Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
La misma Ley antitabaco establece que
en tanto no se reglamente ésta, seguirá
vigente el Reglamento sobre Consumo
de Tabaco anterior.
En casi todo el estado ya se aplica la famosa “ley antitabaco”; la orden, dicen los restauranteros y hoteleros, vino de la CANIRAC, organismo que se ha tomado la oprobiosa libertad de imponer una prohibición a la que, tanto a nivel federal como estatal, le falta la correspondiente reglamentación. Estamos entonces, ante un acto de arbitrariedad e incongruencia que nos obliga a reflexionar sobre la ausencia de autoridad moral de la Secretaría de Salud que por un lado, se ha lavado las manos dejando la responsabilidad de aplicar una ley casi inexistente a la CANIRAC –cuyos dirigentes en Chiapas están siendo señalados por algunos restauranteros de obligar a la mayoría a cumplir tal capricho, mientras que en sus negocios, omiten la disposición– y por otro, incumple con las obligaciones que la misma Ley le impone como garante de ésta y promotora de medidas precautorias.
Veamos lo que dice la Ley referida: “El Reglamento sobre Consumo de Tabaco, permanecerá vigente hasta en tanto no se emitan las disposiciones reglamentarias de ésta Ley”. Hasta ahora no se ha reglamentado y por tanto, la antigua Ley, es decir, la que permitía a los dueños de restaurantes y hoteles mantener áreas para fumadores, sigue aplicándose. Por otro lado, en el artículo tercero transitorio dice: “En caso de que los propietarios, administradores o responsables de los establecimientos referidos en el párrafo anterior no cuenten con las posibilidades económicas o de infraestructura necesarias para llevar a cabo las modificaciones o adecuaciones señaladas, podrán recurrir a la Secretaría dentro del periodo especificado en el párrafo anterior a efectos de celebrar los convenios o instrumentos administrativos necesarios que les permitan dar cumplimiento a la presente Ley”. No es pues, por el momento, obligatorio aplicar dicha Ley hasta que no se cumplan ciertas disposiciones como la mencionada.
Más aún, en el artículo cuarto transitorio, queda más que claro el asunto de las reglamentaciones. Veamos: “El gobierno del Distrito Federal, los gobiernos de las entidades federativas y de los municipios, deberán adecuar sus Leyes, reglamentos, bandos y demás disposiciones jurídicas, de acuerdo con las competencias que a cada uno corresponda, para que sean congruentes con la presente Ley”. Anteayer, nos dimos a la tarea de investigar si el Congreso del Estado y, en el caso de Tuxtla, ya había dicha reglamentación. El diputado Carlos Penagos, dueño de antros entre otras cosas, confirmó que el Congreso local, no ha adecuado la ley antitabaco a las necesidades de los chiapanecos. Eso sí, adelantó que será hasta el próximo periodo ordinario de sesiones que aborden el tema. Por su parte, la regidora priísta Luvia Aceituno, dijo que apenas están en pláticas con los interesados para iniciar un proceso de reglamentación, acorde con las demandas de los dueños de establecimientos. Como podemos observar, no hay ley, no debe haber prohibición. Nos extraña que la misma CANIRAC se esté prestando al juego perverso de la Secretaría de Salud, aún cuando deberían saber los dirigentes de ese organismo que quienes pierden, son sus agremiados. ¿Los están representando inteligente y dignamente? Parece que no. Por un lado vemos ignorancia y por otro, sumisión inexplicable. Porque no nos explicamos que sea la misma CANIRAC la que presione a sus miembros a cumplir una Ley no reglamentada. Francamente, están traicionando a su propia gente. Aclaro: No estoy contra la referida Ley, sino contra las formas y el entreguismo.
¿Y la PGR, la AFI y la PFP?
Debemos aplaudir la disposición del Gobierno del Estado para admitir abiertamente la responsabilidad de los policías estatales en la masacre en el Ejido “Miguel Hidalgo”; el anterior gobierno hubiera dicho que los muertos se suicidaron por líos de faldas. Así supimos que en efecto, los policías involucrados, remataron a una de las víctimas mientras era trasladado a un nosocomio y asesinaron al hijo de ésta y a dos civiles que prestaban auxilio al herido. Ahora nos preguntamos: ¿Y la PGR? ¿Cuál es su responsabilidad en éste vergonzoso asunto? Según testigos, quienes inician las agresiones son elementos de la AFI y PFP que cumplimentaban varias órdenes de aprehensión, pese a que ya se había llegado a acuerdos de desalojo voluntario a cambio de recursos para proyectos productivos. Si bien los policías estatales cometieron una brutalidad imperdonable y deben pagar por ése delito, también está la obligación moral de llevar a juicio a quienes, imprudente e irresponsablemente, iniciaron las agresiones contra los campesinos.
Los testigos aseguran que los ánimos se caldearon cuando los elementos de la AFI, PFP y PGR, se excedieron en el uso de la fuerza. Muchos de los detenidos inicialmente, no tenían siquiera orden de aprehensión; aún así, los subieron a los camiones a fuerza de golpes e insultos. Se dice que uno de los ancianos detenidos, por su edad (le calculan más de 80 años) no podía subir al camión. Uno de los agentes federales lo golpeó brutalmente. Ahí se inició la protesta que terminó en enfrentamiento… Y luego en muerte. No solo los policías locales deben pagar por ésos crímenes; sería una injusticia que así fuera. Los federales se excedieron, violaron los derechos humanos de los campesinos, provocaron la ira y ahora, nadie los menciona, como si no tuvieran responsabilidad. Más todavía: el delegado de la PGR, debe ser investigado porque quiera ó no, es el responsable directo de las fuerzas federales en Chiapas. ¿Se le llevará, junto con los policías a su cargo, a los Tribunales? Insisto: Sería lo justo si de verdad se va a aplicar la Ley.
Tarjetero
*** Ayer buscaban ratas y cucarachas en el Congreso del Estado en una tarea de fumigación. Dicen que no les costó encontrar a cuarenta de cuatro patas. *** La crisis económica, ya es un hecho, pese al torpe optimismo de Agustín Carstens, a quien la mala suerte persigue todos los días. Mientras, cualquier plan emergente parece de lodo fresco: No sirven para nada, más que para agravar las cosas. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
La misma Ley antitabaco establece que
en tanto no se reglamente ésta, seguirá
vigente el Reglamento sobre Consumo
de Tabaco anterior.
En casi todo el estado ya se aplica la famosa “ley antitabaco”; la orden, dicen los restauranteros y hoteleros, vino de la CANIRAC, organismo que se ha tomado la oprobiosa libertad de imponer una prohibición a la que, tanto a nivel federal como estatal, le falta la correspondiente reglamentación. Estamos entonces, ante un acto de arbitrariedad e incongruencia que nos obliga a reflexionar sobre la ausencia de autoridad moral de la Secretaría de Salud que por un lado, se ha lavado las manos dejando la responsabilidad de aplicar una ley casi inexistente a la CANIRAC –cuyos dirigentes en Chiapas están siendo señalados por algunos restauranteros de obligar a la mayoría a cumplir tal capricho, mientras que en sus negocios, omiten la disposición– y por otro, incumple con las obligaciones que la misma Ley le impone como garante de ésta y promotora de medidas precautorias.
Veamos lo que dice la Ley referida: “El Reglamento sobre Consumo de Tabaco, permanecerá vigente hasta en tanto no se emitan las disposiciones reglamentarias de ésta Ley”. Hasta ahora no se ha reglamentado y por tanto, la antigua Ley, es decir, la que permitía a los dueños de restaurantes y hoteles mantener áreas para fumadores, sigue aplicándose. Por otro lado, en el artículo tercero transitorio dice: “En caso de que los propietarios, administradores o responsables de los establecimientos referidos en el párrafo anterior no cuenten con las posibilidades económicas o de infraestructura necesarias para llevar a cabo las modificaciones o adecuaciones señaladas, podrán recurrir a la Secretaría dentro del periodo especificado en el párrafo anterior a efectos de celebrar los convenios o instrumentos administrativos necesarios que les permitan dar cumplimiento a la presente Ley”. No es pues, por el momento, obligatorio aplicar dicha Ley hasta que no se cumplan ciertas disposiciones como la mencionada.
Más aún, en el artículo cuarto transitorio, queda más que claro el asunto de las reglamentaciones. Veamos: “El gobierno del Distrito Federal, los gobiernos de las entidades federativas y de los municipios, deberán adecuar sus Leyes, reglamentos, bandos y demás disposiciones jurídicas, de acuerdo con las competencias que a cada uno corresponda, para que sean congruentes con la presente Ley”. Anteayer, nos dimos a la tarea de investigar si el Congreso del Estado y, en el caso de Tuxtla, ya había dicha reglamentación. El diputado Carlos Penagos, dueño de antros entre otras cosas, confirmó que el Congreso local, no ha adecuado la ley antitabaco a las necesidades de los chiapanecos. Eso sí, adelantó que será hasta el próximo periodo ordinario de sesiones que aborden el tema. Por su parte, la regidora priísta Luvia Aceituno, dijo que apenas están en pláticas con los interesados para iniciar un proceso de reglamentación, acorde con las demandas de los dueños de establecimientos. Como podemos observar, no hay ley, no debe haber prohibición. Nos extraña que la misma CANIRAC se esté prestando al juego perverso de la Secretaría de Salud, aún cuando deberían saber los dirigentes de ese organismo que quienes pierden, son sus agremiados. ¿Los están representando inteligente y dignamente? Parece que no. Por un lado vemos ignorancia y por otro, sumisión inexplicable. Porque no nos explicamos que sea la misma CANIRAC la que presione a sus miembros a cumplir una Ley no reglamentada. Francamente, están traicionando a su propia gente. Aclaro: No estoy contra la referida Ley, sino contra las formas y el entreguismo.
¿Y la PGR, la AFI y la PFP?
Debemos aplaudir la disposición del Gobierno del Estado para admitir abiertamente la responsabilidad de los policías estatales en la masacre en el Ejido “Miguel Hidalgo”; el anterior gobierno hubiera dicho que los muertos se suicidaron por líos de faldas. Así supimos que en efecto, los policías involucrados, remataron a una de las víctimas mientras era trasladado a un nosocomio y asesinaron al hijo de ésta y a dos civiles que prestaban auxilio al herido. Ahora nos preguntamos: ¿Y la PGR? ¿Cuál es su responsabilidad en éste vergonzoso asunto? Según testigos, quienes inician las agresiones son elementos de la AFI y PFP que cumplimentaban varias órdenes de aprehensión, pese a que ya se había llegado a acuerdos de desalojo voluntario a cambio de recursos para proyectos productivos. Si bien los policías estatales cometieron una brutalidad imperdonable y deben pagar por ése delito, también está la obligación moral de llevar a juicio a quienes, imprudente e irresponsablemente, iniciaron las agresiones contra los campesinos.
Los testigos aseguran que los ánimos se caldearon cuando los elementos de la AFI, PFP y PGR, se excedieron en el uso de la fuerza. Muchos de los detenidos inicialmente, no tenían siquiera orden de aprehensión; aún así, los subieron a los camiones a fuerza de golpes e insultos. Se dice que uno de los ancianos detenidos, por su edad (le calculan más de 80 años) no podía subir al camión. Uno de los agentes federales lo golpeó brutalmente. Ahí se inició la protesta que terminó en enfrentamiento… Y luego en muerte. No solo los policías locales deben pagar por ésos crímenes; sería una injusticia que así fuera. Los federales se excedieron, violaron los derechos humanos de los campesinos, provocaron la ira y ahora, nadie los menciona, como si no tuvieran responsabilidad. Más todavía: el delegado de la PGR, debe ser investigado porque quiera ó no, es el responsable directo de las fuerzas federales en Chiapas. ¿Se le llevará, junto con los policías a su cargo, a los Tribunales? Insisto: Sería lo justo si de verdad se va a aplicar la Ley.
Tarjetero
*** Ayer buscaban ratas y cucarachas en el Congreso del Estado en una tarea de fumigación. Dicen que no les costó encontrar a cuarenta de cuatro patas. *** La crisis económica, ya es un hecho, pese al torpe optimismo de Agustín Carstens, a quien la mala suerte persigue todos los días. Mientras, cualquier plan emergente parece de lodo fresco: No sirven para nada, más que para agravar las cosas. *** Luego nos leemos.
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