Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Mientras los líderes católicos y
evangélicos se enfrascan en luchas
que no les corresponde, los indígenas
se matan entre sí por defender su "fe".
¿Por qué mantener cerrados los ojos ante lo evidente y grave de la situación religiosa en algunos municipios indígenas de Los Altos de Chiapas? Ni las autoridades civiles, ni las religiosas han trazado un plan de pacificación en las comunidades rurales donde el salvajismo y la intolerancia minan la paz social y ponen en riesgo cientos de vidas. Pareciera que la autoridad moral de los dirigentes católicos y evangélicos, es letra muerta en ésos lugares donde los usos y costumbres amparan cualquier cantidad de atropellos, vejaciones y agresiones que van más allá de lo permitido por las leyes que rigen al país, ésas que, se supone, deberían estar por encima de acciones contrarias a la convivencia pacífica y más aún, al espíritu de solidaridad, comprensión y caridad que enseña la doctrina cristiana, cualquiera que sea la forma de adoración a Dios.
La disputa por 30 pesos que las autoridades civiles del municipio de Huixtán exigen anualmente a los moradores del lugar para la celebración de una fiesta católica, desbordó la tensión que desde hace meses se venía alimentando y que ninguna autoridad religiosa ó civil, ha querido ver. Las familias “rebeldes”, los que se han convertido al protestantismo, según los propios católicos, son apenas cinco. En total, éstas bebieron entregar, suponemos que al Ayuntamiento, 150 pesos para la celebración de la fiesta de la Santa Cruz. Se negaron, argumentando que pagarlo, supondría estar de acuerdo con la realización de una fiesta para los evangélicos, pagana y contraria a sus creencias.
Los católicos no estuvieron de acuerdo y decidieron imponer —contra la libertad de culto y el derecho de ciudadanos de los evangélicos— un castigo a los rebeldes: cortarles el suministro de agua.
Durante la acción inconstitucional de los católicos, fueron atacados a balazos, dejando como saldo, nueve heridos de bala, dos de ellos de suma gravedad, según los reportes médicos. La versión de los católicos es que desde las plantaciones de milpa, decenas de hombres armados dispararon con armas de alto poder, asunto que, según se supo oficialmente, corroboraron los cuerpos de policía que acudieron en auxilio de las víctimas. De esto surgen varias preguntas:
Si solo son cinco familias evangélicas estaban en contra de una recaudación poco clara, ¿de dónde salieron las “decenas” de hombres armados? ¿Son, los evangélicos, un grupo paramilitar bien organizado y conformado? ¿Pudo ser un montaje para culpar a los evangélicos y enviarlos a la cárcel? ¿Por qué no tiraron a matar? ¿Por qué las autoridades civiles de Huixtán obedecieron las órdenes de los católicos? Huixtán no es el único municipio donde la intolerancia religiosa es un riesgo para la estabilidad social de Chiapas. Algo está fallando en la enseñanza religiosa. El amor al prójimo es la máxima lección de ambas ramas del cristianismo y me parece que es lo que menos ofertan los predicadores. Si se empeñasen en educar a los feligreses en ese tema, no habría tanto odio e intolerancia.
La responsabilidad de evitar más derramamiento de sangre, está en las manos de los líderes de católicos y evangélicos. Se supone que el Espíritu Santo debe habitar en los corazones de católicos y evangélicos. Por tanto, deben amarse unos a otros y no andar como salvajes, haciéndose daño. Pero como las cabezas de ambos grupos están más en otros asuntos y menos en la educación espiritual de los seguidores, las cosas se salen de su cauce. Urge que los líderes de ambos bandos religiosos, se sienten a buscar mecanismos para hacer entender a la gente que la violencia no es el camino para alcanzar la salvación; he escuchado decir a algunos políticos y líderes sociales que a los indígenas es difícil de hacerles entender las cosas, que no entienden razones. No lo podemos creer. Sí entienden, sí pueden convivir en paz. Lo que sucede es que no tienen ejemplos claros a seguir.
Sus dirigentes no les han dado el tiempo necesario para escucharlos y enseñarles un camino de paz y armonía. Ese es el problema. Ojalá y encuentren una solución inmediata. No pueden, los dirigentes católicos y evangélicos, permanecer silentes y ociosos ante un fenómeno que poco a poco va creciendo y que puede ser, en breve, un asunto que nadie pueda frenar. Están a tiempo. Solo es cuestión que se pongan a trabajar.
Tarjetero
*** Futbolísticamente hablando, dos cosas me llenan de alegría y placer: cuando gana el Cruz Azul y cuando pierden el América y los Jaguares de Chiapas. Lo primero, por obvias razones; en el caso del América, por cuestiones estrictamente deportivas y el jaguares, porque aún no se hace justicia a los niños que tuvieron qué morir para que se le construyese el estadio “Víctor Manuel Reyna” y porque no se han explicado muchas cosas financieras desde que la dictadura pablista lo trajo para dar circo al mutilado pueblo de Chiapas. Pero en fin, ayer me dio inmensa alegría ver cómo el Toluca echó de la liguilla al América. Todo parece indicar que la final podría ser entre Santos y Toluca. ¿O Toluca-Pumas? *** Empezamos otra semana y del caso Paulette, nada; se había dicho que la semana pasada, se tendría el reporte final y no fue así. Como que va quedando en la impunidad. *** ¿Se reposiciona el PRI? Si, es cierto. De ser el partido invencible gracias a los fraudes electorales, ahora está posicionado en la cola, mucho después de los partiditos de tercera que ahí andan tras el presupuesto. *** ¡Feliz Día de las Madres!. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Mientras los líderes católicos y
evangélicos se enfrascan en luchas
que no les corresponde, los indígenas
se matan entre sí por defender su "fe".
¿Por qué mantener cerrados los ojos ante lo evidente y grave de la situación religiosa en algunos municipios indígenas de Los Altos de Chiapas? Ni las autoridades civiles, ni las religiosas han trazado un plan de pacificación en las comunidades rurales donde el salvajismo y la intolerancia minan la paz social y ponen en riesgo cientos de vidas. Pareciera que la autoridad moral de los dirigentes católicos y evangélicos, es letra muerta en ésos lugares donde los usos y costumbres amparan cualquier cantidad de atropellos, vejaciones y agresiones que van más allá de lo permitido por las leyes que rigen al país, ésas que, se supone, deberían estar por encima de acciones contrarias a la convivencia pacífica y más aún, al espíritu de solidaridad, comprensión y caridad que enseña la doctrina cristiana, cualquiera que sea la forma de adoración a Dios.La disputa por 30 pesos que las autoridades civiles del municipio de Huixtán exigen anualmente a los moradores del lugar para la celebración de una fiesta católica, desbordó la tensión que desde hace meses se venía alimentando y que ninguna autoridad religiosa ó civil, ha querido ver. Las familias “rebeldes”, los que se han convertido al protestantismo, según los propios católicos, son apenas cinco. En total, éstas bebieron entregar, suponemos que al Ayuntamiento, 150 pesos para la celebración de la fiesta de la Santa Cruz. Se negaron, argumentando que pagarlo, supondría estar de acuerdo con la realización de una fiesta para los evangélicos, pagana y contraria a sus creencias.
Los católicos no estuvieron de acuerdo y decidieron imponer —contra la libertad de culto y el derecho de ciudadanos de los evangélicos— un castigo a los rebeldes: cortarles el suministro de agua.
Durante la acción inconstitucional de los católicos, fueron atacados a balazos, dejando como saldo, nueve heridos de bala, dos de ellos de suma gravedad, según los reportes médicos. La versión de los católicos es que desde las plantaciones de milpa, decenas de hombres armados dispararon con armas de alto poder, asunto que, según se supo oficialmente, corroboraron los cuerpos de policía que acudieron en auxilio de las víctimas. De esto surgen varias preguntas:
Si solo son cinco familias evangélicas estaban en contra de una recaudación poco clara, ¿de dónde salieron las “decenas” de hombres armados? ¿Son, los evangélicos, un grupo paramilitar bien organizado y conformado? ¿Pudo ser un montaje para culpar a los evangélicos y enviarlos a la cárcel? ¿Por qué no tiraron a matar? ¿Por qué las autoridades civiles de Huixtán obedecieron las órdenes de los católicos? Huixtán no es el único municipio donde la intolerancia religiosa es un riesgo para la estabilidad social de Chiapas. Algo está fallando en la enseñanza religiosa. El amor al prójimo es la máxima lección de ambas ramas del cristianismo y me parece que es lo que menos ofertan los predicadores. Si se empeñasen en educar a los feligreses en ese tema, no habría tanto odio e intolerancia.
La responsabilidad de evitar más derramamiento de sangre, está en las manos de los líderes de católicos y evangélicos. Se supone que el Espíritu Santo debe habitar en los corazones de católicos y evangélicos. Por tanto, deben amarse unos a otros y no andar como salvajes, haciéndose daño. Pero como las cabezas de ambos grupos están más en otros asuntos y menos en la educación espiritual de los seguidores, las cosas se salen de su cauce. Urge que los líderes de ambos bandos religiosos, se sienten a buscar mecanismos para hacer entender a la gente que la violencia no es el camino para alcanzar la salvación; he escuchado decir a algunos políticos y líderes sociales que a los indígenas es difícil de hacerles entender las cosas, que no entienden razones. No lo podemos creer. Sí entienden, sí pueden convivir en paz. Lo que sucede es que no tienen ejemplos claros a seguir.
Sus dirigentes no les han dado el tiempo necesario para escucharlos y enseñarles un camino de paz y armonía. Ese es el problema. Ojalá y encuentren una solución inmediata. No pueden, los dirigentes católicos y evangélicos, permanecer silentes y ociosos ante un fenómeno que poco a poco va creciendo y que puede ser, en breve, un asunto que nadie pueda frenar. Están a tiempo. Solo es cuestión que se pongan a trabajar.
Tarjetero
*** Futbolísticamente hablando, dos cosas me llenan de alegría y placer: cuando gana el Cruz Azul y cuando pierden el América y los Jaguares de Chiapas. Lo primero, por obvias razones; en el caso del América, por cuestiones estrictamente deportivas y el jaguares, porque aún no se hace justicia a los niños que tuvieron qué morir para que se le construyese el estadio “Víctor Manuel Reyna” y porque no se han explicado muchas cosas financieras desde que la dictadura pablista lo trajo para dar circo al mutilado pueblo de Chiapas. Pero en fin, ayer me dio inmensa alegría ver cómo el Toluca echó de la liguilla al América. Todo parece indicar que la final podría ser entre Santos y Toluca. ¿O Toluca-Pumas? *** Empezamos otra semana y del caso Paulette, nada; se había dicho que la semana pasada, se tendría el reporte final y no fue así. Como que va quedando en la impunidad. *** ¿Se reposiciona el PRI? Si, es cierto. De ser el partido invencible gracias a los fraudes electorales, ahora está posicionado en la cola, mucho después de los partiditos de tercera que ahí andan tras el presupuesto. *** ¡Feliz Día de las Madres!. *** Luego nos leemos.
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