Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Los perredistas, de nuevo por una
batalla sin sentido, pero eso sí,
cochina como su proceso interno.
Lo que faltaba: una determinación extrapartidista que nos recuerda los excesos del IFE en la elección federal, un derrotado lopezobradismo intransigente y un presunto ganador que si bien logró articular un discurso de reconciliación, no sabe qué hacer con las elecciones estatales donde el cochinero ha sido de escándalo, como el caso de Chiapas, cuyo dirigente aparentemente electo, violó de origen todas las disposiciones de la convocatoria, los estatutos y demás reglas del PRD. Es como si al marrano sacado de la porquería, le hubiesen lavado solamente el hocico para que luciera atractivo. Ambos bandos incurrieron en ilegalidades y por tanto, lo conducente hubiese sido la anulación del proceso electoral interno; era lo más sano para un partido que se perdió en los intereses de sus salvajes tribus y que requería, no una aprobación externa, sino un autoanálisis que le permitiera reconocerse, refundarse y empezar de nuevo. Si la intervención del Tribunal Electoral en una elección que estuvo plagada de auténticas cochinadas es buena ó no, es un asunto que no está a discusión, pues en la anarquía política que se vive en México, ya no sabemos qué es bueno y qué es malo. La discusión de fondo debe darse en torno a las condiciones de un partido político que nació con ínfulas democráticas y terminó siendo una cueva de caudillos inescrupulosos que no dudarían en poner en riesgo la estabilidad social del país, con tal de obtener magras ganancias electorales.
En otras palabras, ningún aval es suficiente para volver a creer en el Partido de la Revolución Democrática; sin ideología ni principios básicos efectivos, sin prudencia y con un sinnúmero de “liderazgos” deschavetados que no buscan el beneficio de sus correligionarios, el PRD no será “otro” a raíz de la determinación del Tribunal Electoral. Todos los votos que esa instancia revisó, no eran votos limpios, democráticos y plurales; eran votos sucios, votos ilegales, votos sin sustento social. Ha sido como buscar entre la basura algo de candor ó buscar en medio del fango, perlas para adornar a una princesa. Nada, entonces, salva a ése partido de la terca suciedad que lo alimenta y que lo convierte en una institución alejada de la sociedad y muy cercana al salvajismo. Jesús Ortega, como Alejandro Encinas, no tiene nada qué celebrar puesto que el supuesto triunfo del que ahora se ufana, es resultado de un fraude mutuo que necesariamente deja a su partido sin el término “Democrática” y muy posiblemente, sin la “Revolución” que pretendían, pues ésta se ha convertido en una muy marcada “Involución” que solo les deja un término: “Partido”. Y no por la reunión de un grupo de políticos deseosos de democratizar al país, sino por tratarse de un puñado de tribus autoincendiadas y evidentemente divididas. El fraude del que el Tribunal Electoral se asió para desacreditar el otro fraude, el cometido por Encinas, es el mismo que galopa en caballo de hacienda en Chiapas. Como en los mejores tiempos del priísmo, las elecciones internas del PRD, gozaron del privilegio del “carro completo”, el “tamal” y todos aquellos métodos mañosos de los que hacían gala los militantes del PRI a la hora de contar los votos constitucionales. O sea, el Tribunal avaló la porquería, institucionalizó el fraude. Dio consistencia a quien mejor defraudó a la democracia. ¿Se podrá confiar en el PRD? Imposible. No tienen ninguna solvencia moral para convencernos de sus intenciones. Ni Encinas ni Ortega son demócratas; eso está muy claro. Pero menos demócrata es el Tribunal que se ha atrevido a lavar el hocico del marrano para presentárnoslo impecable. Con instituciones así, no tenemos para cuándo en términos de una democracia fuerte, confiable y contundente. Ni modos.
Tarjetero
*** Impresionante el número de botellas de licor adulterado que, se supone, retiraron las autoridades de los antros. Cuarenta mil botellas, según el director de Verificaciones y Clausuras del Ayuntamiento capitalino. Sí, pero… ¿Dónde están los expendedores de todo ese licor decomisado? No se sabe si han sido detenidos o los lugares clausurados. Con esa cifra, deducimos que más del cincuenta por ciento de los centros de diversión en Tuxtla, expenden brebajes adulterados, pero todos, hasta hoy, funcionan sin alteraciones. Surgen las sospechas. Cierran aquellos que no dan mordida, eso es seguro. *** Al expresidente municipal de Berriozábal, Hernán Mancilla López, se le cuecen las habas con demasiada anticipación por ser diputado local, cuando aún está por transcurrir el proceso electoral federal. Por lo pronto tiene a su hermano, Jesús, de síndico en el actual ayuntamiento, a su cuñado, Daniel Rodríguez Castillejos, en la dirigencia municipal del Partido Revolucionario Institucional y presume que su hermano, Abenamar, deberá ser el próximo alcalde del municipio que ya considera de su propiedad. Del alcalde actual se refiere como su monigote y de los regidores sus empleados. Hernán se considera todo un cacique político con el apoyo de Arely Madrid Tovilla, lideresa que ha llevado al PRI a la bancarrota. *** Hablando de Berriozabal, el actual edil sigue haciéndose el olvidado con el caso del policía Jorge Luís Martínez, a quien le niega los pagos que la Ley Federal del Trabajo le obliga, luego que éste sufrió un accidente mientras cumplía con su deber. Lo raro, dicen, es que los recursos están otorgándose, pero no le llegan a la familia del agente policial. Urge una investigación. *** Felipe Mimiaga y María de Jesús Olvera, presuntos “dirigentes” de la destartalada CTM en Chiapas, bajo la mira tras una serie de denuncias públicas y penales que los ubican como dos de los grandes defraudadores de los trabajadores del volante a quienes ofrecen placas y concesiones. Por ahí se les aparecerá el diablo si no devuelven el producto de sus fraudes, advierten muchas de sus víctimas, que se cuentan por cientos. *** Que ya no hay violaciones a los derechos humanos en el penal de Tapachula. Esperemos que sea cierto y no solo palabrerío hueco. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Los perredistas, de nuevo por una
batalla sin sentido, pero eso sí,
cochina como su proceso interno.
Lo que faltaba: una determinación extrapartidista que nos recuerda los excesos del IFE en la elección federal, un derrotado lopezobradismo intransigente y un presunto ganador que si bien logró articular un discurso de reconciliación, no sabe qué hacer con las elecciones estatales donde el cochinero ha sido de escándalo, como el caso de Chiapas, cuyo dirigente aparentemente electo, violó de origen todas las disposiciones de la convocatoria, los estatutos y demás reglas del PRD. Es como si al marrano sacado de la porquería, le hubiesen lavado solamente el hocico para que luciera atractivo. Ambos bandos incurrieron en ilegalidades y por tanto, lo conducente hubiese sido la anulación del proceso electoral interno; era lo más sano para un partido que se perdió en los intereses de sus salvajes tribus y que requería, no una aprobación externa, sino un autoanálisis que le permitiera reconocerse, refundarse y empezar de nuevo. Si la intervención del Tribunal Electoral en una elección que estuvo plagada de auténticas cochinadas es buena ó no, es un asunto que no está a discusión, pues en la anarquía política que se vive en México, ya no sabemos qué es bueno y qué es malo. La discusión de fondo debe darse en torno a las condiciones de un partido político que nació con ínfulas democráticas y terminó siendo una cueva de caudillos inescrupulosos que no dudarían en poner en riesgo la estabilidad social del país, con tal de obtener magras ganancias electorales.En otras palabras, ningún aval es suficiente para volver a creer en el Partido de la Revolución Democrática; sin ideología ni principios básicos efectivos, sin prudencia y con un sinnúmero de “liderazgos” deschavetados que no buscan el beneficio de sus correligionarios, el PRD no será “otro” a raíz de la determinación del Tribunal Electoral. Todos los votos que esa instancia revisó, no eran votos limpios, democráticos y plurales; eran votos sucios, votos ilegales, votos sin sustento social. Ha sido como buscar entre la basura algo de candor ó buscar en medio del fango, perlas para adornar a una princesa. Nada, entonces, salva a ése partido de la terca suciedad que lo alimenta y que lo convierte en una institución alejada de la sociedad y muy cercana al salvajismo. Jesús Ortega, como Alejandro Encinas, no tiene nada qué celebrar puesto que el supuesto triunfo del que ahora se ufana, es resultado de un fraude mutuo que necesariamente deja a su partido sin el término “Democrática” y muy posiblemente, sin la “Revolución” que pretendían, pues ésta se ha convertido en una muy marcada “Involución” que solo les deja un término: “Partido”. Y no por la reunión de un grupo de políticos deseosos de democratizar al país, sino por tratarse de un puñado de tribus autoincendiadas y evidentemente divididas. El fraude del que el Tribunal Electoral se asió para desacreditar el otro fraude, el cometido por Encinas, es el mismo que galopa en caballo de hacienda en Chiapas. Como en los mejores tiempos del priísmo, las elecciones internas del PRD, gozaron del privilegio del “carro completo”, el “tamal” y todos aquellos métodos mañosos de los que hacían gala los militantes del PRI a la hora de contar los votos constitucionales. O sea, el Tribunal avaló la porquería, institucionalizó el fraude. Dio consistencia a quien mejor defraudó a la democracia. ¿Se podrá confiar en el PRD? Imposible. No tienen ninguna solvencia moral para convencernos de sus intenciones. Ni Encinas ni Ortega son demócratas; eso está muy claro. Pero menos demócrata es el Tribunal que se ha atrevido a lavar el hocico del marrano para presentárnoslo impecable. Con instituciones así, no tenemos para cuándo en términos de una democracia fuerte, confiable y contundente. Ni modos.
Tarjetero
*** Impresionante el número de botellas de licor adulterado que, se supone, retiraron las autoridades de los antros. Cuarenta mil botellas, según el director de Verificaciones y Clausuras del Ayuntamiento capitalino. Sí, pero… ¿Dónde están los expendedores de todo ese licor decomisado? No se sabe si han sido detenidos o los lugares clausurados. Con esa cifra, deducimos que más del cincuenta por ciento de los centros de diversión en Tuxtla, expenden brebajes adulterados, pero todos, hasta hoy, funcionan sin alteraciones. Surgen las sospechas. Cierran aquellos que no dan mordida, eso es seguro. *** Al expresidente municipal de Berriozábal, Hernán Mancilla López, se le cuecen las habas con demasiada anticipación por ser diputado local, cuando aún está por transcurrir el proceso electoral federal. Por lo pronto tiene a su hermano, Jesús, de síndico en el actual ayuntamiento, a su cuñado, Daniel Rodríguez Castillejos, en la dirigencia municipal del Partido Revolucionario Institucional y presume que su hermano, Abenamar, deberá ser el próximo alcalde del municipio que ya considera de su propiedad. Del alcalde actual se refiere como su monigote y de los regidores sus empleados. Hernán se considera todo un cacique político con el apoyo de Arely Madrid Tovilla, lideresa que ha llevado al PRI a la bancarrota. *** Hablando de Berriozabal, el actual edil sigue haciéndose el olvidado con el caso del policía Jorge Luís Martínez, a quien le niega los pagos que la Ley Federal del Trabajo le obliga, luego que éste sufrió un accidente mientras cumplía con su deber. Lo raro, dicen, es que los recursos están otorgándose, pero no le llegan a la familia del agente policial. Urge una investigación. *** Felipe Mimiaga y María de Jesús Olvera, presuntos “dirigentes” de la destartalada CTM en Chiapas, bajo la mira tras una serie de denuncias públicas y penales que los ubican como dos de los grandes defraudadores de los trabajadores del volante a quienes ofrecen placas y concesiones. Por ahí se les aparecerá el diablo si no devuelven el producto de sus fraudes, advierten muchas de sus víctimas, que se cuentan por cientos. *** Que ya no hay violaciones a los derechos humanos en el penal de Tapachula. Esperemos que sea cierto y no solo palabrerío hueco. *** Luego nos leemos.
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