Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
La anterior legislatura fue
el cómplice perfecto de un
dictador desalmado, como
lo fue Pablo Abner Salazar.
Lo dijimos siempre: la legislatura que recién terminó su periodo ha sido de las peores, si no la más ruin y vergonzante de todas. Si acaso, uno o dos diputados talvez se salven del justo reclamo de sus representados, para quienes en realidad, no sirvieron en nada y para nada. Como curiosidad de la pretendida “democracia” de la dictadura que encabezó el corrupto Pablo Abner Salazar, éstos llegaron atados de pies y manos cuando no, con una orden de aprehensión bajo el brazo o la debilidad “de machos” que fue la que finalmente resquebrajó toda posibilidad de un Poder Legislativo honorable, sensato, inteligente y digno.
En síntesis, el entreguismo, la sumisión absoluta y sin condiciones fue la cereza que adornó el pastel de la dictadura, cuyos grandes logros, desafortunadamente para el tirano que la dirigía, hubieron de ser enderezados a última hora, no como un acto de congruencia o compungimiento de los ahora exdiputados, sino como parte de la presión política y social que amenazaba con enviarlos al cadalso de la historia inmediata de Chiapas.
A más de la sumisión, la prepotente haraganería y la lamentable ignorancia de quienes compusieron esa legislatura, formaron parte del triste paso de éstos quienes, a falta de pantalones, convirtieron el Congreso del Estado en la sirvienta esclavizada del Poder Ejecutivo pasado, quien no solo violentó cualquier principio de convivencia entre los representantes del Estado, sino que vulneró la hombría de quienes en teoría, fueron electos por el pueblo a quien finalmente dieron la espalda. De tal manera que de aquellos 40 cobardes holgazanes, solo queda el mal recuerdo, un recuerdo que nos obliga a reflexionar sobre el trabajo de la Cámara de Diputados, pero también, sobre la conveniencia de la existencia de un cuerpo colegiado de esa naturaleza, en virtud que, en términos estrictamente sociales, solo han servido para estorbar el avance de la sociedad para privilegiar a un grupo de politiqueros deshonestos. Conviene, entonces, preguntarnos: ¿Vale la pena tener un Congreso de 40 hombres y mujeres sin escrúpulos? ¿Es menester mantener a 40 rufianes con dinero que bien puede servir para cosas verdaderamente interesantes para la ciudadanía?
Reto y compromiso
El análisis del mal trabajo de las dos últimas legislaturas, nos obliga a exigir de la nueva, un comportamiento civilizado, honrado, honesto, digno, respetable. Es probable que a las dos anteriores se les pueda otorgar cierto grado de disculpa dada su falta de pantalones para hacerse respetar frente a un dictadorzuelo que solo mostró valor frente a quienes vio miedo. Quizá hasta nos inviten a la compasión; pero de quienes han llegado, no se les podrá tolerar ni simulaciones, ni enredos, ni entreguismo, ni sumisión, puesto que, a juzgar por el historial de la mayoría de éstos, son gente con experiencia en el trabajo legislativo y que, al menos hasta hoy, gozan de algo de respeto entre la ciudadanía. Ello los compromete a trabajar como verdaderos hombres y mujeres libres e inteligentes y no como cobardes que huyan ante el primer tronido de dedos que más de alguno pudiera hacerles por ahí.
Los compromete a asistir puntualmente a las sesiones ordinarias y a cumplir con el reglamento interno de esa desaseada Cámara; por lo mismo, están obligados a limpiar el nombre del cuerpo colegiado y dignificarlo con actitudes prudentes que devuelvan a los ciudadanos la confianza en ellos. Sería desastroso que a las primeras sesiones viniera en estúpido ausentismo con que se caracterizo en los últimos seis años. No tienen pretexto. Y si recurrieran al de siempre (ir a sus distritos a “trabajar”) no les creeríamos ni papa, puesto que hasta hoy, no hay un solo diputado que regrese a cumplir sus promesas ante sus electores. La obligación que tienen, es grande.
Chiapas, en los seis años de dictadura, sufrió un retroceso inadmisible; decenas de leyes fueron mal hechas o hechas al vapor para favorecer los intereses mezquinos del exdictador y la pandilla que lo acompañó en esa aventura barata. Urge, entonces, recomponer lo que el perverso exdictador torció. Y de paso, exigir al “gran hacedor de leyes” que tuvo Pablo a su lado, devuelva las enormes cantidades de dinero que cobró por esas leyes sin sustento jurídico y moral. Sería lo menos que harían para dar a la gente de Chiapas, una pizca de justicia.
No cumplir con lo que la ley les exige como legisladores, será traicionar a los chiapanecos y habrá de exigírseles cuentas claras. Los chiapanecos merecen respeto de parte de sus representantes populares. No les queda de otra. No, porque ya la gente está cansada de holgazanes que solo llegan a cobrar sus dietas cada quincena; no, porque ya es tiempo que los políticos, sean honestos. Estaremos pendientes.
Tarjetero
*** La falta de respeto que los seguidores de López Obrador han estado mostrando ante todo tipo de instancias, ya debe ser frenado de tajo. Aunque en el fondo debemos interpretar las acciones violentas de los perredistas contra la curia católica como la total pérdida de control del excandidato presidencial sobre sus pandillas, no podemos dejar pasar por alto que en México, hay leyes y éstas se deben aplicar con rigurosidad. La anarquía que promueve López Obrador, no le beneficia ni a él mismo y por tanto, si tiene madera de “líder”, debe poner orden entre sus huestes. Ojalá. *** Hablando de desorden, en la mini-dependencia que dirige Froylán Esquinca Cano, hay un desbarajuste tal que el funcionario en cuestión ha tenido qué ser reconvenido mediante un oficio para que explique el desorden que tiene en sus manos. Obra en nuestro poder, copia de oficio mediante el cual, exigen a Esquinca Cano, explicaciones contundentes a su mal proceder. *** Usted debe tener cuidado con sus hijos menores de edad; resulta que la Policía Municipal, por órdenes de quién sabe quién, está levantando a los menores que encuentran en las calles. Ojo, no estamos ante un toque de queda ni estado de sitio. Es un capricho que alguien debe explicar. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
La anterior legislatura fue
el cómplice perfecto de un
dictador desalmado, como
lo fue Pablo Abner Salazar.
Lo dijimos siempre: la legislatura que recién terminó su periodo ha sido de las peores, si no la más ruin y vergonzante de todas. Si acaso, uno o dos diputados talvez se salven del justo reclamo de sus representados, para quienes en realidad, no sirvieron en nada y para nada. Como curiosidad de la pretendida “democracia” de la dictadura que encabezó el corrupto Pablo Abner Salazar, éstos llegaron atados de pies y manos cuando no, con una orden de aprehensión bajo el brazo o la debilidad “de machos” que fue la que finalmente resquebrajó toda posibilidad de un Poder Legislativo honorable, sensato, inteligente y digno.En síntesis, el entreguismo, la sumisión absoluta y sin condiciones fue la cereza que adornó el pastel de la dictadura, cuyos grandes logros, desafortunadamente para el tirano que la dirigía, hubieron de ser enderezados a última hora, no como un acto de congruencia o compungimiento de los ahora exdiputados, sino como parte de la presión política y social que amenazaba con enviarlos al cadalso de la historia inmediata de Chiapas.
A más de la sumisión, la prepotente haraganería y la lamentable ignorancia de quienes compusieron esa legislatura, formaron parte del triste paso de éstos quienes, a falta de pantalones, convirtieron el Congreso del Estado en la sirvienta esclavizada del Poder Ejecutivo pasado, quien no solo violentó cualquier principio de convivencia entre los representantes del Estado, sino que vulneró la hombría de quienes en teoría, fueron electos por el pueblo a quien finalmente dieron la espalda. De tal manera que de aquellos 40 cobardes holgazanes, solo queda el mal recuerdo, un recuerdo que nos obliga a reflexionar sobre el trabajo de la Cámara de Diputados, pero también, sobre la conveniencia de la existencia de un cuerpo colegiado de esa naturaleza, en virtud que, en términos estrictamente sociales, solo han servido para estorbar el avance de la sociedad para privilegiar a un grupo de politiqueros deshonestos. Conviene, entonces, preguntarnos: ¿Vale la pena tener un Congreso de 40 hombres y mujeres sin escrúpulos? ¿Es menester mantener a 40 rufianes con dinero que bien puede servir para cosas verdaderamente interesantes para la ciudadanía?
Reto y compromiso
El análisis del mal trabajo de las dos últimas legislaturas, nos obliga a exigir de la nueva, un comportamiento civilizado, honrado, honesto, digno, respetable. Es probable que a las dos anteriores se les pueda otorgar cierto grado de disculpa dada su falta de pantalones para hacerse respetar frente a un dictadorzuelo que solo mostró valor frente a quienes vio miedo. Quizá hasta nos inviten a la compasión; pero de quienes han llegado, no se les podrá tolerar ni simulaciones, ni enredos, ni entreguismo, ni sumisión, puesto que, a juzgar por el historial de la mayoría de éstos, son gente con experiencia en el trabajo legislativo y que, al menos hasta hoy, gozan de algo de respeto entre la ciudadanía. Ello los compromete a trabajar como verdaderos hombres y mujeres libres e inteligentes y no como cobardes que huyan ante el primer tronido de dedos que más de alguno pudiera hacerles por ahí.
Los compromete a asistir puntualmente a las sesiones ordinarias y a cumplir con el reglamento interno de esa desaseada Cámara; por lo mismo, están obligados a limpiar el nombre del cuerpo colegiado y dignificarlo con actitudes prudentes que devuelvan a los ciudadanos la confianza en ellos. Sería desastroso que a las primeras sesiones viniera en estúpido ausentismo con que se caracterizo en los últimos seis años. No tienen pretexto. Y si recurrieran al de siempre (ir a sus distritos a “trabajar”) no les creeríamos ni papa, puesto que hasta hoy, no hay un solo diputado que regrese a cumplir sus promesas ante sus electores. La obligación que tienen, es grande.
Chiapas, en los seis años de dictadura, sufrió un retroceso inadmisible; decenas de leyes fueron mal hechas o hechas al vapor para favorecer los intereses mezquinos del exdictador y la pandilla que lo acompañó en esa aventura barata. Urge, entonces, recomponer lo que el perverso exdictador torció. Y de paso, exigir al “gran hacedor de leyes” que tuvo Pablo a su lado, devuelva las enormes cantidades de dinero que cobró por esas leyes sin sustento jurídico y moral. Sería lo menos que harían para dar a la gente de Chiapas, una pizca de justicia.
No cumplir con lo que la ley les exige como legisladores, será traicionar a los chiapanecos y habrá de exigírseles cuentas claras. Los chiapanecos merecen respeto de parte de sus representantes populares. No les queda de otra. No, porque ya la gente está cansada de holgazanes que solo llegan a cobrar sus dietas cada quincena; no, porque ya es tiempo que los políticos, sean honestos. Estaremos pendientes.
Tarjetero
*** La falta de respeto que los seguidores de López Obrador han estado mostrando ante todo tipo de instancias, ya debe ser frenado de tajo. Aunque en el fondo debemos interpretar las acciones violentas de los perredistas contra la curia católica como la total pérdida de control del excandidato presidencial sobre sus pandillas, no podemos dejar pasar por alto que en México, hay leyes y éstas se deben aplicar con rigurosidad. La anarquía que promueve López Obrador, no le beneficia ni a él mismo y por tanto, si tiene madera de “líder”, debe poner orden entre sus huestes. Ojalá. *** Hablando de desorden, en la mini-dependencia que dirige Froylán Esquinca Cano, hay un desbarajuste tal que el funcionario en cuestión ha tenido qué ser reconvenido mediante un oficio para que explique el desorden que tiene en sus manos. Obra en nuestro poder, copia de oficio mediante el cual, exigen a Esquinca Cano, explicaciones contundentes a su mal proceder. *** Usted debe tener cuidado con sus hijos menores de edad; resulta que la Policía Municipal, por órdenes de quién sabe quién, está levantando a los menores que encuentran en las calles. Ojo, no estamos ante un toque de queda ni estado de sitio. Es un capricho que alguien debe explicar. *** Luego nos leemos.
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