Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
El juez primero del ramo penal con
sede en Tapachula, ensucia al
Tribunal de Justicia; piden a su
Presidente, intervenir.
Leonardo Ramón Estrada Paz, es un ciudadano como cualquiera; con problemas comunes, pero con el infortunio de haber perdido parcialmente la vista, producto de un error médico y ahora, víctima de un sistema de justicia atrofiado por las influencias y sobrecargado de indiferencia social. Transcribo a continuación, la carta que Estrada Paz envía al Supremo Tribunal de Justicia, en el que expone su caso y nos revela la terrible complicidad de algunos jueces con quienes transgreden las leyes. En lo personal, creo en el sentido de justicia del señor presidente de ése órgano de justicia; por ello –y a sabiendas que mucha de la correspondencia que le envían le es ocultada y por ello muchas veces no se entera de qué sucede en los juzgados. Va la carta:
“Lic. Juan Gabriel Coutiño Gómez. Magistrado Presidente del H. Consejo. Conociendo su gran calidad humana y comprometido con la justicia de nuestro estado, solicito respetuosamente su intervención, con la finalidad de que se me haga justicia, ya que derivado de una cirugía sufrí la pérdida total del globo ocular derecho. En primera instancia presenté mi queja ante la Comisión Estatal de Conciliación y Arbitraje Médico del estado de Chiapas, dando origen al expediente de queja número 155/2006 y de acuerdo al resolutivo de fecha 1 de octubre del 2007, acreditó que el Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello fue negligente por omisión y provocó un daño físico con la pérdida total del globo ocular derecho y deterioro en la visión del ojo izquierdo, acreditando que hubo negligencia médica por parte del Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello, condenando al médico a la reparación del daño.
“Con fecha 27 de septiembre del 2008, presenté mi querella ante la Fiscalía del Ministerio Público en la ciudad de Tapachula, Chiapas, con la averiguación previa 578/CPJA1A/2008, recayendo en la mesa número 9 de Asuntos Relevantes y con fecha 5 de marzo del 2009 se consignó al Juzgado Primero del ramo penal del distrito judicial de Tapachula con el expediente penal 118/2009 y siete días después, el juez negó la orden de aprehensión del inculpado por presentar irregularidades en la consignación de acuerdo al auto de incoación de fecha 12 de marzo del 2009. Apeló el Ministerio Público adscrito al juzgado enviando el expediente a la sala regional colegiada en materia penal zona 02, Tapachula, Chiapas. Con fecha 23 de abril del 2009, la sala confirma en base a la resolución con el toca penal número 119-C-1PO2/2009 regresando el expediente a su lugar de origen para su tratamiento. Con fecha 11 de agosto del 2009, el fiscal del Ministerio Público consigna nuevamente el expediente penal 118/2009 al juzgado primero del distrito judicial de Tapachula, Chiapas. Con fecha 26 de agosto del 2009, el juez primero del ramo penal resuelve nuevamente negar la orden de aprehensión del inculpado Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello de acuerdo al auto de incoación con fecha antes mencionada, apelando el Ministerio Público adscrito a dicho juzgado y enviando el expediente nuevamente a la Sala Regional Colegiada en materia penal zona 02 de Tapachula Chiapas para su revisión.
“Ante tal situación y viéndome en estado de indefensión, solicito respetuosamente al Honorable Consejo de la Judicatura, su intervención para que se revise a fondo el expediente penal número 118/2009 y se proceda conforme a derecho ya que familiares muy cercanos al Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello son personas muy influyentes en la ciudad de Tapachula Chiapas, por lo que me siento en desventaja, ya que soy empleado eventual en condiciones precarias de la Secretaría de Salud y habiendo quedado incapacitado visualmente para trabajar y con la responsabilidad de sacar adelante a mis dos hijas que están estudiando y que dependen de mi. Esperando contar con su valioso apoyo, le reitero la seguridad de mi más alta consideración. Respetuosamente: Leonardo Ramón Estrada Paz”.
El llamado a las autoridades competentes es dramático; la actitud del juez primero, deprimente, irresponsable. ¿Qué intereses defiende? ¿Por qué teniendo todos los elementos se niega a ordenar la captura de un médico abusivo e irresponsable? Hasta donde tenemos entendido, en éste sexenio no se van a tolerar las influencias de nadie. Sabemos de la calidad humana del presidente de los Tribunales, Juan Gabriel Coutiño y estamos seguros que va a ordenar la revisión a fondo del expediente. También estamos seguros que ordenará una investigación exhaustiva de los actos del juez en mención, toda vez que parece estar en negocios al margen de la responsabilidad pública que le compete. No es posible seguir siendo rehenes de algunos funcionarios corruptos. Ojalá, se haga justicia a un hombre que tiene responsabilidades y que por desgracia, cayó en manos de un juez inescrupuloso y de un médico sin el menor acercamiento con el juramento hipocrático.
Tarjetero
*** Juan Pablo y Carlos, son sobrinos privilegiados. Soberbios, petulantes durante el sexenio pasado, se regodearon con los abusos de su tío, entonces fungiendo como dictador de Chiapas; hijos del clan mayor de los Salazar Mendiguchía, Clever, hoy gozan de privilegios en la dirigencia estatal del PRI y un ayuntamiento. Ahí siguen agazapados, dicen ellos, a la espera del regreso de la pandilla al poder. Arely Madrid, dicen es quien ha procurado refugio seguro a quienes en el sexenio pasado, hicieron de las suyas. *** La exigencia de “un grupo de priístas” en torno a las reformas constitucionales recién aprobadas bajo la alcantarilla por el Congreso local, es un grito que nace muerto, tan muerto como los que encabezan tal “protesta”. Walter León Montoya, cuando diputado, aprobó cualquier cantidad de imbecilidades y nadie lo amenazó con juicio político. Ahora brinca, a sabiendas que las serpientes, solo se arrastran. Sin solvencia moral, no pueden reclamar nada. *** Luego nos leemos.
ksheratto@hotmail.com
ksheratto@gmail.com
http://ksheratto.blogspot.com
www.ksheratto.com
Angel Mario Ksheratto
El juez primero del ramo penal con
sede en Tapachula, ensucia al
Tribunal de Justicia; piden a su
Presidente, intervenir.
“Lic. Juan Gabriel Coutiño Gómez. Magistrado Presidente del H. Consejo. Conociendo su gran calidad humana y comprometido con la justicia de nuestro estado, solicito respetuosamente su intervención, con la finalidad de que se me haga justicia, ya que derivado de una cirugía sufrí la pérdida total del globo ocular derecho. En primera instancia presenté mi queja ante la Comisión Estatal de Conciliación y Arbitraje Médico del estado de Chiapas, dando origen al expediente de queja número 155/2006 y de acuerdo al resolutivo de fecha 1 de octubre del 2007, acreditó que el Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello fue negligente por omisión y provocó un daño físico con la pérdida total del globo ocular derecho y deterioro en la visión del ojo izquierdo, acreditando que hubo negligencia médica por parte del Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello, condenando al médico a la reparación del daño.
“Con fecha 27 de septiembre del 2008, presenté mi querella ante la Fiscalía del Ministerio Público en la ciudad de Tapachula, Chiapas, con la averiguación previa 578/CPJA1A/2008, recayendo en la mesa número 9 de Asuntos Relevantes y con fecha 5 de marzo del 2009 se consignó al Juzgado Primero del ramo penal del distrito judicial de Tapachula con el expediente penal 118/2009 y siete días después, el juez negó la orden de aprehensión del inculpado por presentar irregularidades en la consignación de acuerdo al auto de incoación de fecha 12 de marzo del 2009. Apeló el Ministerio Público adscrito al juzgado enviando el expediente a la sala regional colegiada en materia penal zona 02, Tapachula, Chiapas. Con fecha 23 de abril del 2009, la sala confirma en base a la resolución con el toca penal número 119-C-1PO2/2009 regresando el expediente a su lugar de origen para su tratamiento. Con fecha 11 de agosto del 2009, el fiscal del Ministerio Público consigna nuevamente el expediente penal 118/2009 al juzgado primero del distrito judicial de Tapachula, Chiapas. Con fecha 26 de agosto del 2009, el juez primero del ramo penal resuelve nuevamente negar la orden de aprehensión del inculpado Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello de acuerdo al auto de incoación con fecha antes mencionada, apelando el Ministerio Público adscrito a dicho juzgado y enviando el expediente nuevamente a la Sala Regional Colegiada en materia penal zona 02 de Tapachula Chiapas para su revisión.
“Ante tal situación y viéndome en estado de indefensión, solicito respetuosamente al Honorable Consejo de la Judicatura, su intervención para que se revise a fondo el expediente penal número 118/2009 y se proceda conforme a derecho ya que familiares muy cercanos al Dr. Gilberto Virgilio Rosales Coello son personas muy influyentes en la ciudad de Tapachula Chiapas, por lo que me siento en desventaja, ya que soy empleado eventual en condiciones precarias de la Secretaría de Salud y habiendo quedado incapacitado visualmente para trabajar y con la responsabilidad de sacar adelante a mis dos hijas que están estudiando y que dependen de mi. Esperando contar con su valioso apoyo, le reitero la seguridad de mi más alta consideración. Respetuosamente: Leonardo Ramón Estrada Paz”.
El llamado a las autoridades competentes es dramático; la actitud del juez primero, deprimente, irresponsable. ¿Qué intereses defiende? ¿Por qué teniendo todos los elementos se niega a ordenar la captura de un médico abusivo e irresponsable? Hasta donde tenemos entendido, en éste sexenio no se van a tolerar las influencias de nadie. Sabemos de la calidad humana del presidente de los Tribunales, Juan Gabriel Coutiño y estamos seguros que va a ordenar la revisión a fondo del expediente. También estamos seguros que ordenará una investigación exhaustiva de los actos del juez en mención, toda vez que parece estar en negocios al margen de la responsabilidad pública que le compete. No es posible seguir siendo rehenes de algunos funcionarios corruptos. Ojalá, se haga justicia a un hombre que tiene responsabilidades y que por desgracia, cayó en manos de un juez inescrupuloso y de un médico sin el menor acercamiento con el juramento hipocrático.
Tarjetero
*** Juan Pablo y Carlos, son sobrinos privilegiados. Soberbios, petulantes durante el sexenio pasado, se regodearon con los abusos de su tío, entonces fungiendo como dictador de Chiapas; hijos del clan mayor de los Salazar Mendiguchía, Clever, hoy gozan de privilegios en la dirigencia estatal del PRI y un ayuntamiento. Ahí siguen agazapados, dicen ellos, a la espera del regreso de la pandilla al poder. Arely Madrid, dicen es quien ha procurado refugio seguro a quienes en el sexenio pasado, hicieron de las suyas. *** La exigencia de “un grupo de priístas” en torno a las reformas constitucionales recién aprobadas bajo la alcantarilla por el Congreso local, es un grito que nace muerto, tan muerto como los que encabezan tal “protesta”. Walter León Montoya, cuando diputado, aprobó cualquier cantidad de imbecilidades y nadie lo amenazó con juicio político. Ahora brinca, a sabiendas que las serpientes, solo se arrastran. Sin solvencia moral, no pueden reclamar nada. *** Luego nos leemos.
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