Fichero Político
Angel Mario Ksheratto

Las anomalías en el proceso interno del PRI para escoger (sí, leyó bien: “escoger”) candidatos a los cargos de alcaldes y diputados locales, no se pueden esconder. Lacónico, un candidato de la zona norte del estado, se quejó de la respuesta que la dirigente de ese instituto político, le dio cuando le planteó su intención de alistarse como aspirante interno: “Tú no te metas, ya tenemos candidato amarrado; si te metes, yo misma me encargo que no pase tu solicitud de registro”, cuenta el frustrado precandidato que le dijo Arely Madrid Tovilla.
Y le cumplió. Pese a haber llenado todos los requisitos legales, el registro le fue denegado. Otra aspirante corría como loca la noche del pasado miércoles tratando de obtener la carta de respaldo del organismo de mujeres del PRI; le fue negada bajo el argumento que en su municipio, ya había candidato. Otro se ha quejado de la imparcialidad con que el órgano electoral interno viene trabajando a favor de los precandidatos que ya recibieron el beneplácito de la dirigencia estatal… O ya rindieron otro tipo de cuentas. Uno más aseguró haber recibido amenazas de sus contrincantes y de personeros de la cúpula partidista.
En San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Tonalá, Comitán y otras ciudades donde el PRI irá en alianza con el Partido Verde Ecologista, las imposiciones de candidatos han sido exageradamente visibles. Pareciera que la intención ahí es imponer candidatos débiles. La pretendida ley de equidad de género que obliga ahora a los partidos a otorgar nominaciones a las mujeres, es olímpicamente ignorada por el otrora invencible partido. Muchas de ellas son forzadas a cumplir procedimientos más allá de sus posibilidades, al grado que en algunos lugares intentan omitir la militancia de largos años. Sucede en Tonalá, por ejemplo. Ahí, uno de los aspirantes es originario de Venustiano Carranza, cuenta apenas con seis meses de militancia priísta y dos años y medio de residir en esa ciudad.
Sucio, simulado y con cartas marcadas, el proceso interno del PRI no avanza hacia una democratización que le devuelva confianza y credibilidad. Las mismas viejas manías, los obsoletos procedimientos, el engaño y la cerrazón como instrumentos para llegar a un proceso electoral que exige los mínimos criterios políticos para considerar que en Chiapas, el respeto en materia política es un hecho. No es así. Se está demasiado lejos.
Evidentemente, el asunto de la falta de democratización no es privativo del PRI; si revisamos el proceder de los demás partidos, encontraremos iguales o peores circunstancias. Un ejemplo de ello es David Aguilar, actualmente, diputado por el partido propiedad de Elba Esther Gordillo, el PANAL. Éste personaje, que de ser un pescador de charco terminó siendo un prominente empresario pesquero tras su accidentado paso por la dirigencia de la Sección 40 del SNTE, se dice, es el elegido para contender por la alcaldía tonalteca, apoyado por la alianza PRD-PAN.
Bajo ese esquema están los aspirantes en todo el estado; las ideologías, las doctrinas y los proyectos han quedado tirados a mitad del camino por la mera necesidad de ostentar el poder. ¿Cómo, un hombre que ha sido acusado por sus propios compañeros del magisterio de un fraude en el sindicato puede ser diputado y aspirante a una alcaldía por dos partidos a los que no pertenece? Eso solo sucede en Chiapas, donde, desgraciadamente, se ha perdido el respeto por las siglas pero más, por la sociedad que espera de los políticos, seriedad y compromiso.
Ninguno de los tres más importantes partidos ofrece, hasta hoy, garantías para un proceso electoral pulcro. Sus procedimientos así lo están demostrando y eso repercute en la credibilidad de los electores. Hay municipios y distritos donde el ciudadano no tiene ni a quién irle. En Pueblo Nuevo, por ejemplo, un aspirante ha sido acusado de ser uno de los más temibles talabosques de la región; otro, es señalado de haberse apropiado indebidamente de algunas propiedades ajenas. Uno más, no es del municipio.
Los partidos han perdido por completo la visión social; actúan por ambición de poder, no por servir a los gobernados. Si el sistema de partidos que imperó en la política mexicana ya venía sufriendo descalabros importantes, con esto, podemos estar seguros que van a su debacle definitiva. Esto n o es alternancia; es tosca y bruta actitud que derriba esperanzas.
Tarjetero
*** Tras el desaguisado y la posibilidad que agentes federales de Estados Unidos entren a territorio nacional a indagar sobre el asesinato de tres empleados consulares, el gobierno de Barak Obama reculó y ahora dice que no peligran las instituciones mexicanas. ¡Vaya! Ni forma de creerles. Porque ayer y anteayer, echaron pestes contra el Ejército y ahora, lo alaban. No cabe duda que el gobierno norteamericano, no sabe ni qué hacer ante el reclamo de seriedad que todo mundo le hace en el caso de la guerra contra el narcotráfico que se libera en territorio mexicano, pero que tiene mucho de origen en los vicios de nuestros vecinos. *** ¿Qué nos importa si César Nava tiene novia, si se va a casar ó va a ser de su vida un papalote? Pero parece que esa es la nota periodística más importante. A los mexicanos nos interesa saber qué propone el dirigente panista, no sus gustos carnales ni sus sentimientos. Más parece una ridícula cortinilla para evitar temas de mayor relevancia. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Perdidos en ambiciones por el poder y el dinero, ningún
partido garantiza equidad ni democracia.
partido garantiza equidad ni democracia.

Las anomalías en el proceso interno del PRI para escoger (sí, leyó bien: “escoger”) candidatos a los cargos de alcaldes y diputados locales, no se pueden esconder. Lacónico, un candidato de la zona norte del estado, se quejó de la respuesta que la dirigente de ese instituto político, le dio cuando le planteó su intención de alistarse como aspirante interno: “Tú no te metas, ya tenemos candidato amarrado; si te metes, yo misma me encargo que no pase tu solicitud de registro”, cuenta el frustrado precandidato que le dijo Arely Madrid Tovilla.
Y le cumplió. Pese a haber llenado todos los requisitos legales, el registro le fue denegado. Otra aspirante corría como loca la noche del pasado miércoles tratando de obtener la carta de respaldo del organismo de mujeres del PRI; le fue negada bajo el argumento que en su municipio, ya había candidato. Otro se ha quejado de la imparcialidad con que el órgano electoral interno viene trabajando a favor de los precandidatos que ya recibieron el beneplácito de la dirigencia estatal… O ya rindieron otro tipo de cuentas. Uno más aseguró haber recibido amenazas de sus contrincantes y de personeros de la cúpula partidista.
En San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Tonalá, Comitán y otras ciudades donde el PRI irá en alianza con el Partido Verde Ecologista, las imposiciones de candidatos han sido exageradamente visibles. Pareciera que la intención ahí es imponer candidatos débiles. La pretendida ley de equidad de género que obliga ahora a los partidos a otorgar nominaciones a las mujeres, es olímpicamente ignorada por el otrora invencible partido. Muchas de ellas son forzadas a cumplir procedimientos más allá de sus posibilidades, al grado que en algunos lugares intentan omitir la militancia de largos años. Sucede en Tonalá, por ejemplo. Ahí, uno de los aspirantes es originario de Venustiano Carranza, cuenta apenas con seis meses de militancia priísta y dos años y medio de residir en esa ciudad.
Sucio, simulado y con cartas marcadas, el proceso interno del PRI no avanza hacia una democratización que le devuelva confianza y credibilidad. Las mismas viejas manías, los obsoletos procedimientos, el engaño y la cerrazón como instrumentos para llegar a un proceso electoral que exige los mínimos criterios políticos para considerar que en Chiapas, el respeto en materia política es un hecho. No es así. Se está demasiado lejos.
Evidentemente, el asunto de la falta de democratización no es privativo del PRI; si revisamos el proceder de los demás partidos, encontraremos iguales o peores circunstancias. Un ejemplo de ello es David Aguilar, actualmente, diputado por el partido propiedad de Elba Esther Gordillo, el PANAL. Éste personaje, que de ser un pescador de charco terminó siendo un prominente empresario pesquero tras su accidentado paso por la dirigencia de la Sección 40 del SNTE, se dice, es el elegido para contender por la alcaldía tonalteca, apoyado por la alianza PRD-PAN.
Bajo ese esquema están los aspirantes en todo el estado; las ideologías, las doctrinas y los proyectos han quedado tirados a mitad del camino por la mera necesidad de ostentar el poder. ¿Cómo, un hombre que ha sido acusado por sus propios compañeros del magisterio de un fraude en el sindicato puede ser diputado y aspirante a una alcaldía por dos partidos a los que no pertenece? Eso solo sucede en Chiapas, donde, desgraciadamente, se ha perdido el respeto por las siglas pero más, por la sociedad que espera de los políticos, seriedad y compromiso.
Ninguno de los tres más importantes partidos ofrece, hasta hoy, garantías para un proceso electoral pulcro. Sus procedimientos así lo están demostrando y eso repercute en la credibilidad de los electores. Hay municipios y distritos donde el ciudadano no tiene ni a quién irle. En Pueblo Nuevo, por ejemplo, un aspirante ha sido acusado de ser uno de los más temibles talabosques de la región; otro, es señalado de haberse apropiado indebidamente de algunas propiedades ajenas. Uno más, no es del municipio.
Los partidos han perdido por completo la visión social; actúan por ambición de poder, no por servir a los gobernados. Si el sistema de partidos que imperó en la política mexicana ya venía sufriendo descalabros importantes, con esto, podemos estar seguros que van a su debacle definitiva. Esto n o es alternancia; es tosca y bruta actitud que derriba esperanzas.
Tarjetero
*** Tras el desaguisado y la posibilidad que agentes federales de Estados Unidos entren a territorio nacional a indagar sobre el asesinato de tres empleados consulares, el gobierno de Barak Obama reculó y ahora dice que no peligran las instituciones mexicanas. ¡Vaya! Ni forma de creerles. Porque ayer y anteayer, echaron pestes contra el Ejército y ahora, lo alaban. No cabe duda que el gobierno norteamericano, no sabe ni qué hacer ante el reclamo de seriedad que todo mundo le hace en el caso de la guerra contra el narcotráfico que se libera en territorio mexicano, pero que tiene mucho de origen en los vicios de nuestros vecinos. *** ¿Qué nos importa si César Nava tiene novia, si se va a casar ó va a ser de su vida un papalote? Pero parece que esa es la nota periodística más importante. A los mexicanos nos interesa saber qué propone el dirigente panista, no sus gustos carnales ni sus sentimientos. Más parece una ridícula cortinilla para evitar temas de mayor relevancia. *** Luego nos leemos.
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