Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Sin el menor asomo de vergüenza, el
senador perredista, condena lo que
en Chiapas utilizó como arma para
someter a los opositores de la dictadura.
El fin de semana pasado, vía correo electrónico, el ex ejecutor de la dictadura pablista, Rubén Velázquez, en su calidad de presunto senador de la República, emitió un comunicado de prensa que, lejos de llamar la atención por su pobre contenido, obliga al recuerdo de su paso como funcionario público, especialmente porque no fue un empleado público cualquiera, si no, el que tuvo en sus manos la potestad asignada de ordenar detenciones ilegales, secuestros, persecuciones, asesinatos, espionajes y delitos inventados contra quienes se opusieron a la tiranía encabezada por Pablo Abner Salazar.
En la bazofia pública, el legislador perredista propone “erradicar la práctica de la tortura”, porque tal práctica es violatoria de los derechos humanos. Nada más hipócrita. Cuando Velázquez fungió como Secretario de Gobierno durante la dictadura, fue el principal promotor de la tortura en contra de cientos de indígenas, detenidos bajo la falsa sospecha de pertenecer a grupos antagónicos de la tiranía.
En su calidad de testaferro del dictadorzuelo, defendió con uñas y mordiscos a los ejecutores de tales prácticas, como ha quedado asentado en el caso de doce indígenas del municipio de Tila, detenidos en el año 2003, acusados de terrorismo, sedición, asociación delictuosa y tráfico de armas y drogas. A los doce detenidos, agentes de la entonces Fiscalía General, arrancaron, por órdenes directas de Rubén Velázquez y Mariano Herrán Salvatti, declaraciones a fuerza de tortura.
Uno de los agraviados perdió un ojo, otro quedó con molestias en los esfínteres de por vida… Cuando Ramón (el apellido lo reservo para no poner en riesgo su integridad física) me contó las formas de tortura que tuvo qué pasar junto con sus compañeros, quedé aterrado.
Finalmente, ellos fueron sentenciados a 70 años de prisión. Cuando los familiares de los detenidos se quejaron públicamente de las torturas a que fueron sometidos, el mismo Rubén Velázquez, negó las acusaciones e incriminó a los denunciantes actos de desestabilización social, además de llamarles mentirosos, revoltosos y delincuentes.
Dijo además que las confesiones habían sido ofrecidas por los indígenas “a voluntad propia”, pese a que las evidencias físicas lo desmintieron todo el tiempo.
Hoy, desvergonzado e hipócrita, hace una propuesta que no va con su asquerosa forma de hacer política. “La práctica de la tortura en México obedece no solo a la corrupción y falta de recursos en las investigaciones criminales, sino también a que el sistema judicial admite como pruebas contundentes las confesiones de los acusados, sin importar las formas en que fueron obtenidas”, dice sin la menor de las vergüenzas.
Nadie mejor que él para afirmar tal verdad, pues él, junto con sus compinches pablistas, de esa forma logró declaraciones falsas de culpabilidad a sus opositores enviados a la cárcel. En cierto modo, la afirmación de Rubén Velázquez durante la Jornada para la Prevención de la Tortura, debe ser tomada como la admisión de sus aberrantes actos contra miles de chiapanecos encarcelados injustamente durante el sexenio de Pablo Abner Salazar.
Nadie mejor que él para conocer y reconocer las arbitrariedades, las torturas y demás abusos que conducen a la tortura; es el que mejor conoce los métodos. Lo demás es hipocresía, oportunismo y falta de vergüenza.
Placidito en problemas
A días de las elecciones, Plácido Humberto Morales Trujillo, candidato de la alianza PAN-PRD y otros partiditos insignificantes, está en serios problemas de legalidad para ser votado. Según documentación fehaciente, el hijo del secretario de Pesca y la directora del DIF de Ocozocoautla, no renunció al cargo público que ostentaba en el Distrito Federal, en el tiempo que establece la ley electoral de Chiapas.
Esto, de cumplirse con lo establecido en el estatuto, le impide tajantemente participar como candidato. Por otro lado, fuentes fidedignas de la municipalidad de Ocozocoautla, confirmaron que la constancia de residencia, le fue otorgada personalmente por la alcaldesa coiteca, María de Lourdes López López, aún cuando éste no tenía ni tres semanas de haber regresado a Coita para participar en una elección viciada de origen. Sí, porque a pesar que hubo un intento de “proceso interno” en el que no participó el influyente junior de Plácido Humberto Morales Vázquez, resulto “electo”, lo que en términos llanos se llama “imposición”.
En fin, la de Plácido Morales Trujillo, es una candidatura tramposa, impositiva y carente de los valores democráticos que, se supone, abanderan las instituciones electorales de Chiapas.
A ello se une un hecho denigrante más: la alcaldía de Ocozocoautla y la secretaría de Pesca, dilapidan recursos a favor del aspirante de la alianza PAN-PRD. Así de sucia está la cosa. Eso no lo ven las autoridades electorales.
Tarjetero
*** Acabó el sueño. La tozudez de Javier Aguirre, las intromisiones de los directivos del fútbol mexicano, las presiones de las dos grandes televisoras, la haraganería de los jugadores y hasta los errores arbitrales, pusieron en el avión de regreso a una selección que se ufanó de ganar a dos grandes (Italia y Francia) que llegaron al Mundial con tantas ganas de perder, que por poco y se van en el primer partido. Era el sueño. Sí. Terminó en pesadilla; sirvió unos días de cortina de humo, pero nada más. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Sin el menor asomo de vergüenza, el
senador perredista, condena lo que
en Chiapas utilizó como arma para
someter a los opositores de la dictadura.

En la bazofia pública, el legislador perredista propone “erradicar la práctica de la tortura”, porque tal práctica es violatoria de los derechos humanos. Nada más hipócrita. Cuando Velázquez fungió como Secretario de Gobierno durante la dictadura, fue el principal promotor de la tortura en contra de cientos de indígenas, detenidos bajo la falsa sospecha de pertenecer a grupos antagónicos de la tiranía.
En su calidad de testaferro del dictadorzuelo, defendió con uñas y mordiscos a los ejecutores de tales prácticas, como ha quedado asentado en el caso de doce indígenas del municipio de Tila, detenidos en el año 2003, acusados de terrorismo, sedición, asociación delictuosa y tráfico de armas y drogas. A los doce detenidos, agentes de la entonces Fiscalía General, arrancaron, por órdenes directas de Rubén Velázquez y Mariano Herrán Salvatti, declaraciones a fuerza de tortura.
Uno de los agraviados perdió un ojo, otro quedó con molestias en los esfínteres de por vida… Cuando Ramón (el apellido lo reservo para no poner en riesgo su integridad física) me contó las formas de tortura que tuvo qué pasar junto con sus compañeros, quedé aterrado.
Finalmente, ellos fueron sentenciados a 70 años de prisión. Cuando los familiares de los detenidos se quejaron públicamente de las torturas a que fueron sometidos, el mismo Rubén Velázquez, negó las acusaciones e incriminó a los denunciantes actos de desestabilización social, además de llamarles mentirosos, revoltosos y delincuentes.
Dijo además que las confesiones habían sido ofrecidas por los indígenas “a voluntad propia”, pese a que las evidencias físicas lo desmintieron todo el tiempo.
Hoy, desvergonzado e hipócrita, hace una propuesta que no va con su asquerosa forma de hacer política. “La práctica de la tortura en México obedece no solo a la corrupción y falta de recursos en las investigaciones criminales, sino también a que el sistema judicial admite como pruebas contundentes las confesiones de los acusados, sin importar las formas en que fueron obtenidas”, dice sin la menor de las vergüenzas.
Nadie mejor que él para afirmar tal verdad, pues él, junto con sus compinches pablistas, de esa forma logró declaraciones falsas de culpabilidad a sus opositores enviados a la cárcel. En cierto modo, la afirmación de Rubén Velázquez durante la Jornada para la Prevención de la Tortura, debe ser tomada como la admisión de sus aberrantes actos contra miles de chiapanecos encarcelados injustamente durante el sexenio de Pablo Abner Salazar.
Nadie mejor que él para conocer y reconocer las arbitrariedades, las torturas y demás abusos que conducen a la tortura; es el que mejor conoce los métodos. Lo demás es hipocresía, oportunismo y falta de vergüenza.
Placidito en problemas
A días de las elecciones, Plácido Humberto Morales Trujillo, candidato de la alianza PAN-PRD y otros partiditos insignificantes, está en serios problemas de legalidad para ser votado. Según documentación fehaciente, el hijo del secretario de Pesca y la directora del DIF de Ocozocoautla, no renunció al cargo público que ostentaba en el Distrito Federal, en el tiempo que establece la ley electoral de Chiapas.
Esto, de cumplirse con lo establecido en el estatuto, le impide tajantemente participar como candidato. Por otro lado, fuentes fidedignas de la municipalidad de Ocozocoautla, confirmaron que la constancia de residencia, le fue otorgada personalmente por la alcaldesa coiteca, María de Lourdes López López, aún cuando éste no tenía ni tres semanas de haber regresado a Coita para participar en una elección viciada de origen. Sí, porque a pesar que hubo un intento de “proceso interno” en el que no participó el influyente junior de Plácido Humberto Morales Vázquez, resulto “electo”, lo que en términos llanos se llama “imposición”.
En fin, la de Plácido Morales Trujillo, es una candidatura tramposa, impositiva y carente de los valores democráticos que, se supone, abanderan las instituciones electorales de Chiapas.
A ello se une un hecho denigrante más: la alcaldía de Ocozocoautla y la secretaría de Pesca, dilapidan recursos a favor del aspirante de la alianza PAN-PRD. Así de sucia está la cosa. Eso no lo ven las autoridades electorales.
Tarjetero
*** Acabó el sueño. La tozudez de Javier Aguirre, las intromisiones de los directivos del fútbol mexicano, las presiones de las dos grandes televisoras, la haraganería de los jugadores y hasta los errores arbitrales, pusieron en el avión de regreso a una selección que se ufanó de ganar a dos grandes (Italia y Francia) que llegaron al Mundial con tantas ganas de perder, que por poco y se van en el primer partido. Era el sueño. Sí. Terminó en pesadilla; sirvió unos días de cortina de humo, pero nada más. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
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