Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Yassir Vásquez, no desaprovecha sus
actividades de funcionario público
para captar adeptos y alcanzar la
alcaldía de Tuxtla Gutiérrez.
Un docum
ento revelador: primero, delata los arreglos subrepticios de las cúpulas partidistas a espaldas de sus militantes; segundo, descubren la hipocresía de los políticos que dicen asustarse por ciertos personajes con quienes, finalmente, comparten todo. Tercero, evidencia la inmoralidad de los tres principales partidos políticos en el país. Y por último, arrastra a la mentira de unos y otros, defendiendo cada quien su parcela de poder, a contracorriente de lo que la sociedad entera espera de ellos. Los panistas, tramando contra los perredistas; los perredistas, contra los priístas y los priístas, contra los panistas.
Es el círculo vicioso de tres instituciones que con burlas y engaños, pretenden rescatar la confianza de los electores. Comparten cochineros, infundios y toda clase de barbaridades que hacen pensar que solo les queda la in moralidad como arma para detestarse entre ellos y al mismo tiempo, amarse con locura especial. Si no fuera porque el país está urgido de acciones serias y responsables, el affaire que PAN, PRI y PRD han puesto en escena, el asunto ya nos hubiese matado de risa. Aún la comedia requiere su buena dosis de seriedad; los criminales tienen sus propios códigos de ética. Estos tres partidos políticos se han divorciado de todo y de todos. EL país es lo que menos les importa.
Hace unos días, el mismo senador que vino a Chiapas a decir que lo que a su partido, el PRD, lo que menos le importaba era el origen y destino de sus candidatos, declaró a un programa televisivo que se sintió “horrorizado” cuando el expresidente Carlos Salinas de Gortari, le puso la mano en el hombro y le solicitó una entrevista con el aspirante presidencial y actual gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Pero no se declaró horrorizado porque en la fiesta donde ocurrió el incidente, compartía mesa con distinguidos y mal queridos priístas; tampoco sintió horror al saberse en la fiesta familiar que otro senador priísta había organizado. Era Carlos Navarrete. Conviven, pero no se aceptan entre ellos. Cinismo, hipocresía.
Los perredistas no dudan en abrazarse con los panistas, quienes habían previamente, firmado un pacto (ahora roto por obra de los lenguaraces dirigentes) para no permitir el avance del PRD en el EDOMEX. Y los priístas, felices de haber pactado reformas hacendarias contra el pueblo, para evitar que el PRD avance en algunos estados de la República. Y peor aún, priístas y perredistas, unidos para evitar la simple licencia del dirigente nacional panista, que trató de separarse del cargo de diputado federal. Un cochinero inmenso; una pifia que ni ellos entienden.
La más elemental lógica nos dice que detrás de los desaires mutuos, no hay la menor intención de responsabilizarse de sus actos. Es una guerra de todos contra todos; un juego de muñecas inflables donde el que pierde cuidado, lo pierde todo. Ni siquiera es perversidad política; mucho menos, maquiavelismos honrados. Es la real y pura gana de joder al vecino. Perderse el respeto a sí mismos, volverse contra sus principios y tratar de arrastrar al pueblo a un matadero sin más condición que dejarse matar por el mero gusto de dejarse hacer. No obstante, piden, exigen a los mexicanos, seguirles a ciegas. Imposible creerles. Difícil digerir sus patrañas. Con todo descubierto, no a dónde ver, ni por qué creerles. Beatriz Paredes, Jesús Ortega y César Nava, no han tenido empacho en mentir, en desacreditarse mutuamente. Es el único recurso que les queda, una vez descubierto el sambenito. Sin argumentos, no tendrán opción que entrar al debate de las pedradas, al acto de lanzarse excremento unos a otros. Es lo que saben hacer a la perfección.
Mientras tanto, la verdadera política, el arte de convencer y no de vencer, quedará en segundo plano. Es el inicio de la cuenta regresiva de Felipe Calderón que no supo, no pudo o no quiso, mantener el rumbo de una política sana. Y que no digan que el Presidente no tenía noticias de lo que nava y Gómez Montt hacían. Lo sabía al grado que pudo ordenarlo con tiempo. Eso salta a la vista. Con todo eso, el país se desmorona. Se cae a pausas. El sistema partidista está en agonía. La democracia nació muerta; la transición perdió las extremidades y los sentidos antes de ver la luz. Es un bulto, una pelota que se lanzan panistas, perredistas y priístas. ¿Y los partiditos? ¿Existen aún?
Tarjetero
*** Miguel Ángel Gordillo, delegado de gobierno en Tonalá, dicen que quiere ser candidato a diputado federal. Habrá qué ver cuáles han sido sus logros para merecer tal pretensión. No son pocos los que se quejan de su mal desempeño y eso, desde luego, va en contra de sus intenciones. *** Ese asunto de ANECOF sigue sin ser resuelto. Demandas contra los estafadores de esa organización hay por cientos pero pareciera que no hay autoridad competente paran frenar los robos. ¿Hasta dónde llega la capacidad de la Procuraduría para actuar? No lo sabemos. Lo que sí es seguro es que la impunidad en ese tema sigue siendo notoria. *** Recién se celebró el Día Internacional de la Mujer. Pero, ¿hay qué celebrarlo? Solo preguntémonos cuántas mujeres siguen siendo víctimas de abusos por todas partes. En la misma Fiscalía para la Defensa de la Mujer, se cometen tantas tropelías, que ya ni hablar del asunto dan ganas. Habrá de celebrarse cuando haya verdadera justicia. Antes, no. *** Que el pablista Ernesto Gutiérrez, exsecretario del Campo, pretende la silla que ahora ocupa Jaime Vals en la alcaldía capitalina. ¿Tendrá capacidad? Otro que se dice, la quiere, es Seth Yassir (¿será que estamos en el Medio Oriente?) Vásquez Hernández, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Social. A como están las cosas, en una de esas se les cuela el inútil dirigente estatal del PRD, quien por cierto, no oculta su pretensión de suceder a Juan Sabines en el cargo. Así de loca la cosa. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
Angel Mario Ksheratto
Yassir Vásquez, no desaprovecha sus
actividades de funcionario público
para captar adeptos y alcanzar la
alcaldía de Tuxtla Gutiérrez.
Un docum

Es el círculo vicioso de tres instituciones que con burlas y engaños, pretenden rescatar la confianza de los electores. Comparten cochineros, infundios y toda clase de barbaridades que hacen pensar que solo les queda la in moralidad como arma para detestarse entre ellos y al mismo tiempo, amarse con locura especial. Si no fuera porque el país está urgido de acciones serias y responsables, el affaire que PAN, PRI y PRD han puesto en escena, el asunto ya nos hubiese matado de risa. Aún la comedia requiere su buena dosis de seriedad; los criminales tienen sus propios códigos de ética. Estos tres partidos políticos se han divorciado de todo y de todos. EL país es lo que menos les importa.
Hace unos días, el mismo senador que vino a Chiapas a decir que lo que a su partido, el PRD, lo que menos le importaba era el origen y destino de sus candidatos, declaró a un programa televisivo que se sintió “horrorizado” cuando el expresidente Carlos Salinas de Gortari, le puso la mano en el hombro y le solicitó una entrevista con el aspirante presidencial y actual gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Pero no se declaró horrorizado porque en la fiesta donde ocurrió el incidente, compartía mesa con distinguidos y mal queridos priístas; tampoco sintió horror al saberse en la fiesta familiar que otro senador priísta había organizado. Era Carlos Navarrete. Conviven, pero no se aceptan entre ellos. Cinismo, hipocresía.
Los perredistas no dudan en abrazarse con los panistas, quienes habían previamente, firmado un pacto (ahora roto por obra de los lenguaraces dirigentes) para no permitir el avance del PRD en el EDOMEX. Y los priístas, felices de haber pactado reformas hacendarias contra el pueblo, para evitar que el PRD avance en algunos estados de la República. Y peor aún, priístas y perredistas, unidos para evitar la simple licencia del dirigente nacional panista, que trató de separarse del cargo de diputado federal. Un cochinero inmenso; una pifia que ni ellos entienden.
La más elemental lógica nos dice que detrás de los desaires mutuos, no hay la menor intención de responsabilizarse de sus actos. Es una guerra de todos contra todos; un juego de muñecas inflables donde el que pierde cuidado, lo pierde todo. Ni siquiera es perversidad política; mucho menos, maquiavelismos honrados. Es la real y pura gana de joder al vecino. Perderse el respeto a sí mismos, volverse contra sus principios y tratar de arrastrar al pueblo a un matadero sin más condición que dejarse matar por el mero gusto de dejarse hacer. No obstante, piden, exigen a los mexicanos, seguirles a ciegas. Imposible creerles. Difícil digerir sus patrañas. Con todo descubierto, no a dónde ver, ni por qué creerles. Beatriz Paredes, Jesús Ortega y César Nava, no han tenido empacho en mentir, en desacreditarse mutuamente. Es el único recurso que les queda, una vez descubierto el sambenito. Sin argumentos, no tendrán opción que entrar al debate de las pedradas, al acto de lanzarse excremento unos a otros. Es lo que saben hacer a la perfección.
Mientras tanto, la verdadera política, el arte de convencer y no de vencer, quedará en segundo plano. Es el inicio de la cuenta regresiva de Felipe Calderón que no supo, no pudo o no quiso, mantener el rumbo de una política sana. Y que no digan que el Presidente no tenía noticias de lo que nava y Gómez Montt hacían. Lo sabía al grado que pudo ordenarlo con tiempo. Eso salta a la vista. Con todo eso, el país se desmorona. Se cae a pausas. El sistema partidista está en agonía. La democracia nació muerta; la transición perdió las extremidades y los sentidos antes de ver la luz. Es un bulto, una pelota que se lanzan panistas, perredistas y priístas. ¿Y los partiditos? ¿Existen aún?
Tarjetero
*** Miguel Ángel Gordillo, delegado de gobierno en Tonalá, dicen que quiere ser candidato a diputado federal. Habrá qué ver cuáles han sido sus logros para merecer tal pretensión. No son pocos los que se quejan de su mal desempeño y eso, desde luego, va en contra de sus intenciones. *** Ese asunto de ANECOF sigue sin ser resuelto. Demandas contra los estafadores de esa organización hay por cientos pero pareciera que no hay autoridad competente paran frenar los robos. ¿Hasta dónde llega la capacidad de la Procuraduría para actuar? No lo sabemos. Lo que sí es seguro es que la impunidad en ese tema sigue siendo notoria. *** Recién se celebró el Día Internacional de la Mujer. Pero, ¿hay qué celebrarlo? Solo preguntémonos cuántas mujeres siguen siendo víctimas de abusos por todas partes. En la misma Fiscalía para la Defensa de la Mujer, se cometen tantas tropelías, que ya ni hablar del asunto dan ganas. Habrá de celebrarse cuando haya verdadera justicia. Antes, no. *** Que el pablista Ernesto Gutiérrez, exsecretario del Campo, pretende la silla que ahora ocupa Jaime Vals en la alcaldía capitalina. ¿Tendrá capacidad? Otro que se dice, la quiere, es Seth Yassir (¿será que estamos en el Medio Oriente?) Vásquez Hernández, actual titular de la Secretaría de Desarrollo Social. A como están las cosas, en una de esas se les cuela el inútil dirigente estatal del PRD, quien por cierto, no oculta su pretensión de suceder a Juan Sabines en el cargo. Así de loca la cosa. *** Luego nos leemos.
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