado a teléfonos celulares. Tampoco se confirmó ésa versión. Por donde se le vea, hay un tinte de irresponsabilidad.
Primero, de quien pudo haber desatado la alarma. Segundo, de quienes, teniendo la obligación de mantener la calma, no aclararon a tiempo los rumores. Tercero, si hubo un evento de esa naturaleza, no era apropiado ocultarlo.
Cualquier autoridad, del rango que sea, tiene como obligación primaria, preservar la vida humana; por tanto, menester era alertar a la ciudadanía sobre los posibles riesgos y, en caso contrario, alentarla a seguir con su vida cotidiana.
No se trata de causar pánico, sino de conducir a la gente por las vías correctas. La gente tiene el derecho ineludible de ser informada oportuna, correcta y verazmente. Lo ocurrido ayer, sin duda, es consecuencia del clima de psicosis nacional; todo asusta, todo espanta. Es lógico cuando a cada rato escuchamos de balaceras por todos lados.
Afortunadamente, Chiapas todavía goza de tranquilidad, en comparación con Nuevo León, Michoacán, Tamaulipas, Chihuahua y otros estados. Tuxtla es una ciudad relativamente tranquila. No podemos negar que hay hechos violentos, normales, si me aceptan el término; propios de una ciudad de un poco más de un millón de habitantes.
Macheteados por cuestiones sentimentales, pleitos de cantina, robos a casas, en fin, nada, por fortuna, relacionado con el crimen organizado. El chiapaneco es gente de leyes y de paz; cuando ve algo anormal, lo reporta.
Eso ha ayudado a que criminales de alta esfera no asienten sus reales aquí. Estoy seguro que si a la gente se le alerta adecuadamente de la presencia de criminales peligrosos, al primero que vean, lo denuncian. Pero si no se les dice qué está sucediendo, sencillamente, no hace nada y los delincuentes, se van fortaleciendo. Hasta el momento de terminar la columna de hoy, seguía cierto nivel de confusión; había sí, acusaciones de irresponsabilidad contra quien ó quienes pudieron haber lanzado el borrego. Coincido con ellos.
No se puede ser irresponsable en momentos en que se requiere sobriedad, seriedad y responsabilidad. Debe haber una norma que sancione rigurosamente a quienes atenten contra la paz y la tranquilidad de los ciudadanos.
Habrá gente que con tal de poner “en evidencia” al gobierno estatal, recurra a estupideces de ése tamaño. ¿Cuántos “tuiteros” no conocemos que se esconden en el anonimato para atacar al gobierno sin más razón que sus frustraciones? Son cobardes, lo sabemos; incapaces de poner su nombre y rostro para mostrar su valor civil. Pero también debe haberlas contra quienes, teniendo la responsabilidad y obligación de proteger los intereses de la ciudadanía, se muestran indiferentes o lo peor, presionan para que la verdad quede soterrada.
Debieron de inmediato aclarar los rumores y devolver la tranquilidad. Pero no. Por desgracia, no fue así.
Dejaron que la gente entrase en pánico y que los rumores desbordaran la psicosis. No es ocultando las cosas como se va a combatir ni a los delincuentes, ni a los irresponsables que generan y difunden rumores. Sucedió un evento violento en Tapachula, sí. ¿Por qué negarlo? ¿Sucedió en Tuxtla?
Ojalá lo entiendan unos y otros. Ni más irresponsabilidad, ni más indiferencia. Es lo justo; lo que se requiere para mantener la armonía. Creo yo… ¿O ando equivocado?
Tarjetero
*** Ayer, Francisco Blake Mora, secretario de Gobernación, entregó el penúltimo informe de Felipe Calderón. Un acto republicano, como le siguen llamando algunos, pero que llega en un momento poco afortunado para el país. Violencia extrema, economía raquítica, desempleo al alza, por mencionar lo menos. Lo deseable hubiese sido que, como propuso don Jacobo Zabludovsky hace unos días en su prestigiada columna en El Universal, no se dé un informe, sino que se ofrezcan disculpas. *** Derivado de la visión del gobierno de Juan Sabines Guerrero desde el 2007 se estableció un programa de recuperación de las plantaciones y hasta hoy se han plantado 45.6 millones de cafetos, con lo que se han renovado 101 mil hectáreas y beneficiado a 90 mil productores del grano de todas las regiones del Estado. Esta orientación de las políticas públicas para detonar el campo han hecho que en Chiapas la actividad cafetalera sea sinónimo de combate a la pobreza afirmó el gobernador Juan Sabines Guerrero. “Sabemos que esto erradica pobreza, y el café empieza a ser un factor de erradicar pobreza, en algún tiempo fue sinónimo de pobreza hoy es sinónimo de resolver problema, el café también es motivo para que vengan migrantes a trabajar a Chiapas”, sostuvo el mandatario. (BP) *** Luego nos leemos.
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