Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Felipe Calderón, sin una idea clara
de cómo salir del callejón sin salida
que le ha significado la inseguridad.
Los nostálgicos besamanos que solían acudir a Los Pinos año con año abrazando la esperanza que el ritual les sirviese para conseguir una diputación, una dirección –un “hueso”, pues– extrañaron la fecha de ayer; la fuerza del miedo institucional que poco a poco se apoderó del Congreso de la Unión, terminó con décadas de pastosa liturgia política mediante la cual, el Presidente de la República en turno, recibía elogios, felicitaciones y buenos augurios “por su eficaz, republicana y democrática vocación de servicio al país”, así estuviese éste en llamas. El pueblo, sin embargo, no percibía la eficacia ni ninguna otra virtud que los políticos necesitados o agradecidos endilgaban al gobernante. Era un culto innecesario y ridículo que mostraba la desnudez moral de lisonjeros y adulado. A cambio de aquellos discursos rimbombantes que evidenciaban yerros y omisiones, ahora tenemos breves soflamillas entretelenoveleras que no satisfacen la urgente necesidad de certeza que los mexicanos exigen; por el contrario, invaden el morbo telefabulesco de las amas de casa que encuentran en las trilladas historias de amor y desamor entre personajes faranduleros, un oasis a la trágica economía que cada vez se inunda más en el pantano de una política hacendaria inhumana e incoherente.
Casi en secreto y como corresponde al nuevo formato informativo del Presidente ante los legisladores, el Secretario de Gobernación entregó el texto del Segundo Informe. ¿Qué contiene? ¿Revelará con sentido de autocrítica la espantosa crisis de seguridad (más bien, el repunte de la inseguridad) que mantiene a México en vilo? ¿Contendrá la fórmula eficaz para evitar los estragos que el apuro financiero estadounidense pudiera ocasionar al país? ¿Admitirá que estamos en el umbral de una crisis alimentaria sin precedentes? ¿Se autocuestionará por la imparable corrupción que ha generado fuentes inagotables de impunidad?
Irrefutable resulta el hecho que Felipe Calderón se asoma al tercer año de su gobierno, arrinconado en un callejón sin salida. El liderazgo que le otorga la banda presidencial se ha visto abollado por decisiones sumamente cuestionadas; una de éstas ha sido la designación de Juan Camilo Mouriño como Secretario de Gobernación. Para algunos analistas, esa determinación minó profundamente la credibilidad del gobernante, quien, pese al cúmulo de denuncias en contra de Mouriño, lo mantiene en el cargo. Fue el inicio de la pérdida del control político del país.
Curiosamente, Calderón se encontró en ese mismo callejón a su archirival político, el fracasado excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador quien, igualmente encerrado por sus fobias, ambiciones e intereses mezquinos, se ha propuesto apostar al fracaso del Presidente… Que visto desde una perspectiva demoledora, López Obrador en realidad le apuesta al fracaso del país para sacar su propia ventaja. A dos años de distancia, un segundo informe que no convoca, no cuaja, no convence. Bueno es que haya acabado el estresante ritual que incluía asueto nacional y obligaba a largas horas de imágenes irreales en la televisión que, por antonomasia, aportaba su buena dosis de halagos presidenciales.
No ha sido, la eliminación del llamado “Día del Presidente”, una obra de la oxidada maquinaria “democrática”, sino de la urgencia de los panistas de no exhibir las debilidades del mandatario surgido de sus filas y la terquedad de los perredistas de no permitirse un par de horas de sensatez y civilidad. El acatamiento sin reservas que significó para el Poder Legislativo el Informe durante las décadas priístas y el vergonzante circo en que lo convirtieron Vicente Fox y los perredistas, obligó en mucho a terminar con una práctica en desuso y extremadamente pueril. La duda ahora es respecto a la eficacia del nuevo formato. No obliga al Presidente a nada que ponga en riesgo su propia credibilidad y tampoco garantiza certeza del Legislativo para analizar cuidadosamente el Informe. Nadie ignora que los diputados y senadores gozan de la mala fama de haraganes. ¿Cuántas leyes han aprobado sin siquiera leerlas? No dudemos que el cargado legajo de papeles presentados por el Ejecutivo, va a ser aprobado por la vía rápida, atendiendo la vieja manía de “dispensar su lectura”, bajo argumentos poco creíbles. Esa es la desventaja; nadie sabrá a ciencia cierta cómo está el país desde la visión oficial.
Tarjetero
*** No tarda y surja el escándalo provocado por un funcionario municipal tapachulteco, acusado formalmente ante el Ministerio Público por abuso sexual. Son ocho denuncias de igual número de mujeres, se sabe. *** Quien esté al frente de la SEMARNAP, debe, obligadamente, suspender los permisos para devastar lo que queda de la reserva de la biosfera denominada “El Triunfo”. Es un claro abuso, derivado de la ignorancia de algunos funcionarios que parecen no estar de acuerdo con las políticas ecológicas que México ha firmado ante organizaciones ambientalistas y otros países preocupados por el medio ambiente. ¿A quién benefician? No olvidemos que una licencia para talar bosques, deja sus buenos dividendos a ciertos funcionarios. Advertimos entonces, un alto grado de corrupción que debe ser debidamente investigado. *** La falta de creatividad en el PRI estatal es terrible. Las mismas prácticas, las mismas mañas, al grado que ya hay voces que empiezan a acusar algunos pedimentos de dinero a cambio de candidaturas. No cambiarán, eso ni quién lo pueda negar. *** Pío López Obrador, de plano se saltó la tranca: amenaza con un “levantamiento” si no hacen caso de su sospechosa consulta sobre la reforma energética. Es irresponsable decir tal desfachatez. ¿Acaso cree el comodísimo hermano de Andrés Manuel que todos los mexicanos apoyarían su dichoso “alzamiento”? México no puede ni debe admitir amenazas y chantajes de esa naturaleza. Sabemos que no han aprendido a ser civilizados; ahora, como los delincuentes que azotan al país, amenazan a todos. Muy mal. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Felipe Calderón, sin una idea clara
de cómo salir del callejón sin salida
que le ha significado la inseguridad.
Los nostálgicos besamanos que solían acudir a Los Pinos año con año abrazando la esperanza que el ritual les sirviese para conseguir una diputación, una dirección –un “hueso”, pues– extrañaron la fecha de ayer; la fuerza del miedo institucional que poco a poco se apoderó del Congreso de la Unión, terminó con décadas de pastosa liturgia política mediante la cual, el Presidente de la República en turno, recibía elogios, felicitaciones y buenos augurios “por su eficaz, republicana y democrática vocación de servicio al país”, así estuviese éste en llamas. El pueblo, sin embargo, no percibía la eficacia ni ninguna otra virtud que los políticos necesitados o agradecidos endilgaban al gobernante. Era un culto innecesario y ridículo que mostraba la desnudez moral de lisonjeros y adulado. A cambio de aquellos discursos rimbombantes que evidenciaban yerros y omisiones, ahora tenemos breves soflamillas entretelenoveleras que no satisfacen la urgente necesidad de certeza que los mexicanos exigen; por el contrario, invaden el morbo telefabulesco de las amas de casa que encuentran en las trilladas historias de amor y desamor entre personajes faranduleros, un oasis a la trágica economía que cada vez se inunda más en el pantano de una política hacendaria inhumana e incoherente.Casi en secreto y como corresponde al nuevo formato informativo del Presidente ante los legisladores, el Secretario de Gobernación entregó el texto del Segundo Informe. ¿Qué contiene? ¿Revelará con sentido de autocrítica la espantosa crisis de seguridad (más bien, el repunte de la inseguridad) que mantiene a México en vilo? ¿Contendrá la fórmula eficaz para evitar los estragos que el apuro financiero estadounidense pudiera ocasionar al país? ¿Admitirá que estamos en el umbral de una crisis alimentaria sin precedentes? ¿Se autocuestionará por la imparable corrupción que ha generado fuentes inagotables de impunidad?
Irrefutable resulta el hecho que Felipe Calderón se asoma al tercer año de su gobierno, arrinconado en un callejón sin salida. El liderazgo que le otorga la banda presidencial se ha visto abollado por decisiones sumamente cuestionadas; una de éstas ha sido la designación de Juan Camilo Mouriño como Secretario de Gobernación. Para algunos analistas, esa determinación minó profundamente la credibilidad del gobernante, quien, pese al cúmulo de denuncias en contra de Mouriño, lo mantiene en el cargo. Fue el inicio de la pérdida del control político del país.
Curiosamente, Calderón se encontró en ese mismo callejón a su archirival político, el fracasado excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador quien, igualmente encerrado por sus fobias, ambiciones e intereses mezquinos, se ha propuesto apostar al fracaso del Presidente… Que visto desde una perspectiva demoledora, López Obrador en realidad le apuesta al fracaso del país para sacar su propia ventaja. A dos años de distancia, un segundo informe que no convoca, no cuaja, no convence. Bueno es que haya acabado el estresante ritual que incluía asueto nacional y obligaba a largas horas de imágenes irreales en la televisión que, por antonomasia, aportaba su buena dosis de halagos presidenciales.
No ha sido, la eliminación del llamado “Día del Presidente”, una obra de la oxidada maquinaria “democrática”, sino de la urgencia de los panistas de no exhibir las debilidades del mandatario surgido de sus filas y la terquedad de los perredistas de no permitirse un par de horas de sensatez y civilidad. El acatamiento sin reservas que significó para el Poder Legislativo el Informe durante las décadas priístas y el vergonzante circo en que lo convirtieron Vicente Fox y los perredistas, obligó en mucho a terminar con una práctica en desuso y extremadamente pueril. La duda ahora es respecto a la eficacia del nuevo formato. No obliga al Presidente a nada que ponga en riesgo su propia credibilidad y tampoco garantiza certeza del Legislativo para analizar cuidadosamente el Informe. Nadie ignora que los diputados y senadores gozan de la mala fama de haraganes. ¿Cuántas leyes han aprobado sin siquiera leerlas? No dudemos que el cargado legajo de papeles presentados por el Ejecutivo, va a ser aprobado por la vía rápida, atendiendo la vieja manía de “dispensar su lectura”, bajo argumentos poco creíbles. Esa es la desventaja; nadie sabrá a ciencia cierta cómo está el país desde la visión oficial.
Tarjetero
*** No tarda y surja el escándalo provocado por un funcionario municipal tapachulteco, acusado formalmente ante el Ministerio Público por abuso sexual. Son ocho denuncias de igual número de mujeres, se sabe. *** Quien esté al frente de la SEMARNAP, debe, obligadamente, suspender los permisos para devastar lo que queda de la reserva de la biosfera denominada “El Triunfo”. Es un claro abuso, derivado de la ignorancia de algunos funcionarios que parecen no estar de acuerdo con las políticas ecológicas que México ha firmado ante organizaciones ambientalistas y otros países preocupados por el medio ambiente. ¿A quién benefician? No olvidemos que una licencia para talar bosques, deja sus buenos dividendos a ciertos funcionarios. Advertimos entonces, un alto grado de corrupción que debe ser debidamente investigado. *** La falta de creatividad en el PRI estatal es terrible. Las mismas prácticas, las mismas mañas, al grado que ya hay voces que empiezan a acusar algunos pedimentos de dinero a cambio de candidaturas. No cambiarán, eso ni quién lo pueda negar. *** Pío López Obrador, de plano se saltó la tranca: amenaza con un “levantamiento” si no hacen caso de su sospechosa consulta sobre la reforma energética. Es irresponsable decir tal desfachatez. ¿Acaso cree el comodísimo hermano de Andrés Manuel que todos los mexicanos apoyarían su dichoso “alzamiento”? México no puede ni debe admitir amenazas y chantajes de esa naturaleza. Sabemos que no han aprendido a ser civilizados; ahora, como los delincuentes que azotan al país, amenazan a todos. Muy mal. *** Luego nos leemos.
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