Fichero Político
AngelMario Ksheratto
Palabras, solo palabras, el ofrecimiento
del secretario de Salud en el sentido
de garantizar trato humano a pacientes.
El hombre, es uno de los mejores médicos del país; su trayectoria profesional y académica es impresionante. Su presencia en Chiapas como uno de los miembros más importantes del gabinete, ha sido aplaudida por todos… Sus discursos sobre el tema que le incumbe, son meritorios, pero los lamentables hechos lo rebasan, lo muestran como un hombre sin control, sin determinación y con poca capacidad para humanizar el sistema de salud que cada día sufre consecuencias graves, incluso, pérdidas humanas.
A su llegada a la Secretaría de Salud, el afamado doctor Javier Castellanos Coutiño, levantó la esperanza de que por fin habría humanitarismo en los centros asistenciales. Él mismo elevó discursos y creo programas que parecían estar encaminados a mejorar las condiciones en los Hospitales. Pero no, sencillamente todo sigue igual en materia de salud.
El calvario que sufren los pacientes y aún más, los derechohabientes de los nosocomios, es cada vez más notorio y demoledor. En las últimas horas, dos casos de gravedad han sido reportados sin que el doctor Castellanos se hubiese inmutado. El primero, la negligencia de un médico en la zona norte, quien en lugar de una sencilla cirugía para cerrar las trompas de Falopio, le rebanó todo el estómago, argumentando exceso de peso en la paciente. Ese mismo día, en el hospital regional, una mujer hubo de dar a luz en las puertas del nosocomio ante la negativa de médicos y personal de seguridad de dejarla ingresar para aliviarse en una cama. En los dos casos, brilló la famosa política de asistencia humanitaria y trato comprometido con las necesidades de la gente. En los dos casos, los discursos han sido solo palabras y más palabras que no deberían caber dentro del esquema de un nuevo gobierno que ha llegado con el compromiso de tratar a todos los ciudadanos con calidad y respeto.
Extraña que en esos casos, el doctor Castellanos, famoso por su don de gentes y calidad profesional, haya guardado silencio y lo peor, no haya, hasta ayer, actuado en contra de los médicos acusados de negligencia y en el caso del Regional, contra la empresa de seguridad que sirvió de dique para que una mujer fuera atendida con la dignidad que se merecía. Ello lo podemos interpretar como una falta de capacidad y ausencia de una política firme en materia de salud y asistencia.
Hospitales, paso de la muerte
No es la primera vez que ocurren tragedias en los nosocomios chiapanecos. Tampoco es el primer caso de negligencia. El mal trato de médicos y enfermeras a los pacientes es cada vez más notorio. Hace unos meses, hube de quedarme a acompañar a mi hija en el Hospital del ISSTECH y durante la noche, pude observar que el personal de asistencia médica, abandona a los enfermos para irse a dormir. Un par de enfermeras “de turno” son las que atienden emergencias y como es de esperarse, al no tener conocimientos de medicina, proceden de forma equivocada con los pacientes. Por ejemplo, a una anciana que llegó con trauma por una caída dentro de su casa, la enfermera, sin consultar al médico, le aplicó una sustancia, alcancé a escuchar, basada en heroína. Al rato, la pobre mujer empezó a gritar y a pedir auxilio, asegurando que un monstruo la estaba persiguiendo. Una irresponsabilidad del tamaño del mundo. Y para el colmo, la guardia de seguridad (una mujer con una carita de amargura y prepotencia que daba miedo) sacó a empellones a la hija de la paciente, arguyendo que no tenía permiso para cuidar a su señora madre. De hecho a mi también me sacó del pabellón donde prevalecía mi hija y no fue hasta que monté en cólera y amenacé con demandar a la institución por negligencia y abuso, que me dejaron permanecer al lado de la paciente.
Ahí había niños, ancianos y mujeres embarazadas, sin ningún familiar que velase por su seguridad ahí dentro. Una mujer quería ir al baño y nadie la pudo llevar. Las enfermeras, viendo televisión, platicando, comiendo, tomando café y nada. La pobre se tuvo qué orinar en la cama; recibió una terrible gritada por parte de una de las enfermeras.
Esa es la calidad de atención; Ahí urge que el doctor Castellanos se apresure a tomar medidas contundentes, claras y ejemplares para que los pacientes sean tratados como seres humanos y no como animales. No tengo la menor idea cuáles son los términos del contrato con la empresa de seguridad privada que trabaja en los hospitales, pero ahí, debe haber una revisión del contrato y otras condiciones, pues la verdad, el personal ése, es prepotente, absurdo y abusivo. En el mismo Seguro Social hemos visto cómo los guardias de seguridad son torpes para realizar su trabajo. Una cosa es que los manden a cuidar que no se roben a los niños (que es un tema pendiente porque por ahí se sabe de varios robos de infantes que no han salido a la luz pública) y otra que obstruyan la vida y salud de los pacientes. De tal manera que es el doctor Castellanos quien tiene la última palabra. Y que no solo sean palabras, sino hechos. Eso es lo que cuenta. Lo demás, viene guango.
La disyuntiva del PRD
No hay, en realidad, mucho de qué hablar sobre los resolutivos del principal partido de izquierda de México. Desde antes de llegar a las discusiones internas, optimizaron aguzados discursos que si bien no parecen contradictorios, la interpretación es que mantendrán el tradicional pragmatismo que en algunos casos, al interior ha sido tomado como la licencia para transar con el gobierno en turno. En otras palabras, lo que han puesto en el mercado de la izquierda, es lo mismo de siempre: tribus sedientas de poder que más tardarán en ponerse de acuerdo que en volver por el viejo camino de la violencia y las componendas.
Si no, esperemos el día del informe de Calderón Hinojosa para redescubrir que la falacia de los discursos, rebasó la expectativa de una izquierda respetuosa, profesional, inteligente. Y volverá el caudillismo de Andrés López Obrador, quien entre otras le entró al concurso de discursos en el que se desmarca de él mismo, acartona al PRD y disiente de su propia ambición. Mientras, los retos y compromisos, quedarán como la gran panacea, como el sueño guajiro del que solo saldrán cuando la pesadilla interna los persiga. Otro cuento chino.
Tarjetero
*** Que el Congreso organizado por las Fiscalía, es todo un fracaso. ¿Por qué será? *** La violencia mientras tanto, gana terreno. Eso significa que no hay mucho de dónde sostener al encargado de procurar justicia. *** Hoy, seguramente, vuelve a perder el Jaguares. Como que el Bofo, resultó ser un bofo más hueco que el palo de alcornoque. *** Jaime Valls presentó su decálogo de promesas de campaña. Suena interesante, pero habrá qué ver si cumple. Porque el chiste no es prometer; el fin del chiste es cuando se cumple o incumple. *** Se lanzó la convocatoria para un Premio Internacional de periodismo que habrá de entregarse en Chiapas en Octubre próximo. Bien por Sergio Marín que encabeza ese nuevo esfuerzo por consolidar a los periodistas locales. *** Adolfo Zamora Cruz, a juzgar por sus actos de campaña, empieza a dar muestras de solidez como candidato a la alcaldía de Tapachula. En breve le tendré en este espacio, una entrevista con él. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@yahoo.com
ksheratto@hotmail.com
AngelMario Ksheratto
Palabras, solo palabras, el ofrecimiento
del secretario de Salud en el sentido
de garantizar trato humano a pacientes.

A su llegada a la Secretaría de Salud, el afamado doctor Javier Castellanos Coutiño, levantó la esperanza de que por fin habría humanitarismo en los centros asistenciales. Él mismo elevó discursos y creo programas que parecían estar encaminados a mejorar las condiciones en los Hospitales. Pero no, sencillamente todo sigue igual en materia de salud.
El calvario que sufren los pacientes y aún más, los derechohabientes de los nosocomios, es cada vez más notorio y demoledor. En las últimas horas, dos casos de gravedad han sido reportados sin que el doctor Castellanos se hubiese inmutado. El primero, la negligencia de un médico en la zona norte, quien en lugar de una sencilla cirugía para cerrar las trompas de Falopio, le rebanó todo el estómago, argumentando exceso de peso en la paciente. Ese mismo día, en el hospital regional, una mujer hubo de dar a luz en las puertas del nosocomio ante la negativa de médicos y personal de seguridad de dejarla ingresar para aliviarse en una cama. En los dos casos, brilló la famosa política de asistencia humanitaria y trato comprometido con las necesidades de la gente. En los dos casos, los discursos han sido solo palabras y más palabras que no deberían caber dentro del esquema de un nuevo gobierno que ha llegado con el compromiso de tratar a todos los ciudadanos con calidad y respeto.
Extraña que en esos casos, el doctor Castellanos, famoso por su don de gentes y calidad profesional, haya guardado silencio y lo peor, no haya, hasta ayer, actuado en contra de los médicos acusados de negligencia y en el caso del Regional, contra la empresa de seguridad que sirvió de dique para que una mujer fuera atendida con la dignidad que se merecía. Ello lo podemos interpretar como una falta de capacidad y ausencia de una política firme en materia de salud y asistencia.
Hospitales, paso de la muerte
No es la primera vez que ocurren tragedias en los nosocomios chiapanecos. Tampoco es el primer caso de negligencia. El mal trato de médicos y enfermeras a los pacientes es cada vez más notorio. Hace unos meses, hube de quedarme a acompañar a mi hija en el Hospital del ISSTECH y durante la noche, pude observar que el personal de asistencia médica, abandona a los enfermos para irse a dormir. Un par de enfermeras “de turno” son las que atienden emergencias y como es de esperarse, al no tener conocimientos de medicina, proceden de forma equivocada con los pacientes. Por ejemplo, a una anciana que llegó con trauma por una caída dentro de su casa, la enfermera, sin consultar al médico, le aplicó una sustancia, alcancé a escuchar, basada en heroína. Al rato, la pobre mujer empezó a gritar y a pedir auxilio, asegurando que un monstruo la estaba persiguiendo. Una irresponsabilidad del tamaño del mundo. Y para el colmo, la guardia de seguridad (una mujer con una carita de amargura y prepotencia que daba miedo) sacó a empellones a la hija de la paciente, arguyendo que no tenía permiso para cuidar a su señora madre. De hecho a mi también me sacó del pabellón donde prevalecía mi hija y no fue hasta que monté en cólera y amenacé con demandar a la institución por negligencia y abuso, que me dejaron permanecer al lado de la paciente.
Ahí había niños, ancianos y mujeres embarazadas, sin ningún familiar que velase por su seguridad ahí dentro. Una mujer quería ir al baño y nadie la pudo llevar. Las enfermeras, viendo televisión, platicando, comiendo, tomando café y nada. La pobre se tuvo qué orinar en la cama; recibió una terrible gritada por parte de una de las enfermeras.
Esa es la calidad de atención; Ahí urge que el doctor Castellanos se apresure a tomar medidas contundentes, claras y ejemplares para que los pacientes sean tratados como seres humanos y no como animales. No tengo la menor idea cuáles son los términos del contrato con la empresa de seguridad privada que trabaja en los hospitales, pero ahí, debe haber una revisión del contrato y otras condiciones, pues la verdad, el personal ése, es prepotente, absurdo y abusivo. En el mismo Seguro Social hemos visto cómo los guardias de seguridad son torpes para realizar su trabajo. Una cosa es que los manden a cuidar que no se roben a los niños (que es un tema pendiente porque por ahí se sabe de varios robos de infantes que no han salido a la luz pública) y otra que obstruyan la vida y salud de los pacientes. De tal manera que es el doctor Castellanos quien tiene la última palabra. Y que no solo sean palabras, sino hechos. Eso es lo que cuenta. Lo demás, viene guango.
La disyuntiva del PRD
No hay, en realidad, mucho de qué hablar sobre los resolutivos del principal partido de izquierda de México. Desde antes de llegar a las discusiones internas, optimizaron aguzados discursos que si bien no parecen contradictorios, la interpretación es que mantendrán el tradicional pragmatismo que en algunos casos, al interior ha sido tomado como la licencia para transar con el gobierno en turno. En otras palabras, lo que han puesto en el mercado de la izquierda, es lo mismo de siempre: tribus sedientas de poder que más tardarán en ponerse de acuerdo que en volver por el viejo camino de la violencia y las componendas.
Si no, esperemos el día del informe de Calderón Hinojosa para redescubrir que la falacia de los discursos, rebasó la expectativa de una izquierda respetuosa, profesional, inteligente. Y volverá el caudillismo de Andrés López Obrador, quien entre otras le entró al concurso de discursos en el que se desmarca de él mismo, acartona al PRD y disiente de su propia ambición. Mientras, los retos y compromisos, quedarán como la gran panacea, como el sueño guajiro del que solo saldrán cuando la pesadilla interna los persiga. Otro cuento chino.
Tarjetero
*** Que el Congreso organizado por las Fiscalía, es todo un fracaso. ¿Por qué será? *** La violencia mientras tanto, gana terreno. Eso significa que no hay mucho de dónde sostener al encargado de procurar justicia. *** Hoy, seguramente, vuelve a perder el Jaguares. Como que el Bofo, resultó ser un bofo más hueco que el palo de alcornoque. *** Jaime Valls presentó su decálogo de promesas de campaña. Suena interesante, pero habrá qué ver si cumple. Porque el chiste no es prometer; el fin del chiste es cuando se cumple o incumple. *** Se lanzó la convocatoria para un Premio Internacional de periodismo que habrá de entregarse en Chiapas en Octubre próximo. Bien por Sergio Marín que encabeza ese nuevo esfuerzo por consolidar a los periodistas locales. *** Adolfo Zamora Cruz, a juzgar por sus actos de campaña, empieza a dar muestras de solidez como candidato a la alcaldía de Tapachula. En breve le tendré en este espacio, una entrevista con él. *** Luego nos leemos.
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