Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
El palacio municipal de San Cristóbal
de las Casas,convertido en guarida
de salvajes y represores.
Entre Rolando Villafuerte y Mariano Díaz Ochoa, hay muy pocas cosas que no han compartido en la política coleta; desde que uno abrió el paso al otro, el primero se regodea lo mismo que el segundo; ¡vaya!, como telenovela de basurero de ésas que lanza Televisa para entretener a los incautos, así es la negra historia de dos familias que se han convertido en los caciques de San Cristóbal de las Casas y pretenden repartirse el botín de un erario desfalleciente y cada vez más notoriamente debilitado ante el constante saqueo del que es objeto por parte de quienes creen que jamás serán investigados por ello.
Entre muchas otras cosas que los dos personajes han compartido, es al comandante del grupo de seguridad que han ostentado, quien en sus francachelas, abre de más la boca y hace revelaciones que, por su naturaleza y por la probabilidad que trastoquen la vida absolutamente íntima del exalcalde Villafuerte y el alcalde Díaz Ochoa, no reproducimos aquí, precisamente porque, en política, cada quién hace de sus miserias lo que en buena gana le viene. Y además, no seremos nosotros quienes develemos lo indecible cuando en todo San Cristóbal se conocen las razones de fondo por las que el actual edil se niega a tomar cartas en el asunto.
Pues bien: Miguel Ángel Aguilar Velásquez, torvo jefe policíaco de San Cristóbal de las Casas, con un historial espantoso en materia de violaciones a los derechos humanos y bajo sospecha por varios actos criminales cometidos durante la administración de su antiguo jefe Villafuerte, es el principal sindicado en la ilegal detención de Fabián Robles Zepeda, hijo del reconocido periodista coleto, Hugo Isaac Robles Guillén. Acostumbrado a salirse con la suya gracias a la comprensible fragilidad y doblez de carácter que muestra el propio alcalde cuando le tiene enfrente, Aguilar Velásquez no ha tenido empacho en mandar a detener al hijo del prestigiado periodista, bajo un argumento deleznable, rapaz y por demás, ridículo. Fabián, lo han dicho sus amigos, estaba en la entrada de un centro de diversiones a la espera de unos amigos. Hasta ahí llegó un comando de finos y atentos policías a pedirle que dejase de molestar a los turistas. ¿Cuáles? Alrededor de Fabián y sus amigos, no había más que otros muchachos de su edad, coletos todos, dispuestos a divertirse, como cualquier muchacho de su edad lo hace hoy en día.
Y así se lo llevaron. Ya en la cárcel, las burlas, típicas de los cobardes que solo sienten el peso de los pantalones cuando llevan una pistola al cinto, no se hicieron esperar y desde luego, los amariconados mensajes del alcalde para Hugo Isaac, empezaron a fluir de la boca de sus, para Díaz Ochoa, bien dotados guardaespaldas.
Mensaje desoído
Para nadie es secreto que el fracasado edil coleto, tiene sus tirrias personales con los periodistas que no le han sido dóciles en sus puercas intenciones de robarse "Los Humedales" para beneficio de su millonaria familia, gracias a sus gestiones como servidor público. Nadie en San Cristóbal se cree la intentona de Mariano de negar que él haya estado detrás del vergonzante acto de intimidación en contra de Robles Guillén. Esa es, y no otra, la razón de fondo por la que se mandó detener al hijo de un periodista connotado, reconocido.
Para Mariano y el hombrerío detrás de él (me refiero a sus guardaespaldas, nadie recurra al cochambre de la mente que tiene sus propias perversidades) no existe la ley que ampara el ejercicio del periodismo ni parece existir una que castiga a quienes, sin justificación alguna, lesionan las libertades del periodista. Hay una Fiscalía especializada y hay leyes secundarias que amparan el libre ejercicio de la prensa. En ese sentido, no podemos ser subjetivos ni andar con medias tintas. La actitud de Mariano y sus compinches, es a todas luces, una cadena de delitos graves. Primero está el de "privación ilegal de la libertad" en su modalidad de secuestro. Luego, abuso de autoridad. Tercero, amenazas. Cuarto, asociación delictuosa y quinto, utilización de vehículos oficiales para la comisión de un delito. Y habrá muchos más.
De tal forma que los elementos para proceder en contra de esa pandilla de pícaros, son de sobra y esperemos que las autoridades competentes no los dejen pasar así por así. Mariano debe entender que hay leyes en Chiapas y que no por ser alcalde de una ciudad, se va a salir con las suyas. NO se le puede permitir a un delincuente que siga, además, gobernando. ¿Qué no es delincuente? Por supuesto que sí. Hay un decreto respecto a Los Humedales y Mariano lo ha violado flagrantemente; hay una serie de delitos cometidos en contra del hijo del periodistas Hugo Isaac y Mariano no se puede hacer a un lado, puesto que su responsabilidad, es ahí, verdaderamente enorme. NO nos queda que mantener la exigencia de justicia en el caso de Fabián Robles Zepeda. No podemos dejar que quede así.
Tarjetero
*** Increíble, pero cierto. Omar Flores Penagos, cómplice de uno de los hermanos de Pablo Salazar en el fraude contra trabajadores de la UNACH (aquel que no deja de ser escándalo cada vez que se habla de ello) pese a las denuncias en su contra, no deja de pasar a cobrar, rigurosamente, cada quincena, los 21 mil pesos que el mataniños de Comitán, Ángel René Estrada Arévalo, ha autorizado que le paguen, lo cual confirma la sospecha que tanto Omar como los hermanos de Pablo Salazar, siguen mangoneando a la destartalada UNACH y lo peor, que la pandilla se sigue recreando con dinero del pueblo. Si no, pregunten en Personal Administrativo, donde otro miembro de la pandilla, un tal Rolando Ríos, es quien pasa a Flores Penagos, su sobrecito. No hay vergüenza. *** René Canales, es un personaje al que deberían investigar en el Ministerio de Justicia, pues era quien manejaba lo de "bienes asegurados" en los tiempos de Mariano y su Fiscalía y es quien puso a nombre de Pablo, sus hermanos y Mariano, muchas de las propiedades que "confiscaron". Él sabe quien se quedó con qué cosas. Y es que hasta chuchos dicen que "aseguraron". Así que Canales, cercano de Mariano, sabe todo ese asuntillo. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
El palacio municipal de San Cristóbal
de las Casas,convertido en guarida
de salvajes y represores.
Entre Rolando Villafuerte y Mariano Díaz Ochoa, hay muy pocas cosas que no han compartido en la política coleta; desde que uno abrió el paso al otro, el primero se regodea lo mismo que el segundo; ¡vaya!, como telenovela de basurero de ésas que lanza Televisa para entretener a los incautos, así es la negra historia de dos familias que se han convertido en los caciques de San Cristóbal de las Casas y pretenden repartirse el botín de un erario desfalleciente y cada vez más notoriamente debilitado ante el constante saqueo del que es objeto por parte de quienes creen que jamás serán investigados por ello.
Entre muchas otras cosas que los dos personajes han compartido, es al comandante del grupo de seguridad que han ostentado, quien en sus francachelas, abre de más la boca y hace revelaciones que, por su naturaleza y por la probabilidad que trastoquen la vida absolutamente íntima del exalcalde Villafuerte y el alcalde Díaz Ochoa, no reproducimos aquí, precisamente porque, en política, cada quién hace de sus miserias lo que en buena gana le viene. Y además, no seremos nosotros quienes develemos lo indecible cuando en todo San Cristóbal se conocen las razones de fondo por las que el actual edil se niega a tomar cartas en el asunto.
Pues bien: Miguel Ángel Aguilar Velásquez, torvo jefe policíaco de San Cristóbal de las Casas, con un historial espantoso en materia de violaciones a los derechos humanos y bajo sospecha por varios actos criminales cometidos durante la administración de su antiguo jefe Villafuerte, es el principal sindicado en la ilegal detención de Fabián Robles Zepeda, hijo del reconocido periodista coleto, Hugo Isaac Robles Guillén. Acostumbrado a salirse con la suya gracias a la comprensible fragilidad y doblez de carácter que muestra el propio alcalde cuando le tiene enfrente, Aguilar Velásquez no ha tenido empacho en mandar a detener al hijo del prestigiado periodista, bajo un argumento deleznable, rapaz y por demás, ridículo. Fabián, lo han dicho sus amigos, estaba en la entrada de un centro de diversiones a la espera de unos amigos. Hasta ahí llegó un comando de finos y atentos policías a pedirle que dejase de molestar a los turistas. ¿Cuáles? Alrededor de Fabián y sus amigos, no había más que otros muchachos de su edad, coletos todos, dispuestos a divertirse, como cualquier muchacho de su edad lo hace hoy en día.
Y así se lo llevaron. Ya en la cárcel, las burlas, típicas de los cobardes que solo sienten el peso de los pantalones cuando llevan una pistola al cinto, no se hicieron esperar y desde luego, los amariconados mensajes del alcalde para Hugo Isaac, empezaron a fluir de la boca de sus, para Díaz Ochoa, bien dotados guardaespaldas.
Mensaje desoído
Para nadie es secreto que el fracasado edil coleto, tiene sus tirrias personales con los periodistas que no le han sido dóciles en sus puercas intenciones de robarse "Los Humedales" para beneficio de su millonaria familia, gracias a sus gestiones como servidor público. Nadie en San Cristóbal se cree la intentona de Mariano de negar que él haya estado detrás del vergonzante acto de intimidación en contra de Robles Guillén. Esa es, y no otra, la razón de fondo por la que se mandó detener al hijo de un periodista connotado, reconocido.
Para Mariano y el hombrerío detrás de él (me refiero a sus guardaespaldas, nadie recurra al cochambre de la mente que tiene sus propias perversidades) no existe la ley que ampara el ejercicio del periodismo ni parece existir una que castiga a quienes, sin justificación alguna, lesionan las libertades del periodista. Hay una Fiscalía especializada y hay leyes secundarias que amparan el libre ejercicio de la prensa. En ese sentido, no podemos ser subjetivos ni andar con medias tintas. La actitud de Mariano y sus compinches, es a todas luces, una cadena de delitos graves. Primero está el de "privación ilegal de la libertad" en su modalidad de secuestro. Luego, abuso de autoridad. Tercero, amenazas. Cuarto, asociación delictuosa y quinto, utilización de vehículos oficiales para la comisión de un delito. Y habrá muchos más.
De tal forma que los elementos para proceder en contra de esa pandilla de pícaros, son de sobra y esperemos que las autoridades competentes no los dejen pasar así por así. Mariano debe entender que hay leyes en Chiapas y que no por ser alcalde de una ciudad, se va a salir con las suyas. NO se le puede permitir a un delincuente que siga, además, gobernando. ¿Qué no es delincuente? Por supuesto que sí. Hay un decreto respecto a Los Humedales y Mariano lo ha violado flagrantemente; hay una serie de delitos cometidos en contra del hijo del periodistas Hugo Isaac y Mariano no se puede hacer a un lado, puesto que su responsabilidad, es ahí, verdaderamente enorme. NO nos queda que mantener la exigencia de justicia en el caso de Fabián Robles Zepeda. No podemos dejar que quede así.
Tarjetero
*** Increíble, pero cierto. Omar Flores Penagos, cómplice de uno de los hermanos de Pablo Salazar en el fraude contra trabajadores de la UNACH (aquel que no deja de ser escándalo cada vez que se habla de ello) pese a las denuncias en su contra, no deja de pasar a cobrar, rigurosamente, cada quincena, los 21 mil pesos que el mataniños de Comitán, Ángel René Estrada Arévalo, ha autorizado que le paguen, lo cual confirma la sospecha que tanto Omar como los hermanos de Pablo Salazar, siguen mangoneando a la destartalada UNACH y lo peor, que la pandilla se sigue recreando con dinero del pueblo. Si no, pregunten en Personal Administrativo, donde otro miembro de la pandilla, un tal Rolando Ríos, es quien pasa a Flores Penagos, su sobrecito. No hay vergüenza. *** René Canales, es un personaje al que deberían investigar en el Ministerio de Justicia, pues era quien manejaba lo de "bienes asegurados" en los tiempos de Mariano y su Fiscalía y es quien puso a nombre de Pablo, sus hermanos y Mariano, muchas de las propiedades que "confiscaron". Él sabe quien se quedó con qué cosas. Y es que hasta chuchos dicen que "aseguraron". Así que Canales, cercano de Mariano, sabe todo ese asuntillo. *** Luego nos leemos.
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