Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Encargado de la seguridad interna del
país, incapaz de contener las iras
futboleras de su jijito del alma.
Dos hechos desataron la ira nacional en las últimas horas: el asesinato del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú y las graves amenazas de muerte que contra familiares de algunos seleccionados lanzó el hijo del Secretario de Gobernación tras la derrota del equipo mexicano ante Argentina. Aunque los dos lamentables sucesos no están ligados directamente, la conexión se logra justamente porque el encargado de mantener la paz y la tranquilidad interna, ha mostrado, en la actitud grosera, naca y vulgar de su vástago, incapacidad para mover los hilos de la armonía del país.
¿Con qué cara Fernando Gómez Mont saldrá a condenar el violento asesinato de un candidato opositor si en el seno de su casa está arraigada la violencia y la intolerancia? ¿Con qué autoridad moral ofrecerá castigar a los responsables del crimen contra Torre Cantú si él cobijará con su alto cargo los abusos de su hijo? ¿Con qué argumento rebatirá los pretextos de quienes asesinaron al tamaulipeco si él no ha podido educar a su hijo?
No cabe duda que la violencia ha rebasado los límites de lo aceptable. Si los hijos de funcionarios recurren a ésta por motivos realmente tribales, nada bueno podemos esperar de quienes defienden intereses financieros más allá de cualquier imaginación, por rica que ésta sea.
Son dos hechos que indignan, pero que también llaman a la reflexión y urgen al gobierno a replantear la lucha contra el crimen organizado, una lucha que hasta hoy solo se ha granjeado el aplauso de las autoridades estadounidenses.
Claro, nuestros vecinos del norte, felices porque los ríos de sangre no corren en su suelo, sino aquí, donde siempre toca la cuota de muerte.
No hay un solo analista político que opine lo contrario: la guerra contra el crimen ordenada por el presidente Calderón, es una guerra sin táctica ni estrategia. Una guerra desorganizada y sin ápice de inteligencia; una guerra en la que son más los daños colaterales que los específicamente planeados para persuadir a quienes están en el otro bando.
Es además, una guerra sin justicia, pues muchos de los hasta ahora detenidos por las autoridades, según se sabe, han sido obligados a aceptar delitos que no han cometido. La desorientación oficial en éste caso, evidentemente la están aprovechando diversos grupos armados para fortalecer sus posiciones. Y aunque lo nieguen, estamos total y absolutamente colombianizados.
El asesinato de Torre Cantú, es una prueba de ello. Aunque es un golpe a las instituciones, cierto es también que se trata de un mensaje directo a Calderón; un mensaje que confirma los temores de millones de mexicanos: la guerra contra el crimen organizado, nació muerta. Triste y dolorosa realidad que cada día que pasa, se aferra más al pensamiento de todos. A esto han surgido voces, algunas extremas, en el sentido que el replanteamiento de la lucha contra el crimen organizado debe pasar por la completa depuración de los cuerpos policiales, militares e incluso, del Poder Judicial y talvez hasta del Ejecutivo.
Del último, quizá sea mucho más urgente y necesario; las imágenes donde el hijo del Secretario de Gobernación agrede a la esposa del futbolista Guillermo Franco, no pueden quedar como simple anecdotario deportivo. No se nota pasión futbolera, sino actitud rabiosa, postura xenofóbica inadmisible. Si Gómez Mont no es capaz de meter en cintura a un hijo abusivo y prepotente, ¿cómo confiarle la seguridad y tranquilidad del país? Así, estamos más que fritos.
Tarjetero
*** La violencia, por cierto, no está lejos de Chiapas; en Zinacantán, un grupo de perredistas agredió con armas de fuego a un grupo de priístas. El saldo es de dos muertos y varios heridos, como siempre. Según trascendió, el principal oponente a que se haga justicia es el neoburgués Alejandro Gamboa, supuesto líder del PRD en Chiapas. Era de esperarse. Esto, pese a que hay más de 50 detenidos. Así juegan sus cartas. *** Lamentable el show que Emmanuel Nivón llevó a cabo durante el debate de candidatos en Tapachula. El pobre chamaco, la verdad, no tuvo arrestos para debatir y prefirió la diatriba que la sensatez. Con ello demuestra que no tiene tantita capacidad para gobernar una ciudad como aquella donde convergen infinidad de culturas y formas de vida. *** Hace unos días, las autoridades electorales admitieron un cierto número de quejas y demandas por violaciones a la ley electoral. Hasta ahí llegaron. No hay detenidos, no hay señalados. Fue como para taparle el ojo al macho. Esto nos lleva irremediablemente a lo de siempre: Impunidad más impunidad. Ni modos, no podríamos esperar otra cosa que no sea eso. *** Hablando de quejas, las presentadas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, son muchas, pero ninguna ha sido debidamente aceptada por ese organismo. Son varias las razones para que ello suceda. Entre éstas, la incapacidad de su presidente Juan Carlos Moreno Guillén; por otra parte, la falta de profesionalismo y por último, la complicidad y complacencia de ese órgano con los involucrados en asuntos graves. *** Para la familia Montero Vidal, mi más sincero pésame por la muerte de don Tavito, hombre ejemplar, fallecido en días pasados. Descanse en paz. *** Y la lluvia no cesa. Hasta ahora, nada de gravedad, por lo menos en la capital chiapaneca. En algunos municipios de la Costa y Sierra, sí los problemas de siempre. Afortunadamente ha habido una política de precaución, aunque en esas cosas, no hay nada que valga cuando la naturaleza se lo propone. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Encargado de la seguridad interna del
país, incapaz de contener las iras
futboleras de su jijito del alma.
Dos hechos desataron la ira nacional en las últimas horas: el asesinato del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú y las graves amenazas de muerte que contra familiares de algunos seleccionados lanzó el hijo del Secretario de Gobernación tras la derrota del equipo mexicano ante Argentina. Aunque los dos lamentables sucesos no están ligados directamente, la conexión se logra justamente porque el encargado de mantener la paz y la tranquilidad interna, ha mostrado, en la actitud grosera, naca y vulgar de su vástago, incapacidad para mover los hilos de la armonía del país.¿Con qué cara Fernando Gómez Mont saldrá a condenar el violento asesinato de un candidato opositor si en el seno de su casa está arraigada la violencia y la intolerancia? ¿Con qué autoridad moral ofrecerá castigar a los responsables del crimen contra Torre Cantú si él cobijará con su alto cargo los abusos de su hijo? ¿Con qué argumento rebatirá los pretextos de quienes asesinaron al tamaulipeco si él no ha podido educar a su hijo?
No cabe duda que la violencia ha rebasado los límites de lo aceptable. Si los hijos de funcionarios recurren a ésta por motivos realmente tribales, nada bueno podemos esperar de quienes defienden intereses financieros más allá de cualquier imaginación, por rica que ésta sea.
Son dos hechos que indignan, pero que también llaman a la reflexión y urgen al gobierno a replantear la lucha contra el crimen organizado, una lucha que hasta hoy solo se ha granjeado el aplauso de las autoridades estadounidenses.
Claro, nuestros vecinos del norte, felices porque los ríos de sangre no corren en su suelo, sino aquí, donde siempre toca la cuota de muerte.
No hay un solo analista político que opine lo contrario: la guerra contra el crimen ordenada por el presidente Calderón, es una guerra sin táctica ni estrategia. Una guerra desorganizada y sin ápice de inteligencia; una guerra en la que son más los daños colaterales que los específicamente planeados para persuadir a quienes están en el otro bando.
Es además, una guerra sin justicia, pues muchos de los hasta ahora detenidos por las autoridades, según se sabe, han sido obligados a aceptar delitos que no han cometido. La desorientación oficial en éste caso, evidentemente la están aprovechando diversos grupos armados para fortalecer sus posiciones. Y aunque lo nieguen, estamos total y absolutamente colombianizados.
El asesinato de Torre Cantú, es una prueba de ello. Aunque es un golpe a las instituciones, cierto es también que se trata de un mensaje directo a Calderón; un mensaje que confirma los temores de millones de mexicanos: la guerra contra el crimen organizado, nació muerta. Triste y dolorosa realidad que cada día que pasa, se aferra más al pensamiento de todos. A esto han surgido voces, algunas extremas, en el sentido que el replanteamiento de la lucha contra el crimen organizado debe pasar por la completa depuración de los cuerpos policiales, militares e incluso, del Poder Judicial y talvez hasta del Ejecutivo.
Del último, quizá sea mucho más urgente y necesario; las imágenes donde el hijo del Secretario de Gobernación agrede a la esposa del futbolista Guillermo Franco, no pueden quedar como simple anecdotario deportivo. No se nota pasión futbolera, sino actitud rabiosa, postura xenofóbica inadmisible. Si Gómez Mont no es capaz de meter en cintura a un hijo abusivo y prepotente, ¿cómo confiarle la seguridad y tranquilidad del país? Así, estamos más que fritos.
Tarjetero
*** La violencia, por cierto, no está lejos de Chiapas; en Zinacantán, un grupo de perredistas agredió con armas de fuego a un grupo de priístas. El saldo es de dos muertos y varios heridos, como siempre. Según trascendió, el principal oponente a que se haga justicia es el neoburgués Alejandro Gamboa, supuesto líder del PRD en Chiapas. Era de esperarse. Esto, pese a que hay más de 50 detenidos. Así juegan sus cartas. *** Lamentable el show que Emmanuel Nivón llevó a cabo durante el debate de candidatos en Tapachula. El pobre chamaco, la verdad, no tuvo arrestos para debatir y prefirió la diatriba que la sensatez. Con ello demuestra que no tiene tantita capacidad para gobernar una ciudad como aquella donde convergen infinidad de culturas y formas de vida. *** Hace unos días, las autoridades electorales admitieron un cierto número de quejas y demandas por violaciones a la ley electoral. Hasta ahí llegaron. No hay detenidos, no hay señalados. Fue como para taparle el ojo al macho. Esto nos lleva irremediablemente a lo de siempre: Impunidad más impunidad. Ni modos, no podríamos esperar otra cosa que no sea eso. *** Hablando de quejas, las presentadas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, son muchas, pero ninguna ha sido debidamente aceptada por ese organismo. Son varias las razones para que ello suceda. Entre éstas, la incapacidad de su presidente Juan Carlos Moreno Guillén; por otra parte, la falta de profesionalismo y por último, la complicidad y complacencia de ese órgano con los involucrados en asuntos graves. *** Para la familia Montero Vidal, mi más sincero pésame por la muerte de don Tavito, hombre ejemplar, fallecido en días pasados. Descanse en paz. *** Y la lluvia no cesa. Hasta ahora, nada de gravedad, por lo menos en la capital chiapaneca. En algunos municipios de la Costa y Sierra, sí los problemas de siempre. Afortunadamente ha habido una política de precaución, aunque en esas cosas, no hay nada que valga cuando la naturaleza se lo propone. *** Luego nos leemos.
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