Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
El oportunismo del fracasado
excandidato perredista, ha
colmado la buena fe de los
mexicanos.
Lastimosamente, el ala radical del PRD no ha podido entender las necesidades surgidas de la desgracia en Chiapas y Tabasco tras el temporal que afectó al país en las últimas semanas. No fue siquiera a dejar un kilo de arroz a sus paisanos en desgracia pero sí, acudió presuroso a las autoridades judiciales para demandar a quienes, según él, son los responsables directos de la crisis por efectos naturales. Se trata de Andrés Manuel López Obrador, fracasado excandidato de ese partido quien, presuroso, acudió a la PGR para “demandar” penalmente a expresidentes y autoridades actuales por lo ocurrido. La actitud de López Obrador no deja de ser absurda, ridícula y estúpida.
No dudamos que haya algo –o mucho– pero tampoco dudamos que ante la fuerza de la naturaleza, casi nada se puede hacer. El excesivo protagonismo del señor en cuestión, indigna; no tanto por su hambre de reflectores, sino por la carencia de escrúpulos que muestra para medrar con la desgracia de sus propios paisanos.
Es desafortunada su intervención en la crisis; no ayuda en nada y sí, oscurece y desalienta cualquier acto de solidaridad que la sociedad pueda ofrecer a los damnificados. Ha sido el ala radical del PRD la que ha desoído el llamado de los mexicanos en el sentido de no politizar los lamentables acontecimientos, lo cual nos da una clara idea de lo que éstos pretenden: obstaculizar la buena fe de la ciudadanía y obtener con sus actitudes, enjutos beneficios que a las víctimas solo les complican su proceso de recuperación. Lejos de acudir con ayuda humanitaria y de hacer presencia entre sus coterráneos para superar la mengua moral, acuden presurosos a los tribunales como si con ello tuvieran la mejor oportunidad para recuperar la credibilidad y confianza perdidas durante la azarosa campaña electoral mediante la cual, López Obrador no salió favorecido.
Imposible creer en un hombre acostumbrado al oportunismo para fortalecer su precaria imagen política. Difícil creer que, en medio del dolor de su propia gente, éste no tenga más propuesta que el escándalo mediático para mitigar su propia necesidad de protagonismo estúpido. Lo que los tabasqueños y chiapanecos requieren urgentemente, son medicinas, comida, cobijo; no demandas ni escándalos que solo dan mediana fuerza a un menguado politiquero. Las víctimas del desastre no van a recuperar su esperanza con un pedazo de papel donde se inscriba tal demanda; tampoco llenarán sus estómagos con el brusco palabrerío de un político que fue rechazado en las urnas.
Errores caros
Andrés Manuel López Obrador, parece no tener capacidad para aprender las lecciones más simples del argot político. Su “cállate chachalaca” y su inasistencia a uno de los debates clave durante la contienda electoral, fueron errores crasos que lo llevaron a la derrota. Luego vino su declaratoria de “Presidente Legítimo” y solo unos cuantos se atrevieron a seguirle la corriente. Y ahora, una demanda imprudente que refleja claramente su apetencia al escándalo y el medro de sus propios paisanos. Un nuevo error que lo aleja de la sensatez y la cordura y que lo pone al borde del autodestierro político, toda vez que, con o sin razón, el momento no es para cometer ridiculeces, sino para dar todo el respaldo moral y asistencia a la gente afectada.
No dudamos que haya en el fondo, razones humanas que facilitaron el desborde de la presa de “Las Peñitas”; tampoco dudamos que pudo haberse evitado, en parte, la desgracia. Pero debemos también insistir en la fuerza de la naturaleza que, según los expertos, dejó caer más agua que la normal durante esos días. Pero de ahí a politizar con fines perversos los efectos de las lluvias, nos parece desagradable y desde luego, es una estratagema inútil que, como quiera que sea, no ayuda ni siquiera al propio López Obrador, menos, mucho menos, a los damnificados. Porque si el excandidato presidencial pretendió subir su bonos ante los mexicanos, falló, toda vez que la inmensa mayoría de éstos, reprueba su desfachatez y su oportunismo y espera de él, un momento de reflexión para que evite convertirse en el único y gran saqueador de esa desgracia.
Porque visto desde un punto de vista objetivo, es perverso colgarse del dolor humano para obtener prebendas políticas. Todo debemos rechazar que lo ocurrido en Chiapas y Tabasco, se convierta en botín de guerra para unos cuantos y aún más, que algunos, como el cuestionado personaje, utilicen esa circunstancia para chantajear y presionar a las autoridades, quienes por su parte, están obligadas a responder con eficacia las demandas y necesidades de las víctimas. Porque en eso debemos ser contundentes: El Gobierno Federal, por lo menos en lo que respecta a Chiapas, se ha visto blandengue y con poca disposición para cooperar con el Gobierno del Estado y por supuesto, con las familias afectadas. La exigencia es, entonces, que nada quede sin ser atendido. Pero no, de ninguna manera, que se caiga en el juego de algunos politiqueros deshonestos que han visto en la desgracia de otros, el mejor punto para sembrar sus ambiciones. Ojalá y veamos más sabiduría. En todo caso, si hay responsables de esa tragedia, todos somos culpables. ¿Alguien sabía de la existencia de “Juan del Grijalva antes de que se derrumbara el cerro que sepultó a toda la comunidad? Nadie. Nuestro olvido, es responsable. Y López Obrador ahí, no queda exento, como no queda libre de culpa al apoyar invasiones de reservas naturales que han sido arrasadas provocando erosiones espantosas que ahora influyen en los caprichos de la naturaleza. Quien esté libre de culpa, que lance la primera pedrada.
Tarjetero
*** La orden fue precisa: Destituir y procurar el arraigo de un exfuncionario de la extinta Fiscalía, acusado de varios delitos entre éstos, el de abuso de autoridad. Le fue dada a Del Pino, antes del cambio de titular del recién estrenado Ministerio de Justicia, por, curiosamente, el mismo que más tarde tomaría el cargo como titular. Pero nada ocurrió y el personaje que debió ser cesado, sigue ahí, con un nuevo cargo. ¿Se habrán burlado del quien dio la orden? *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@gmail.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
El oportunismo del fracasado
excandidato perredista, ha
colmado la buena fe de los
mexicanos.
Lastimosamente, el ala radical del PRD no ha podido entender las necesidades surgidas de la desgracia en Chiapas y Tabasco tras el temporal que afectó al país en las últimas semanas. No fue siquiera a dejar un kilo de arroz a sus paisanos en desgracia pero sí, acudió presuroso a las autoridades judiciales para demandar a quienes, según él, son los responsables directos de la crisis por efectos naturales. Se trata de Andrés Manuel López Obrador, fracasado excandidato de ese partido quien, presuroso, acudió a la PGR para “demandar” penalmente a expresidentes y autoridades actuales por lo ocurrido. La actitud de López Obrador no deja de ser absurda, ridícula y estúpida.
No dudamos que haya algo –o mucho– pero tampoco dudamos que ante la fuerza de la naturaleza, casi nada se puede hacer. El excesivo protagonismo del señor en cuestión, indigna; no tanto por su hambre de reflectores, sino por la carencia de escrúpulos que muestra para medrar con la desgracia de sus propios paisanos.
Es desafortunada su intervención en la crisis; no ayuda en nada y sí, oscurece y desalienta cualquier acto de solidaridad que la sociedad pueda ofrecer a los damnificados. Ha sido el ala radical del PRD la que ha desoído el llamado de los mexicanos en el sentido de no politizar los lamentables acontecimientos, lo cual nos da una clara idea de lo que éstos pretenden: obstaculizar la buena fe de la ciudadanía y obtener con sus actitudes, enjutos beneficios que a las víctimas solo les complican su proceso de recuperación. Lejos de acudir con ayuda humanitaria y de hacer presencia entre sus coterráneos para superar la mengua moral, acuden presurosos a los tribunales como si con ello tuvieran la mejor oportunidad para recuperar la credibilidad y confianza perdidas durante la azarosa campaña electoral mediante la cual, López Obrador no salió favorecido.
Imposible creer en un hombre acostumbrado al oportunismo para fortalecer su precaria imagen política. Difícil creer que, en medio del dolor de su propia gente, éste no tenga más propuesta que el escándalo mediático para mitigar su propia necesidad de protagonismo estúpido. Lo que los tabasqueños y chiapanecos requieren urgentemente, son medicinas, comida, cobijo; no demandas ni escándalos que solo dan mediana fuerza a un menguado politiquero. Las víctimas del desastre no van a recuperar su esperanza con un pedazo de papel donde se inscriba tal demanda; tampoco llenarán sus estómagos con el brusco palabrerío de un político que fue rechazado en las urnas.
Errores caros
Andrés Manuel López Obrador, parece no tener capacidad para aprender las lecciones más simples del argot político. Su “cállate chachalaca” y su inasistencia a uno de los debates clave durante la contienda electoral, fueron errores crasos que lo llevaron a la derrota. Luego vino su declaratoria de “Presidente Legítimo” y solo unos cuantos se atrevieron a seguirle la corriente. Y ahora, una demanda imprudente que refleja claramente su apetencia al escándalo y el medro de sus propios paisanos. Un nuevo error que lo aleja de la sensatez y la cordura y que lo pone al borde del autodestierro político, toda vez que, con o sin razón, el momento no es para cometer ridiculeces, sino para dar todo el respaldo moral y asistencia a la gente afectada.
No dudamos que haya en el fondo, razones humanas que facilitaron el desborde de la presa de “Las Peñitas”; tampoco dudamos que pudo haberse evitado, en parte, la desgracia. Pero debemos también insistir en la fuerza de la naturaleza que, según los expertos, dejó caer más agua que la normal durante esos días. Pero de ahí a politizar con fines perversos los efectos de las lluvias, nos parece desagradable y desde luego, es una estratagema inútil que, como quiera que sea, no ayuda ni siquiera al propio López Obrador, menos, mucho menos, a los damnificados. Porque si el excandidato presidencial pretendió subir su bonos ante los mexicanos, falló, toda vez que la inmensa mayoría de éstos, reprueba su desfachatez y su oportunismo y espera de él, un momento de reflexión para que evite convertirse en el único y gran saqueador de esa desgracia.
Porque visto desde un punto de vista objetivo, es perverso colgarse del dolor humano para obtener prebendas políticas. Todo debemos rechazar que lo ocurrido en Chiapas y Tabasco, se convierta en botín de guerra para unos cuantos y aún más, que algunos, como el cuestionado personaje, utilicen esa circunstancia para chantajear y presionar a las autoridades, quienes por su parte, están obligadas a responder con eficacia las demandas y necesidades de las víctimas. Porque en eso debemos ser contundentes: El Gobierno Federal, por lo menos en lo que respecta a Chiapas, se ha visto blandengue y con poca disposición para cooperar con el Gobierno del Estado y por supuesto, con las familias afectadas. La exigencia es, entonces, que nada quede sin ser atendido. Pero no, de ninguna manera, que se caiga en el juego de algunos politiqueros deshonestos que han visto en la desgracia de otros, el mejor punto para sembrar sus ambiciones. Ojalá y veamos más sabiduría. En todo caso, si hay responsables de esa tragedia, todos somos culpables. ¿Alguien sabía de la existencia de “Juan del Grijalva antes de que se derrumbara el cerro que sepultó a toda la comunidad? Nadie. Nuestro olvido, es responsable. Y López Obrador ahí, no queda exento, como no queda libre de culpa al apoyar invasiones de reservas naturales que han sido arrasadas provocando erosiones espantosas que ahora influyen en los caprichos de la naturaleza. Quien esté libre de culpa, que lance la primera pedrada.
Tarjetero
*** La orden fue precisa: Destituir y procurar el arraigo de un exfuncionario de la extinta Fiscalía, acusado de varios delitos entre éstos, el de abuso de autoridad. Le fue dada a Del Pino, antes del cambio de titular del recién estrenado Ministerio de Justicia, por, curiosamente, el mismo que más tarde tomaría el cargo como titular. Pero nada ocurrió y el personaje que debió ser cesado, sigue ahí, con un nuevo cargo. ¿Se habrán burlado del quien dio la orden? *** Luego nos leemos.
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