Equidad de género: su importancia sin afectar al lenguaje

“No hay en ello herejía.
Porque en la concepción y en la creación del hombre
se usó como elemento la carencia.
Se hizo de él un ser menesteroso,
una criatura a la que le hace falta
lo grande y lo pequeño.
Y el secreto teológico, el murmullo
murmurado al oído del poeta,
la discusión del aula del filósofo
es ahora potestad del publicista.
Como dijimos antes no hay nada malo en ello.
Se está siguiendo un orden natural
y recurriendo a su canal idóneo.”
Rosario Castellanos, en su poema: Telenovela.
Mencionar a Rosario Castellanos no es sólo hablar de literatura, no es sólo rememorar a Comitán de Domínguez, a su Balún Canán, lugar de donde vengo y donde creció ella. Es reconocer a una Mujer que sabe latín, a quien iba buscando El rescate del mundo y sabía del Oficio de tinieblas que, a su vez, es la lucha por la igualdad entre mujer y hombre, hombre y mujer, por lo tanto es hablar –sin olvidarnos nunca- del Eterno femenino.
Rosario Castellanos fue una mexicana que asumió el rol protagónico de la lucha feminista, y así como Rosario, muchas más mujeres en Hispanoamérica han buscado ésta equidad en el género: Camila Enríquez Ureña en Cuba, Eva Duarte de Perón en Argentina, Rigoberta Menchú en Guatemala, Gioconda Belli en Nicaragua, Nelly Goitiño en Uruguay, por mencionar sólo algunas. En ese contexto cómo dejar de nombrar a Juana de Asbaje y a sus célebres redondillas. “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois a ocasión de lo mismo que culpáis. Si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?“
Hablar de más mujeres, es reconocer a cada una de ellas en lo particular. Sin la existencia de ellas, aquí nadie hubiera… así de simple. Tengo que aplaudir la labor que se ha hecho por la lucha feminista en cada una de las diferentes disciplinas de la vida el día de hoy, y subrayar ampliamente lo que Rosalía Buaún Sánchez ha hecho al frente de la Asociación Nacional de Locutores de México, sin duda una mujer sobresaliente quien ha sido el eje fundamental para que éste importante evento se desarrolle.
Pero los grupos feministas han llevado su lucha a la exigencia de cambios lingüísticos; a eliminar las discriminaciones sexistas en la lengua. Sin embargo el lenguaje no sólo lo son el género gramatical y el sustantivo neutro. Lenguaje es un tesoro invaluable que nos permite comunicarnos, por ello así como se cuida que no se cultiven en él anglicismos tenemos que evitar que sea caldo de cultivo de deformaciones relacionadas con el género.
Para exponer mi punto de vista razonado, al respecto, aclaro, mi presentación no contiene afanes misóginos sino científicos referidos al lenguaje desde un ángulo profesional y lógico.
Lo que vengo a presentar es un llamado a la defensa del lenguaje sin menoscabo del valioso papel que juegan las mujeres en todos los campos y disciplinas humanas, más que pretender dejar contentos a todas y todos, con cargo y réditos a lo que hasta hoy establece la Real Academia Española de la Lengua.
Insisto y aclaro, de nueva cuenta, que no se está contra el género femenino, sino en contra del mal uso del lenguaje.
En español, puesto que el plural en masculino implica ambos géneros, no es necesario al dirigirse al público, como tampoco correcto decir "mexicanos y mexicanas", "chiquillos y chiquillas", "niños y niñas". Decir ambos géneros es correcto solo cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes, por ejemplo: "mujeres y hombres", "toros y vacas", "damas y caballeros"
De igual manera existen los epicenos, palabras que tienen en común ambos géneros y en casos necesarios se tiene que especificar si son hembras o machos. Por ejemplo la rana hembra y la rana macho, que es diferente al sapo, sapo hembra y sapo macho.
En español existen los participios activos como derivados verbales:
El participio activo del verbo atacar, es atacante.
El de cantar, es cantante.
El de existir, existente.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser?
El participio activo del verbo ser, es "ente".
El que es, es el ente. Tiene entidad.
Por esta razón, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega la terminación 'ente'.
Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independiente de su género.
Definitivamente el lenguaje construye nuestra identidad de género, moldea nuestros valores culturales; crea estereotipos entre mujeres y hombres, pero no hay necesidad de inventar ideas idiomáticas, pues sólo representaría el deterioro que día a día se comete contra el idioma.
Desde nuestra perspectiva se deben de borrar los prejuicios sociales que hay en el habla. Como medios de comunicación; como comunicadores, representamos a la sociedad, somos quienes –de alguna manera- les enseñamos cómo hablar, cómo expresarse. La lengua es propiedad de quienes la hablan y el instrumento que a fin de cuentas va a reflejar la mentalidad de la sociedad en su idioma.
Si bien actualmente se puede hablar de que somos diferentes en equidad, somos iguales en capacidad pues sólo existe una pequeña diferencia entre la mujer y el hombre. Párrafos arriba he aclarado que no estoy en contra ni de la mujer, ni del hombre, sino a favor del ser humano.
No hay que dejarle la responsabilidad al otro…
Hay que hablar de respeto y responsabilidad…
Hay que hacer respetar la equidad entre los géneros. Entre la mujer y el hombre, entre el hombre y la mujer. Evitar la brecha entre el ser humano. Dejar atrás el feminismo y el machismo; Luchar por el humanismo y este Segundo Encuentro puede ser buen nicho para plantear directamente este tipo de temas sin propiciar discusiones bizantinas que no nos lleven a ninguna parte. En contrapartida hay que arriesgarse a plantear en este foro estos controvertidos temas con intención propositiva para defender el lenguaje apartados de caprichosos conceptos sexistas.
El dilema hoy es ¿modificar el Diccionario de la de la Real Academia Española o dignificar el uso propio de nuestro idioma?
Para finalizar, me quedo con la frase de una mujer, feminista ella. Simone de Beauvoir. ¡Viva la diferencia!
alejandroflorescancino@hotmail.com
2º Congreso Científico Hispanoamericano de Locución
Veracruz, Veracruz. México.
Alejandro Flores, joven comunicador
chiapaneco, durante el Congreso, celebrado
en Veracruz, Veracruz.
chiapaneco, durante el Congreso, celebrado
en Veracruz, Veracruz.

“No hay en ello herejía.
Porque en la concepción y en la creación del hombre
se usó como elemento la carencia.
Se hizo de él un ser menesteroso,
una criatura a la que le hace falta
lo grande y lo pequeño.
Y el secreto teológico, el murmullo
murmurado al oído del poeta,
la discusión del aula del filósofo
es ahora potestad del publicista.
Como dijimos antes no hay nada malo en ello.
Se está siguiendo un orden natural
y recurriendo a su canal idóneo.”
Rosario Castellanos, en su poema: Telenovela.
Mencionar a Rosario Castellanos no es sólo hablar de literatura, no es sólo rememorar a Comitán de Domínguez, a su Balún Canán, lugar de donde vengo y donde creció ella. Es reconocer a una Mujer que sabe latín, a quien iba buscando El rescate del mundo y sabía del Oficio de tinieblas que, a su vez, es la lucha por la igualdad entre mujer y hombre, hombre y mujer, por lo tanto es hablar –sin olvidarnos nunca- del Eterno femenino.
Rosario Castellanos fue una mexicana que asumió el rol protagónico de la lucha feminista, y así como Rosario, muchas más mujeres en Hispanoamérica han buscado ésta equidad en el género: Camila Enríquez Ureña en Cuba, Eva Duarte de Perón en Argentina, Rigoberta Menchú en Guatemala, Gioconda Belli en Nicaragua, Nelly Goitiño en Uruguay, por mencionar sólo algunas. En ese contexto cómo dejar de nombrar a Juana de Asbaje y a sus célebres redondillas. “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois a ocasión de lo mismo que culpáis. Si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?“
Hablar de más mujeres, es reconocer a cada una de ellas en lo particular. Sin la existencia de ellas, aquí nadie hubiera… así de simple. Tengo que aplaudir la labor que se ha hecho por la lucha feminista en cada una de las diferentes disciplinas de la vida el día de hoy, y subrayar ampliamente lo que Rosalía Buaún Sánchez ha hecho al frente de la Asociación Nacional de Locutores de México, sin duda una mujer sobresaliente quien ha sido el eje fundamental para que éste importante evento se desarrolle.
Pero los grupos feministas han llevado su lucha a la exigencia de cambios lingüísticos; a eliminar las discriminaciones sexistas en la lengua. Sin embargo el lenguaje no sólo lo son el género gramatical y el sustantivo neutro. Lenguaje es un tesoro invaluable que nos permite comunicarnos, por ello así como se cuida que no se cultiven en él anglicismos tenemos que evitar que sea caldo de cultivo de deformaciones relacionadas con el género.
Para exponer mi punto de vista razonado, al respecto, aclaro, mi presentación no contiene afanes misóginos sino científicos referidos al lenguaje desde un ángulo profesional y lógico.
Lo que vengo a presentar es un llamado a la defensa del lenguaje sin menoscabo del valioso papel que juegan las mujeres en todos los campos y disciplinas humanas, más que pretender dejar contentos a todas y todos, con cargo y réditos a lo que hasta hoy establece la Real Academia Española de la Lengua.
Insisto y aclaro, de nueva cuenta, que no se está contra el género femenino, sino en contra del mal uso del lenguaje.
En español, puesto que el plural en masculino implica ambos géneros, no es necesario al dirigirse al público, como tampoco correcto decir "mexicanos y mexicanas", "chiquillos y chiquillas", "niños y niñas". Decir ambos géneros es correcto solo cuando el masculino y el femenino son palabras diferentes, por ejemplo: "mujeres y hombres", "toros y vacas", "damas y caballeros"
De igual manera existen los epicenos, palabras que tienen en común ambos géneros y en casos necesarios se tiene que especificar si son hembras o machos. Por ejemplo la rana hembra y la rana macho, que es diferente al sapo, sapo hembra y sapo macho.
En español existen los participios activos como derivados verbales:
El participio activo del verbo atacar, es atacante.
El de cantar, es cantante.
El de existir, existente.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser?
El participio activo del verbo ser, es "ente".
El que es, es el ente. Tiene entidad.
Por esta razón, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega la terminación 'ente'.
Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independiente de su género.
Definitivamente el lenguaje construye nuestra identidad de género, moldea nuestros valores culturales; crea estereotipos entre mujeres y hombres, pero no hay necesidad de inventar ideas idiomáticas, pues sólo representaría el deterioro que día a día se comete contra el idioma.
Desde nuestra perspectiva se deben de borrar los prejuicios sociales que hay en el habla. Como medios de comunicación; como comunicadores, representamos a la sociedad, somos quienes –de alguna manera- les enseñamos cómo hablar, cómo expresarse. La lengua es propiedad de quienes la hablan y el instrumento que a fin de cuentas va a reflejar la mentalidad de la sociedad en su idioma.
Si bien actualmente se puede hablar de que somos diferentes en equidad, somos iguales en capacidad pues sólo existe una pequeña diferencia entre la mujer y el hombre. Párrafos arriba he aclarado que no estoy en contra ni de la mujer, ni del hombre, sino a favor del ser humano.
No hay que dejarle la responsabilidad al otro…
Hay que hablar de respeto y responsabilidad…
Hay que hacer respetar la equidad entre los géneros. Entre la mujer y el hombre, entre el hombre y la mujer. Evitar la brecha entre el ser humano. Dejar atrás el feminismo y el machismo; Luchar por el humanismo y este Segundo Encuentro puede ser buen nicho para plantear directamente este tipo de temas sin propiciar discusiones bizantinas que no nos lleven a ninguna parte. En contrapartida hay que arriesgarse a plantear en este foro estos controvertidos temas con intención propositiva para defender el lenguaje apartados de caprichosos conceptos sexistas.
El dilema hoy es ¿modificar el Diccionario de la de la Real Academia Española o dignificar el uso propio de nuestro idioma?
Para finalizar, me quedo con la frase de una mujer, feminista ella. Simone de Beauvoir. ¡Viva la diferencia!
alejandroflorescancino@hotmail.com
2º Congreso Científico Hispanoamericano de Locución
Veracruz, Veracruz. México.