Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Los doctores Marco Antonio Ordóñez
y Leticia Montoya Liévano, durante
la charla con Fichero Político.
Marco Antonio Ordóñez Juárez advierte desde antes de la conversación con Fichero Político que hablará con la verdad respecto a las denuncias publicadas ayer en torno a la muerte de varios niños en el Hospital de San Cristóbal de las Casas; confirma su intención la doctora Leticia Montoya Liévano, funcionaria del Instituto de Salud. Se les ve relajados. Afables. “Hay –admite el doctor Ordóñez, director del Hospital coleto– algo que se llama ‘infecciones nosocomiales’ por los factores asociados a la entrada de niños con bajo peso, madres desnutridas y que por sus condiciones, deben ser entubados debido a las complicaciones respiratorias lo que genera algunas infecciones; esto está dentro de los rangos permitidos, lo que quiere decir que en el caso del Hospital de San Cristóbal, es de un tres por ciento.
Sería una mentira decirle que es mentira, que no hay infecciones de esa naturaleza, pero las cifras que se han manejado, no corresponden a la realidad. En lo que va del año, hemos ingresado al área infantil, 210 niños de los cuáles, cuatro han muerto por efectos de alguna infección”.
Durante la conversación hicimos notar a los médicos que en la denuncia, el personal de ese centro hospitalario ha manifestado su preocupación por las amenazas de las que han sido objeto en caso de sacar a la luz pública el hecho que nos ocupa. Por otro lado, preguntamos si ya ha ido una Comisión del Instituto para verificar las versiones y no quedarnos con la versión de ellos que al final de cuentas, podría ser más que informativa, defensiva o con pretensiones de esconder la realidad. Ordóñez Juárez se apresuró a explicar:
“Hay un Comité de Vigilancia Epidemiológica sobre Infecciones, el cual trabaja las 24 horas del día en los hospitales, es muy independiente de nosotros y envían su información al Instituto todos los días; en ese caso, nosotros no podríamos mentir y decir que existen otras causas en algunos casos de muerte asociadas con factores diversos”, dice y admite que si bien muchos neonatos mueren por diversas causas, no significa que en ese hospital exista una epidemia bacterial.
Seriedad y responsabilidad oficiales
Ahora bien, nuestra insistencia en saber si ya fue una comisión del Instituto de Salud para verificar las denuncias de los trabajadores, se basa en la dolorosa experiencia de Comitán. A las denuncias de los familiares y los periodistas que cubrieron el asunto, vinieron juramentos oficiales en sentido contrario a la realidad y poco después explotó la verdad en la cara de los funcionarios. Porque hasta ahora, nos parece poco responsable de las autoridades de Salud que no tengan más informe que el de los directivos de ese hospital. Creemos firmemente que si hay responsabilidad genuina, debieron haber realizado una investigación a fondo antes de ofrecer una explicación que, con todo y la amabilidad de los doctores Ordóñez Juárez y Montoya Liévano, no puede ser tomada con objetividad en virtud de estar, en el caso del señor director hospitalario, directamente involucrado en las acusaciones de los trabajadores.
Ahí lo que esperamos, aparte de la generosa y amplia explicación de los galenos, es una investigación seria. Es por el bien de todos. Recordemos que en el caso Comitán, los médicos se asociaron con las autoridades de Salud (hoy, desafortunadamente el responsable directo ha sido premiado con la rectoría de la UNACH), negaron inicialmente los hechos y terminaron siendo los chivos expiatorios de un crimen de lesa humanidad, independientemente si tuvieron responsabilidad directa o solo fueron víctima de las pésimas condiciones de aquel hospital. Nos preocupa esa situación pues ayer mismo, la fuente que denunció el caso, ofreció los nombres de los fallecidos, direcciones de sus familias e incluso, mencionó la posibilidad de que algunos padres interpongan denuncias penales dentro de algunos días.
Francamente no creemos que sea culpa directa de los médicos del Hospital de San Cristóbal de las Casas; no tienen cara de cabrones. Perdón por el término, pero es la mejor forma de describirlos. Al menos esa es la impresión que nos han dejado. Habrá qué ver las condiciones físicas de dicho nosocomio y de ahí, deducir muchas cosas. Porque la explicación clínica que tanto el doctor Ordóñez Juárez la doctora Montoya Liévano nos han ofrecido de cómo y porque la bacteria Klebsiella se propaga, pudiera darnos mejores pistas sobre un asunto que, si no ha ocurrido como aseguran los médicos en mención, podría darse en cualquier momento. Por lo menos tenemos qué reconocer que las actuales autoridades de Salud, tienen interés en abrirse a los Medios de Comunicación y no ocultar los problemas. De hecho, el doctor Ordóñez aceptó una visita de éste columnista para recorrer el Hospital y conocer de cerca la situación. Ojalá no se arrepienta y a la hora se nos niegue el paso. Urge un informe profesional, serio, responsable del Instituto de Salud. Urge. Se trata de la vida de decenas de niños, del prestigio de su titular e incluso, del Gobierno en general. Ellos tienen la palabra. Esperamos sinceramente que no tengamos después, qué lamentarnos. De veras.
Tarjetero
*** “Si la información es una necesidad y un derecho, y se erige además en uno de los presupuestos de la democracia, la información no puede quedar al arbitrio de quienes no tengan bien clara la dimensión pública de su tarea. Por ello, un planteamiento elemental de la ética periodística hoy debe ocuparse de varias cuestiones básicas e insoslayables: entre ellas, el tributo profesional a la verdad informativa., el reconocimiento del protagonismo de los destinatarios de la comunicación social, con todas las consecuencias que origina, y la responsabilidad pública del periodista”: Justino Sinova. No es, desde luego, ningún mercenario y tiene razón. Para mayor abundancia de elementos éticos, será recomendable leer a Karl Kraus, Jean Francois Revel, Antonio Gala (muy duro, por cierto) Valle Inclán y Ortega y Gasset, por mencionar a algunos teóricos de la ética periodística. He ahí la fuente que hace falta para fundar correrías inútiles. *** Luego nos leemos.
http://ksheratto.blogspot.com
ksheratto@yahoo.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Los doctores Marco Antonio Ordóñez
y Leticia Montoya Liévano, durante
la charla con Fichero Político.
Sería una mentira decirle que es mentira, que no hay infecciones de esa naturaleza, pero las cifras que se han manejado, no corresponden a la realidad. En lo que va del año, hemos ingresado al área infantil, 210 niños de los cuáles, cuatro han muerto por efectos de alguna infección”.
Durante la conversación hicimos notar a los médicos que en la denuncia, el personal de ese centro hospitalario ha manifestado su preocupación por las amenazas de las que han sido objeto en caso de sacar a la luz pública el hecho que nos ocupa. Por otro lado, preguntamos si ya ha ido una Comisión del Instituto para verificar las versiones y no quedarnos con la versión de ellos que al final de cuentas, podría ser más que informativa, defensiva o con pretensiones de esconder la realidad. Ordóñez Juárez se apresuró a explicar:
“Hay un Comité de Vigilancia Epidemiológica sobre Infecciones, el cual trabaja las 24 horas del día en los hospitales, es muy independiente de nosotros y envían su información al Instituto todos los días; en ese caso, nosotros no podríamos mentir y decir que existen otras causas en algunos casos de muerte asociadas con factores diversos”, dice y admite que si bien muchos neonatos mueren por diversas causas, no significa que en ese hospital exista una epidemia bacterial.
Seriedad y responsabilidad oficiales
Ahora bien, nuestra insistencia en saber si ya fue una comisión del Instituto de Salud para verificar las denuncias de los trabajadores, se basa en la dolorosa experiencia de Comitán. A las denuncias de los familiares y los periodistas que cubrieron el asunto, vinieron juramentos oficiales en sentido contrario a la realidad y poco después explotó la verdad en la cara de los funcionarios. Porque hasta ahora, nos parece poco responsable de las autoridades de Salud que no tengan más informe que el de los directivos de ese hospital. Creemos firmemente que si hay responsabilidad genuina, debieron haber realizado una investigación a fondo antes de ofrecer una explicación que, con todo y la amabilidad de los doctores Ordóñez Juárez y Montoya Liévano, no puede ser tomada con objetividad en virtud de estar, en el caso del señor director hospitalario, directamente involucrado en las acusaciones de los trabajadores.
Ahí lo que esperamos, aparte de la generosa y amplia explicación de los galenos, es una investigación seria. Es por el bien de todos. Recordemos que en el caso Comitán, los médicos se asociaron con las autoridades de Salud (hoy, desafortunadamente el responsable directo ha sido premiado con la rectoría de la UNACH), negaron inicialmente los hechos y terminaron siendo los chivos expiatorios de un crimen de lesa humanidad, independientemente si tuvieron responsabilidad directa o solo fueron víctima de las pésimas condiciones de aquel hospital. Nos preocupa esa situación pues ayer mismo, la fuente que denunció el caso, ofreció los nombres de los fallecidos, direcciones de sus familias e incluso, mencionó la posibilidad de que algunos padres interpongan denuncias penales dentro de algunos días.
Francamente no creemos que sea culpa directa de los médicos del Hospital de San Cristóbal de las Casas; no tienen cara de cabrones. Perdón por el término, pero es la mejor forma de describirlos. Al menos esa es la impresión que nos han dejado. Habrá qué ver las condiciones físicas de dicho nosocomio y de ahí, deducir muchas cosas. Porque la explicación clínica que tanto el doctor Ordóñez Juárez la doctora Montoya Liévano nos han ofrecido de cómo y porque la bacteria Klebsiella se propaga, pudiera darnos mejores pistas sobre un asunto que, si no ha ocurrido como aseguran los médicos en mención, podría darse en cualquier momento. Por lo menos tenemos qué reconocer que las actuales autoridades de Salud, tienen interés en abrirse a los Medios de Comunicación y no ocultar los problemas. De hecho, el doctor Ordóñez aceptó una visita de éste columnista para recorrer el Hospital y conocer de cerca la situación. Ojalá no se arrepienta y a la hora se nos niegue el paso. Urge un informe profesional, serio, responsable del Instituto de Salud. Urge. Se trata de la vida de decenas de niños, del prestigio de su titular e incluso, del Gobierno en general. Ellos tienen la palabra. Esperamos sinceramente que no tengamos después, qué lamentarnos. De veras.
Tarjetero
*** “Si la información es una necesidad y un derecho, y se erige además en uno de los presupuestos de la democracia, la información no puede quedar al arbitrio de quienes no tengan bien clara la dimensión pública de su tarea. Por ello, un planteamiento elemental de la ética periodística hoy debe ocuparse de varias cuestiones básicas e insoslayables: entre ellas, el tributo profesional a la verdad informativa., el reconocimiento del protagonismo de los destinatarios de la comunicación social, con todas las consecuencias que origina, y la responsabilidad pública del periodista”: Justino Sinova. No es, desde luego, ningún mercenario y tiene razón. Para mayor abundancia de elementos éticos, será recomendable leer a Karl Kraus, Jean Francois Revel, Antonio Gala (muy duro, por cierto) Valle Inclán y Ortega y Gasset, por mencionar a algunos teóricos de la ética periodística. He ahí la fuente que hace falta para fundar correrías inútiles. *** Luego nos leemos.
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