Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
A Marcial Maciel, el más grande pederasta
de la Iglesia Católica, le encubrieron sus
delitos deliberadamente.
¿Dolor y vergüenza? ¿Solo eso? Es muy pobre la reacción del clero ante el escándalo de pederastia en el seno de lo que, se creía, era el “cuerpo de Cristo”, el templo santo a donde los creyentes acuden en busca de paz y consuelo para sus almas. Si interpretamos adecuadamente el “dolor” que la curia romana siente por los actos de sus sacerdotes (algunos, actualmente colgados de las barbas de San Pedro, ahí en el Vaticano) debemos estar ciertos que no es un dolor sincero, pues no han dictado a los escribanos la palabra por deseo propio, sino obligados por la presión social, desatada tras conocerse que han sido miles las víctimas de sacerdotes inescrupulosos, llevados a ese sitio por una razón de peso que agobia los bajos instintos de quienes han hecho votos de “castidad”, obligación canóniga que va contra la naturaleza humana y peor aún, contra el mandato explícito de Dios de “poblar y henchir la tierra”.
Vergüenza alejada de la realidad interna de la curia, cuyos actos “reivindicatorios” no pasan por la solitud de perdón y menos, mucho menos, por el castigo adecuado a los que incurrieron en tales pecados contra Dios, ofensas a la Iglesia y delitos contra la sociedad. Sentir solo “dolor y vergüenza” es tanto como burlarse de ellos mismos y de sus seguidores. Y como si de acentuar la burla se tratase, advierten desde el Vaticano que no admitirán que se desacredite a la Iglesia. Ni siquiera tienen el derecho de advertir; es más, no pueden contra el descrédito de la Iglesia, pues con sus actos, ésta ya ha sido profundamente desacreditada, horrendamente mutilada.
A todo esto, los altos jerarcas de la iglesia Católica, mienten al decir que la postura del Papa y otros altos clérigos “no han encubierto la verdad”. Solo ahora que los escándalos han rebasado la credibilidad en la iglesia, han aceptado que cientos de sacerdotes han abusado sexualmente de jóvenes y niños en varias partes de Europa y América. Vivieron encubriendo la verdad siempre. El caso de Marcial Maciel, fue incluso ocultado deliberadamente y al no haber podido defenderle del todo, optaron por hacerle una “recomendación” que no pasó de una especie de auto-enclaustro que nunca fue observado ni por el acusado ni por sus jueces. Siempre ha sido así: de no ser por la presión pública, el Vaticano no mueve un dedo para frenar los abusos sexuales de sus sacerdotes.
Hoy el escándalo es mundial; con todo, solo sienten “dolor y vergüenza”, cuando la efectividad de ello es mucho menos que una reacción tardía. Se requiere que las acciones contra los curas pederastas se exterioricen en todos los sentidos. Es decir que se denuncien desde la misma Santa Sede y que ésta permita que las leyes terrenales vayan por los pederastas y les castiguen de acuerdo a los Códigos Penales de los países donde se han detectado casos de abusos sexuales. Y sobre esto, deben pedir perdón, no solo a las víctimas, sino a la iglesia en general y al resto del mundo. Más allá de esas acciones, está la revisión de los cánones eclesiales que debe pasar por la eliminación del voto de castidad, que es en sí, factor determinante para que muchos curas cometan esas aberraciones.
Un cura casado sería menos propenso a buscar satisfacción sexual en los niños. Prohibirle a un sacerdote casarse, es contra la naturaleza de ser humano. Fuimos concebidos por Dios para tener una familia, para tener hijos. Prohibirlo es contra natura, como se dice ahora con el tema del homosexualismo. Tan malo puede ser el homosexualismo, como la “castidad” entre la curia. O tan bueno, dependiendo del cristal con que se vea y a quién le convenga verlo desde el punto de vista que se le ocurra.
A todo esto, el escándalo pederasta en la iglesia, no es responsabilidad de los medios de comunicación ni de ninguna otra instancia. Es responsabilidad absoluta de la iglesia misma. Lo digo, porque a raíz de la ola de escándalos que se desató en todo el mundo, el Vaticano ha tratado de culpar a los medios de éste y de difundir “informaciones sesgadas”. No hay tal sesgo; son hechos reales, inocultables. Ningún medio obligó a los curas a cometer aberraciones sexuales contra indefensos niños. La iglesia no debe perder su tiempo en buscar y acusar a quienes solo han tenido la obligación moral de denunciar lo que la iglesia misma venía ocultando. No pueden tapar el sol con un dedo. Eso, jamás.
Tarjetero
*** Para muchos, Neptalí del Toro, más conocido como “El torito”, está entre los primeros lugares para ganar la alcaldía de Tapachula. El Torito ha sido uno de los muy pocos diputados que ha tenido aciertos en el Congreso del Estado. Y es por mucho, uno de los líderes sociales tapachultecos con mayor arraigo, trabajo y carisma. *** Hablando de priístas, ayer militantes de diversos municipios encararon a Arely Madrid Tovilla a quien reclamaron la serie de imposiciones que está llevando a cabo en todo el estado, sin tomar en cuenta a la militancia. Hubo jaloneos, amenazas, gritos, empujones, mentadas, vidrios rotos, crisis nerviosas. Esto quiere decir que a doña Arely se le salió de control el acto antidemocrático que encabeza. Y será, sin lugar a dudas, responsable directa de los estallidos sociales que se desaten en varios municipios. *** Insistimos: la corresponsabilidad de Estados Unidos en la lucha contra el narco en territorio mexicano, debe pasar por reforzar su endeble campaña para erradicar el consumo de drogas en su espacio territorial y terminar con el trasiego de armas. No tiene otra alternativa. *** ¿Será, la legalización del tráfico y consumo de drogas una solución al problema de la violencia generada por sus actuales condiciones? Al menos ya es tema en los altos círculos de la política nacional. Porfirio Muñoz Ledo, otrora tenaz opositor a esa medida, ya ha dicho que podría ser la solución y pidió analizar a fondo el asunto. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
A Marcial Maciel, el más grande pederasta
de la Iglesia Católica, le encubrieron sus
delitos deliberadamente.

Vergüenza alejada de la realidad interna de la curia, cuyos actos “reivindicatorios” no pasan por la solitud de perdón y menos, mucho menos, por el castigo adecuado a los que incurrieron en tales pecados contra Dios, ofensas a la Iglesia y delitos contra la sociedad. Sentir solo “dolor y vergüenza” es tanto como burlarse de ellos mismos y de sus seguidores. Y como si de acentuar la burla se tratase, advierten desde el Vaticano que no admitirán que se desacredite a la Iglesia. Ni siquiera tienen el derecho de advertir; es más, no pueden contra el descrédito de la Iglesia, pues con sus actos, ésta ya ha sido profundamente desacreditada, horrendamente mutilada.
A todo esto, los altos jerarcas de la iglesia Católica, mienten al decir que la postura del Papa y otros altos clérigos “no han encubierto la verdad”. Solo ahora que los escándalos han rebasado la credibilidad en la iglesia, han aceptado que cientos de sacerdotes han abusado sexualmente de jóvenes y niños en varias partes de Europa y América. Vivieron encubriendo la verdad siempre. El caso de Marcial Maciel, fue incluso ocultado deliberadamente y al no haber podido defenderle del todo, optaron por hacerle una “recomendación” que no pasó de una especie de auto-enclaustro que nunca fue observado ni por el acusado ni por sus jueces. Siempre ha sido así: de no ser por la presión pública, el Vaticano no mueve un dedo para frenar los abusos sexuales de sus sacerdotes.
Hoy el escándalo es mundial; con todo, solo sienten “dolor y vergüenza”, cuando la efectividad de ello es mucho menos que una reacción tardía. Se requiere que las acciones contra los curas pederastas se exterioricen en todos los sentidos. Es decir que se denuncien desde la misma Santa Sede y que ésta permita que las leyes terrenales vayan por los pederastas y les castiguen de acuerdo a los Códigos Penales de los países donde se han detectado casos de abusos sexuales. Y sobre esto, deben pedir perdón, no solo a las víctimas, sino a la iglesia en general y al resto del mundo. Más allá de esas acciones, está la revisión de los cánones eclesiales que debe pasar por la eliminación del voto de castidad, que es en sí, factor determinante para que muchos curas cometan esas aberraciones.
Un cura casado sería menos propenso a buscar satisfacción sexual en los niños. Prohibirle a un sacerdote casarse, es contra la naturaleza de ser humano. Fuimos concebidos por Dios para tener una familia, para tener hijos. Prohibirlo es contra natura, como se dice ahora con el tema del homosexualismo. Tan malo puede ser el homosexualismo, como la “castidad” entre la curia. O tan bueno, dependiendo del cristal con que se vea y a quién le convenga verlo desde el punto de vista que se le ocurra.
A todo esto, el escándalo pederasta en la iglesia, no es responsabilidad de los medios de comunicación ni de ninguna otra instancia. Es responsabilidad absoluta de la iglesia misma. Lo digo, porque a raíz de la ola de escándalos que se desató en todo el mundo, el Vaticano ha tratado de culpar a los medios de éste y de difundir “informaciones sesgadas”. No hay tal sesgo; son hechos reales, inocultables. Ningún medio obligó a los curas a cometer aberraciones sexuales contra indefensos niños. La iglesia no debe perder su tiempo en buscar y acusar a quienes solo han tenido la obligación moral de denunciar lo que la iglesia misma venía ocultando. No pueden tapar el sol con un dedo. Eso, jamás.
Tarjetero
*** Para muchos, Neptalí del Toro, más conocido como “El torito”, está entre los primeros lugares para ganar la alcaldía de Tapachula. El Torito ha sido uno de los muy pocos diputados que ha tenido aciertos en el Congreso del Estado. Y es por mucho, uno de los líderes sociales tapachultecos con mayor arraigo, trabajo y carisma. *** Hablando de priístas, ayer militantes de diversos municipios encararon a Arely Madrid Tovilla a quien reclamaron la serie de imposiciones que está llevando a cabo en todo el estado, sin tomar en cuenta a la militancia. Hubo jaloneos, amenazas, gritos, empujones, mentadas, vidrios rotos, crisis nerviosas. Esto quiere decir que a doña Arely se le salió de control el acto antidemocrático que encabeza. Y será, sin lugar a dudas, responsable directa de los estallidos sociales que se desaten en varios municipios. *** Insistimos: la corresponsabilidad de Estados Unidos en la lucha contra el narco en territorio mexicano, debe pasar por reforzar su endeble campaña para erradicar el consumo de drogas en su espacio territorial y terminar con el trasiego de armas. No tiene otra alternativa. *** ¿Será, la legalización del tráfico y consumo de drogas una solución al problema de la violencia generada por sus actuales condiciones? Al menos ya es tema en los altos círculos de la política nacional. Porfirio Muñoz Ledo, otrora tenaz opositor a esa medida, ya ha dicho que podría ser la solución y pidió analizar a fondo el asunto. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
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