Partidos, dolor de cabeza presidencial. |
Angel Mario Ksheratto
Imposible. El distanciamiento y la extrema sensibilidad de los políticos de ahora, hacen imposible el tránsito de las reformas políticas, sociales y económicas que se han venido planteando desde hace diez años. Del autoritarismo y la imposición “aplanadora” del priismo, pasamos a la debilidad e inconsistencia del panismo, factores a los que hay que añadir la falta de tacto para pactar los acuerdos imperiosos que permitan avanzar en una reforma a fondo del Estado.
A menudo nos hemos encontrado con piedras artificiales que obstaculizan el paso de leyes nuevas; éstas provienen de actos meramente pueriles y reacciones emocionales que dislocan todo intento por garantizar al país una nueva modalidad para hacer frente a los graves problemas de gobernabilidad que le aquejan y que muy pocos han querido ver desde la perspectiva correcta. El discurso bélico del Presidente Calderón en los últimos días, por ejemplo, han vuelto a cerrar la vía de la concertación inexcusable para las reformas propuestas en el Congreso de la Unión.
Dijimos anteayer en éste mismo espacio que el Presidente de la República está actuando más como porrista del Partido Acción Nacional que como estadista; no corresponde a él, en su calidad de primer ciudadano, alentar grescas electorales, sino salvaguardar el estado de las instituciones, abonando a favor de la democracia y el libre ejercicio de elección. No es oficio de la Presidencia, oponerse a la determinación libre de los ciudadanos.
El alegato innecesario de Felipe Calderón, arrastró los intentos de reforma a otro estancamiento que la oposición parece estar aprovechando en toda su dimensión. Cierto: no se puede transitar la senda de la democratización, si ésta es cargada de cardos y piedras traídas desde las oficinas presidenciales. Los arranques emocionales de Calderón Hinojosa no deben ser la base para las reformas que se pretenden.
Por otro lado, vemos a una oposición sumamente sensible; una oposición diseñada para lloriquear a la menor provocación. Y nos convoca a risa ver a Francisco Rojas, Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes y otros priístas, rasgarse la ropa al menor aullido de un mandatario desorientado y urgido de momentos clave para salvar su periodo presidencial.
Tanto daño hacen los arranques de histeria oficial de Calderón, como los plañideros llantos de la oposición. Ni uno ni otro parecen tener clara la meta del país; solo aciertan a ver sus intereses, pero nunca voltean a ver hacia el pueblo que los eligió y les exige congruencia, compromiso y serenidad. Cierto es que el señor Presidente de la República está envainando mal, pero ello no quiere decir que en respuesta, la oposición haga lo mismo y caiga en la dinámica de estancar, no solo al gobierno, sino al país, entero.
Es incomprensible el discurso del mandatario; por un lado, desenfunda y dispara contra los partidos de oposición y por otro, les ruega pactar acuerdos que le permitan afianzar su administración. Es también incompresible que los opositores, en Michoacán fustiguen a Calderón y en el Estado de México, se alíen a él para devorarse entre sí. La incongruencia, por desgracia, parece ser el alimento de ésta generación de politiqueros sin escrúpulos, encabezados por un Presidente débil y carente de un proyecto, justo cuando faltan apenas dos años para que deje el poder.
Y mientras están en sus diatribas y rencores, el país se derrite en violencia, pobreza, corrupción, impunidad e ingobernabilidad. Porque no podrá decir el Presidente que México está en su mejor momento. Si bien hay algunos logros, éstos, por desgracia, son opacados por actos deleznables que sumen al país en una crisis más allá de lo que los ciudadanos pueden soportar. Urge que todos se serenen, que todos piensen en México y no en sus intereses.
De otra forma, se corre el riesgo de un estallido social de grandes proporciones.
Tarjetero
*** En el boletín oficial, del informe del alcalde capitalino, se lee lo siguiente: Un compromiso más de mi campaña —dijo Jaime Vals Esponda, edil tuxtleco— que se ha cumplido fue el rescate de los espacios públicos, para la cual se gestionaron los recursos necesarios para que las familias tuxtlecas tengan el espacio para la convivencia y recreación con la cual se renovaron y construyeron parques como el de patines, patinetas y bicicrós Enoch “Noquis” Cancino Casahonda. Este programa también se extendió a las colonias Santa Cruz, San José Terán, Nueva Delicias, Jardines del Pedregal… Vivo en la colonia “Nueva Delicias” que está compuesta solo por tres calles (incluyendo la Calzada al Sumidero), dos avenidas y un callejón (el “98”, famoso a mediados y finales de los 80’s por una casa de citas ahí ubicada). Pues bien, ayer mismo, antes de escribir ésta parte, salí para conocer el parque que, se supone, se remodeló ó se construyó en mi colonia. No encontré nada. Espero estar equivocado y quizá se refieran a otra colonia del mismo nombre. Pero si no, me parece que por ahí, hay un engaño del tamaño del mundo. En Nueva Delicias jamás ha habido parque; el más cercano está en la colonia “Maya”, con la que colindamos. ¿Alguien puede explicar esto? *** Saludable, el reconocimiento que la milicia federal recién hizo al gobernador Juan Sabines Guerrero. Ello es signo de convivencia, respeto, cooperación y respaldo mutuo. *** Luego nos leemos.
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