Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
La ruptura entre López Obrador
y Carlos navarrete, ¿es el fin del
FAP y elsecuestro de la Tribuna?
Ambiciones, soberbia, intolerancia, majaderías, son las bases de un movimiento que, según revela El Universal en la edición electrónica de ayer, se resquebrajó la noche anterior, durante una reunión entre Andrés Manuel López Obrador, Carlos Navarrete, Javier González Garza, Ricardo Cantú, Alberto Anaya, Alejandro González, Alejandro Chanona y Dante Delgado. Navarrete, partidario de la negociación, exigía a López Obrador una fecha precisa para proponer el debate parlamentario. “Mañana les digo”, era la respuesta automática
del fracasado excandidato presidencial. No se salió del guión; el “mañana les digo”, exasperó a todos pero la mayoría acató la terquedad de éste, salvo Navarrete que retó abiertamente a López Obrador: “Yo sí creo en la vía parlamentaria; no creo que el debate sea una pérdida de tiempo, no creo que podamos transformar al país así. Debatamos”.
Como chamaquitos en transe de noviazgo, Navarrete y López Obrador, “debatían” ante la mirada impaciente del resto de asistentes que, como en todo el movimiento, no han sido más que títeres con cargo de comparsas. Sin argumentos sólidos, el tabasqueño, reviró sin ninguna convicción: “Es que esto, para mí, es una vacilada, no sé si me explico. Lo importante es que ganamos en tiempo, pero lo ganamos no por la negociación, lo ganamos porque tomamos la tribuna, no sé si me explico”. No, no se explicó y aunque hubiera tratado, no se le habría entendido ni pizca. Antes que explotara la bomba que terminó con lo que ya se avizora como un rompimiento en las filas del Frente Amplio Progresista (FAP), López Obrador dio muestras de su desinterés por el tema energético que dice defender: “Si mañana me dicen, en la noche: fíjate que tus propuestas no transitaron, entonces yo ya les dije, saben qué, no hay acuerdo o sí hay acuerdo. Y si me dicen: fíjate que sí salieron, hay acuerdo, vamos adelante”. Incomprensible. Al final, todos salieron enojados, bravucones. Ni las explicaciones ni las calificaciones de “mero incidente” el encontronazo entre Navarrete y López Obrador, libran al movimiento de una ruptura inminente que podría dejar solo al excandidato en una lucha que no tiene ningún fin específico.
Polarización social
Cada vez queda más claro que el interés de López Obrador, es polarizar a la sociedad mexicana. Si el asalto de la Tribuna del Congreso de la Unión tenía como propósito evitar una reforma apresurada e inequitativa, ya lograron que ésta se debata amplia y profundamente. ¿Cuál, entonces, es la intención de mantener el golpe de estado técnico? ¿Le está, López Obrador, apostando a la desestabilización social para impedir que su adversario electoral pueda gobernar? ¿Está el excandidato perdedor conciente que con su actitud solo interfiere en el avance de la Nación? Del desaguisado con Carlos Navarrete se desprende una gran verdad: quien manda en el FAP, quien lo dirige y manipula se llama Andrés Manuel López Obrador, lo cual es un serio riesgo para la vida parlamentaria del país, puesto que la propuesta de Navarrete es precisamente, utilizar la vía parlamentaria para defender el petróleo (en el supuesto que ésa fuera la razón de fondo del desgarriate ése) y la de López, la muy cuestionable movilización social que por cierto, es mero ardid, pues la decisión última, la definitiva, la toma Andrés Manuel, como ha quedado demostrado en la revelación de El Universal.
El desenlace del golpe de estado técnico asestado por una minoría de títeres lopezobradoristas, sin duda tendrá sus propias repercusiones. Hacia dónde quiera que vayan, tomen la ruta que prefieran y acepten las condiciones políticas que sean, el gran perdedor es el PRD, cuya dirigencia actual está partida en dos, lo que ya es signo de muerte por negligencia política. Si Andrés Manuel ordenó la toma de la Tribuna para esconder el cochinero a donde llevó a su partido, fracasó por partida doble. Primero, porque con esa acción se ganó el repudio generalizado de la gran mayoría de mexicanos (lo de las “adelitas” es una extravagancia ridícula) y segundo, porque terminó de hundir a un partido que no se ha caracterizado por su buena conducta.
Al movimiento en cuestión, se le terminaron las opciones; cualquier acto que derive de su circunstancia actual, puede ser el arma con que pongan fin a su precaria existencia como ente público. Su encajonamiento, sin embargo, podría tener una salvación: refundar al PRD, sin López Obrador y sin sus “adelitas” que en el fondo, son el grupo de choque con que se pretende poner al país de cuclillas.
Tarjetero
*** Hablando del cochinero del PRD, muchos son los que se preguntan cómo es que si a nivel nacional se desecharon los resultados de la elección interna en Chiapas, aquí se admitió sin más, el supuesto triunfo del que contendió para la dirigencia estatal. Nadie dijo nada, nadie sacó la cara, a pesar de la claridad del asunto. Es decir, si los votos para la dirigencia nacional fueron fraudulentos, también los habrán sido los de la estatal. ¿O qué, los perredistas locales sólo se embadurnaron de légamo al momento de votar por la dirigencia nacional y se vistieron de santos cuando lo hicieron por la local? La lógica es demoledora: si hubo un fallo contra la nacional, debió haberlo para la estatal. El hecho de haberle entregado la “constancia” de mayoría al cuestionado “ganador”, sin embargo, no garantiza el triunfo de éste. Y no debería ser, porque de un cochinero solo sale pudrición. *** Que no quedarán impunes los delitos cometidos por la dictadura salazarista contra los periodistas. Es halagüeño el anuncio pues entonces, se sufrió desde persecuciones hasta secuestros y despojos. Y ahora que lo recuerdo, se padeció también la complicidad de la CNDH. Pues a tomarle la palabra a Octavio Orellana y ojalá que cuando se presenten querellas contra Pablo Salazar y Mariano Herrán ante la PGR, no se hagan mochos. Porque aquello no debe quedar en la impunidad. No, de nuestra parte. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
La ruptura entre López Obrador
y Carlos navarrete, ¿es el fin del
FAP y elsecuestro de la Tribuna?
Ambiciones, soberbia, intolerancia, majaderías, son las bases de un movimiento que, según revela El Universal en la edición electrónica de ayer, se resquebrajó la noche anterior, durante una reunión entre Andrés Manuel López Obrador, Carlos Navarrete, Javier González Garza, Ricardo Cantú, Alberto Anaya, Alejandro González, Alejandro Chanona y Dante Delgado. Navarrete, partidario de la negociación, exigía a López Obrador una fecha precisa para proponer el debate parlamentario. “Mañana les digo”, era la respuesta automáticadel fracasado excandidato presidencial. No se salió del guión; el “mañana les digo”, exasperó a todos pero la mayoría acató la terquedad de éste, salvo Navarrete que retó abiertamente a López Obrador: “Yo sí creo en la vía parlamentaria; no creo que el debate sea una pérdida de tiempo, no creo que podamos transformar al país así. Debatamos”.
Como chamaquitos en transe de noviazgo, Navarrete y López Obrador, “debatían” ante la mirada impaciente del resto de asistentes que, como en todo el movimiento, no han sido más que títeres con cargo de comparsas. Sin argumentos sólidos, el tabasqueño, reviró sin ninguna convicción: “Es que esto, para mí, es una vacilada, no sé si me explico. Lo importante es que ganamos en tiempo, pero lo ganamos no por la negociación, lo ganamos porque tomamos la tribuna, no sé si me explico”. No, no se explicó y aunque hubiera tratado, no se le habría entendido ni pizca. Antes que explotara la bomba que terminó con lo que ya se avizora como un rompimiento en las filas del Frente Amplio Progresista (FAP), López Obrador dio muestras de su desinterés por el tema energético que dice defender: “Si mañana me dicen, en la noche: fíjate que tus propuestas no transitaron, entonces yo ya les dije, saben qué, no hay acuerdo o sí hay acuerdo. Y si me dicen: fíjate que sí salieron, hay acuerdo, vamos adelante”. Incomprensible. Al final, todos salieron enojados, bravucones. Ni las explicaciones ni las calificaciones de “mero incidente” el encontronazo entre Navarrete y López Obrador, libran al movimiento de una ruptura inminente que podría dejar solo al excandidato en una lucha que no tiene ningún fin específico.
Polarización social
Cada vez queda más claro que el interés de López Obrador, es polarizar a la sociedad mexicana. Si el asalto de la Tribuna del Congreso de la Unión tenía como propósito evitar una reforma apresurada e inequitativa, ya lograron que ésta se debata amplia y profundamente. ¿Cuál, entonces, es la intención de mantener el golpe de estado técnico? ¿Le está, López Obrador, apostando a la desestabilización social para impedir que su adversario electoral pueda gobernar? ¿Está el excandidato perdedor conciente que con su actitud solo interfiere en el avance de la Nación? Del desaguisado con Carlos Navarrete se desprende una gran verdad: quien manda en el FAP, quien lo dirige y manipula se llama Andrés Manuel López Obrador, lo cual es un serio riesgo para la vida parlamentaria del país, puesto que la propuesta de Navarrete es precisamente, utilizar la vía parlamentaria para defender el petróleo (en el supuesto que ésa fuera la razón de fondo del desgarriate ése) y la de López, la muy cuestionable movilización social que por cierto, es mero ardid, pues la decisión última, la definitiva, la toma Andrés Manuel, como ha quedado demostrado en la revelación de El Universal.
El desenlace del golpe de estado técnico asestado por una minoría de títeres lopezobradoristas, sin duda tendrá sus propias repercusiones. Hacia dónde quiera que vayan, tomen la ruta que prefieran y acepten las condiciones políticas que sean, el gran perdedor es el PRD, cuya dirigencia actual está partida en dos, lo que ya es signo de muerte por negligencia política. Si Andrés Manuel ordenó la toma de la Tribuna para esconder el cochinero a donde llevó a su partido, fracasó por partida doble. Primero, porque con esa acción se ganó el repudio generalizado de la gran mayoría de mexicanos (lo de las “adelitas” es una extravagancia ridícula) y segundo, porque terminó de hundir a un partido que no se ha caracterizado por su buena conducta.
Al movimiento en cuestión, se le terminaron las opciones; cualquier acto que derive de su circunstancia actual, puede ser el arma con que pongan fin a su precaria existencia como ente público. Su encajonamiento, sin embargo, podría tener una salvación: refundar al PRD, sin López Obrador y sin sus “adelitas” que en el fondo, son el grupo de choque con que se pretende poner al país de cuclillas.
Tarjetero
*** Hablando del cochinero del PRD, muchos son los que se preguntan cómo es que si a nivel nacional se desecharon los resultados de la elección interna en Chiapas, aquí se admitió sin más, el supuesto triunfo del que contendió para la dirigencia estatal. Nadie dijo nada, nadie sacó la cara, a pesar de la claridad del asunto. Es decir, si los votos para la dirigencia nacional fueron fraudulentos, también los habrán sido los de la estatal. ¿O qué, los perredistas locales sólo se embadurnaron de légamo al momento de votar por la dirigencia nacional y se vistieron de santos cuando lo hicieron por la local? La lógica es demoledora: si hubo un fallo contra la nacional, debió haberlo para la estatal. El hecho de haberle entregado la “constancia” de mayoría al cuestionado “ganador”, sin embargo, no garantiza el triunfo de éste. Y no debería ser, porque de un cochinero solo sale pudrición. *** Que no quedarán impunes los delitos cometidos por la dictadura salazarista contra los periodistas. Es halagüeño el anuncio pues entonces, se sufrió desde persecuciones hasta secuestros y despojos. Y ahora que lo recuerdo, se padeció también la complicidad de la CNDH. Pues a tomarle la palabra a Octavio Orellana y ojalá que cuando se presenten querellas contra Pablo Salazar y Mariano Herrán ante la PGR, no se hagan mochos. Porque aquello no debe quedar en la impunidad. No, de nuestra parte. *** Luego nos leemos.
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