![]() |
El exdictador, frente a la justicia que negó a los chiapanecos. |
Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Los defensores de último momento de Pablo Abner Salazar, no daban crédito a los hechos que confirmaban que la justicia, por fin alcanzaba al soberbio tirano que retó a los chiapanecos en sus últimas apariciones públicas. Los que por necesidad monetaria ó desvergüenza tradicional vendieron su —perdón por la cruda verdad— ¡pinche conciencia! se revolotearon y se negaban a creer que el tirano, ahora es reo en la cárcel que utilizó para saciar su odio y rencores; estaba ya, justo en el lugar a dónde mandó a sus despojados. Defensores a sueldo que escudados en el cobarde anonimato, insultaban, retaban y amenazaban a quienes pedían que el exdictador, fuera a la cárcel. Hoy solo les queda como herencia, la ignominia, la miseria moral y las migajas de una dictadura que creyó, estar a la orden de una trascendencia fatua. La verdad los alcanzó a todos.
Auto excomulgados de su torpe fe en un sátrapa desalmado que les había convencido que era invencible, ayer buscaban pretextos sistemáticos para establecer la inocencia de éste; aventuraron decir que se violaron los derechos constitucionales de quien, como gobernante, no respetó ni una sola ley, ni el derecho de sus víctimas. ¡Hipócrita!
Cuando él usufructuó el poder, no tuvo compasión de nadie. Cualquier indefenso chiapaneco perdía sus propiedades en litigios amañados y despojos descarados. No había entonces, esperanza de encontrar justicia… Hoy se queja —a través de sus abogados— que no ha tenido el derecho a defenderse. ¿Dejaron Pablo Abner y su ahora compañero de prisión, Mariano Herrán Salvatti abierto el derecho de defenderse de las falsas acusaciones que inventaron a sus víctimas? No. Todo ciudadano que era perseguido, enfrentaba a todo un aparato represor y a instituciones corrompidas y prostituidas. Nadie podía defenderse, nadie tenía sus derechos a salvo. Ninguna garantía era válida.
La solvencia moral, por tanto, no le asiste; no le sirve, incluso. Con la realidad enfrente, no tiene más alternativa que el chantaje, la presión indebida y la tergiversación de la verdad. Por eso, los lloriqueos, las lamentaciones lejos de ayudarle, minan la compasión colectiva. Nadie puede creer a un hombre que desde el poder, abusó de todos.
Sabe el exdictador que sus rabietas, solo alimentarán el morbo de una sociedad que, al unísono, aplaudía ayer su detención. Solo unos cuantos, los menos, los que de una u otra forma se beneficiaron con las migajas de la dictadura, mostraron inconformidad. Entendible. Algo debían al tirano. Ó quizá, sigan muertos de miedo. Es probable.
Anteayer, para desgracia de Pablo Abner, debió pasar por la misma rutina carcelaria por las que pasaron sus víctimas; porque la cárcel, se dice, es pareja. Las humillaciones que ordenó contra los presos políticos, hoy se vuelven contra él. El que cosecha papas, ha sembrado papas; el que siembra rábanos, levanta rábanos. Pablo, por desgracia, sembró tormentas y eso cosecha, aún cuando sus defensores aleguen lo contrario.
Como buhonero con título falso, usurpó la función pública; se le tornó tormenta, ésa que ahora, le arrastra hasta lo que le tuvo qué venir.
Le veo ahora con la cabeza gacha, escondiéndose de los miles de presos políticos a quienes encarceló injustamente. Despojado de su prepotencia y soberbia. Alejado de su risa burlona… Le veo urgido de compasión, ante la reducción de su arrogancia. Tras mi segunda detención —injusta y al margen de la ley— el tirano exdictador, aún con cargo de gobernante, me encaró en pleno parque central de Tuxtla Gutiérrez.
—Ya, pinche enano hijuetureputamadre —me soltó desde la seguridad de su camioneta blindada, custodiada por exguerrilleros salvadoreños— que se te quite lo pendejo… Le respondí:
—Yo voy a ser pendejo toda mi vida; tú, solo vas a ser gobernador por seis años.
De ese tamaño era su prepotencia. Su arrogancia, su petulancia. No podemos festinar la desgracia de ningún ser humano. Pero sí, aplaudir que la justicia alcance a todos y la impunidad, se aleje de Chiapas. Nadie puede estar por encima de la ley. Eso es mucho más que claro. Y si Pablo Abner utilizó el poder para saciar sus ambiciones personales, debe pagar. Así de sencillo. Y debe afrontar las consecuencias de sus actos con hombría, no con lloriqueos. Los hombres de verdad, asumen la vida con dignidad y honorabilidad.
Tarjetero
*** El exalcalde de San Cristóbal de las Casas, Mariano Díaz Ochoa, trascendió de manera extraoficial, también ha sido detenido. Éste fue un edil que gobernó con torpeza y por ello, no dudamos que tenga qué pasar un buen tiempo en prisión. *** La supuesta “huelga de hambre” que dicen, inició el exdictador en El Amate, no debe influir en las diligencias ministeriales. Los chantajes son inadmisibles. Que afronte su realidad. *** Josefina Vázquez Mota, negó haber manejado los recursos para ayudar a los damnificados del huracán “Stan”. Eso deja al exdictador en una posición difícil. Porque debe explicar dónde está todo ese dinero. *** Anteayer fue el Día de la Libertad de Expresión; muchos colegas fueron reconocidos por su trabajo. La Asociación de Columnistas hizo lo propio con sus socios; el Foro de Periodistas, también. Un abrazo a todos los colegas premiados. *** Muchos exfuncionarios de la dictadura, empezaron desde ayer a buscar alas para volar. El miedo no anda en burro. Algunos, trascendió, empezaron a buscar amparos. *** Luego nos leemos.
amksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com