Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Como funcionario, exige a las
demás escuelas particulares
ilegales, cumplan con los
requisitos de ley.
Cuando escuchamos a Gilberto de los Santos, subsecretario de Educación maldecir a los centros educativos que no reúnen las condiciones para impartir materias diversas, se nos erizó la piel; “por fin –pensamos henchidos de orgullo– llega un funcionario recto, honrado, capaz, íntegro”. Hasta se antojó exigir la derogación de la ley que no permite que a los personajes vivos, no se les levante monumentos ni se inserte su nombre en la nomenclatura de las ciudades.
Aunque aquí, existe un boulevard con el nombre del tirano Pablo Salazar en abierta violación a dicha ley, creímos oportuno omitir esa denuncia para no afectar al maestro ¿de inglés? De los Santos. Hasta hubo quien sugirió olvidar sus ligas con la corrupta dictadura para permitirle vivir en santa paz.
Su oposición a la existencia de universidades patito, nos alentó a volver a creer en los funcionarios de un sistema gubernamental con lastres incómodos. Un hombre de esas cualidades y con esos alcances, dijimos en el fuero interno, vale la pena elogiarlo, apapacharlo, cantarle loas. Hasta pensamos en honrarle públicamente mediante bandos específicos e interminables jaranas nocturnas. Pero ¡Oh, sorpresa!
Gilberto de los Santos, el exterminador de escuelas “patito” resultó ser el socio mayoritario del “Centro Universitario de Pijijiapan”, cuya clave 07PSUDO81G, está en serios aprietos en virtud, dicen algunos conocedores del tema, que no se tiene la certeza de su legalidad. Buen comienzo para recordar que en el sexenio pasado, hasta el acta de nacimiento del exdictador resultó falsa, como su cartilla militar y el título universitario, como quedó plenamente demostrado. No dudaríamos, pues, que la clave del centro “universitario” propiedad del subsecretario de Educación, sea igualmente falsa. Claro, ahí no para la cosa.
Gilberto de los Santos ha explicado públicamente cuáles deben ser los requisitos para que una universidad particular pueda obtener el permiso correspondiente y desde luego, la clave para poder ser reconocida oficialmente. Entre éstos, que todo centro de estudios superiores debe contar con infraestructura propia; es decir, contar con un edificio propio, pupitres, sillas, pizarrones y desde luego, tener maestros de reconocida trayectoria y solvencia moral. Debe tener, toda universidad privada, instalaciones deportivas, áreas de recreo, atención de emergencias, bibliotecas, talleres, laboratorios, en fin. Es lo que el mismo funcionario público ha impuesto como condición a esos centros educativos.
Universidad del préstamo
Pero resulta que en su propia “universidad”, de los Santos no cuenta con ninguna de las exigencias que impone a los demás. Veamos: El “Centro Universitario de Pijijiapan”, está ubicado en una casa particular sobre la 13 calle poniente, número 22, entre tercera y cuarta norte del Barrio “Las Flores” por la cual, pagan cierta cantidad por concepto de renta. O sea, no tiene instalaciones propias. Desde luego que por tratarse de una casa habitación, no cuenta con instalaciones deportivas, ni biblioteca y mucho menos, talleres y laboratorios. Ni mencionar las áreas recreativas, ni mucho menos, salidas de emergencia. Primer gran falla del héroe de la educación superior.
Las aulas de la “universidad” de Gilberto de los Santos, están como para ponerse a llorar eternamente. Las sillas son prestadas a una escuela secundaria, aunque hay quienes aseguran que, dada la posición dentro del organigrama de la Secretaría de Educación, obliga a los directivos de esa escuela a proporcionarle hasta las tizas, so pena de castigos severos. En otras palabras, la universidad privada de un funcionario, en realidad, sobrevive de lo que pertenece a una escuela pública. Desvergonzado el señor subsecretario.
Pero hay lago mucho más grave: muchos padres de familia tienen la sospecha que sus hijos son rechazados deliberadamente en las universidades públicas para que, orillados por la necesidad, inscriban a sus hijos en la “universidad” del exdirigente perredista, lo cual, piden varios de éstos, se investigue a fondo, toda vez que afecta seriamente la economía de los tutores y lo que resulta peor, los alumnos reciben instrucción universitaria de pésima calidad, pues, la mayoría de los maestros de dicho centro dizque educativo, no cubren el perfil exigido para impartir cátedras. Grave. Gravísimo.
Ahora bien, ¿recuerda Usted cuando se impuso como ley que los egresados de las universidades privadas no puedan acceder a puestos públicos? Fue en los tiempos del tiranito Pablo Salazar y, ¡atinó! Uno de los promotores fue el entonces subsecretario de Educación Gilberto de los Santos. Que alguien nos explique entonces, cómo diablos es que un enemigo del empleo para los egresados de escuelas particulares, tenga una universidad particular y con todo cinismo, exija a otras lo que él es incapaz de cumplir como funcionario y como empresario. Lo que cabe entonces es la exigencia de una investigación a fondo de dicha universidad y, si se va a castigar a unas por su falta de cumplimiento con las exigencias oficiales, que se castigue a todas. Es lo menos que se puede hacer. Lo menos. Por lo demás, que Gilberto de los Santos, mediocre como siempre ha sido, que se trague su hipocresía y cinismo.
Tarjetero
*** Que no habrá impunidad para los alcaldes, ha sido la primer tronante declaración de Humberto Blanco Pedrero, recién ungido titular del Órgano de Fiscalización Superior. Le tomamos la palabra y le sugerimos que de entrada, investigue a todos los ayuntamientos durante el pabliato. Ahí están Enoch Hernández, Blas Zamora y muchos más que deben mucho y tienen la obligación de pagar. Lo demás, puro jarabe de pico. *** El arrepentimiento de Carlos Morales Vázquez, no nos sorprende, como tampoco nos sorprendería si en una de esas, uno que otro de sus familiares termina como regidor plurinominal. Ese es su nivel de negociaciones. El que se fortalece, sin duda, es Jaime Valls. *** Adam Karmón, novela del periodista Mario Luís Altúzar Suárez, fue presentada ayer en el Centro Cultural “Jaime Sabines”. Muy interesante. *** Luego nos leemos.
http://www.cuartopoder.com.mx
ksheratto@yahoo.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Como funcionario, exige a las
demás escuelas particulares
ilegales, cumplan con los
requisitos de ley.

Aunque aquí, existe un boulevard con el nombre del tirano Pablo Salazar en abierta violación a dicha ley, creímos oportuno omitir esa denuncia para no afectar al maestro ¿de inglés? De los Santos. Hasta hubo quien sugirió olvidar sus ligas con la corrupta dictadura para permitirle vivir en santa paz.
Su oposición a la existencia de universidades patito, nos alentó a volver a creer en los funcionarios de un sistema gubernamental con lastres incómodos. Un hombre de esas cualidades y con esos alcances, dijimos en el fuero interno, vale la pena elogiarlo, apapacharlo, cantarle loas. Hasta pensamos en honrarle públicamente mediante bandos específicos e interminables jaranas nocturnas. Pero ¡Oh, sorpresa!
Gilberto de los Santos, el exterminador de escuelas “patito” resultó ser el socio mayoritario del “Centro Universitario de Pijijiapan”, cuya clave 07PSUDO81G, está en serios aprietos en virtud, dicen algunos conocedores del tema, que no se tiene la certeza de su legalidad. Buen comienzo para recordar que en el sexenio pasado, hasta el acta de nacimiento del exdictador resultó falsa, como su cartilla militar y el título universitario, como quedó plenamente demostrado. No dudaríamos, pues, que la clave del centro “universitario” propiedad del subsecretario de Educación, sea igualmente falsa. Claro, ahí no para la cosa.
Gilberto de los Santos ha explicado públicamente cuáles deben ser los requisitos para que una universidad particular pueda obtener el permiso correspondiente y desde luego, la clave para poder ser reconocida oficialmente. Entre éstos, que todo centro de estudios superiores debe contar con infraestructura propia; es decir, contar con un edificio propio, pupitres, sillas, pizarrones y desde luego, tener maestros de reconocida trayectoria y solvencia moral. Debe tener, toda universidad privada, instalaciones deportivas, áreas de recreo, atención de emergencias, bibliotecas, talleres, laboratorios, en fin. Es lo que el mismo funcionario público ha impuesto como condición a esos centros educativos.
Universidad del préstamo
Pero resulta que en su propia “universidad”, de los Santos no cuenta con ninguna de las exigencias que impone a los demás. Veamos: El “Centro Universitario de Pijijiapan”, está ubicado en una casa particular sobre la 13 calle poniente, número 22, entre tercera y cuarta norte del Barrio “Las Flores” por la cual, pagan cierta cantidad por concepto de renta. O sea, no tiene instalaciones propias. Desde luego que por tratarse de una casa habitación, no cuenta con instalaciones deportivas, ni biblioteca y mucho menos, talleres y laboratorios. Ni mencionar las áreas recreativas, ni mucho menos, salidas de emergencia. Primer gran falla del héroe de la educación superior.
Las aulas de la “universidad” de Gilberto de los Santos, están como para ponerse a llorar eternamente. Las sillas son prestadas a una escuela secundaria, aunque hay quienes aseguran que, dada la posición dentro del organigrama de la Secretaría de Educación, obliga a los directivos de esa escuela a proporcionarle hasta las tizas, so pena de castigos severos. En otras palabras, la universidad privada de un funcionario, en realidad, sobrevive de lo que pertenece a una escuela pública. Desvergonzado el señor subsecretario.
Pero hay lago mucho más grave: muchos padres de familia tienen la sospecha que sus hijos son rechazados deliberadamente en las universidades públicas para que, orillados por la necesidad, inscriban a sus hijos en la “universidad” del exdirigente perredista, lo cual, piden varios de éstos, se investigue a fondo, toda vez que afecta seriamente la economía de los tutores y lo que resulta peor, los alumnos reciben instrucción universitaria de pésima calidad, pues, la mayoría de los maestros de dicho centro dizque educativo, no cubren el perfil exigido para impartir cátedras. Grave. Gravísimo.
Ahora bien, ¿recuerda Usted cuando se impuso como ley que los egresados de las universidades privadas no puedan acceder a puestos públicos? Fue en los tiempos del tiranito Pablo Salazar y, ¡atinó! Uno de los promotores fue el entonces subsecretario de Educación Gilberto de los Santos. Que alguien nos explique entonces, cómo diablos es que un enemigo del empleo para los egresados de escuelas particulares, tenga una universidad particular y con todo cinismo, exija a otras lo que él es incapaz de cumplir como funcionario y como empresario. Lo que cabe entonces es la exigencia de una investigación a fondo de dicha universidad y, si se va a castigar a unas por su falta de cumplimiento con las exigencias oficiales, que se castigue a todas. Es lo menos que se puede hacer. Lo menos. Por lo demás, que Gilberto de los Santos, mediocre como siempre ha sido, que se trague su hipocresía y cinismo.
Tarjetero
*** Que no habrá impunidad para los alcaldes, ha sido la primer tronante declaración de Humberto Blanco Pedrero, recién ungido titular del Órgano de Fiscalización Superior. Le tomamos la palabra y le sugerimos que de entrada, investigue a todos los ayuntamientos durante el pabliato. Ahí están Enoch Hernández, Blas Zamora y muchos más que deben mucho y tienen la obligación de pagar. Lo demás, puro jarabe de pico. *** El arrepentimiento de Carlos Morales Vázquez, no nos sorprende, como tampoco nos sorprendería si en una de esas, uno que otro de sus familiares termina como regidor plurinominal. Ese es su nivel de negociaciones. El que se fortalece, sin duda, es Jaime Valls. *** Adam Karmón, novela del periodista Mario Luís Altúzar Suárez, fue presentada ayer en el Centro Cultural “Jaime Sabines”. Muy interesante. *** Luego nos leemos.
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