Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
Los apresuramientos siempre son nocivos para la credibilidad de toda autoridad que intenta ganar el paso a la estrategia mediática de cualquier opositor; eso quedó demostrado cuando militantes del Ejército Popular Revolucionario hicieron explotar bombas en los ductos de PEMEX recientemente. Calderón mismo cayó a la fosa de los ingenuos y terminó haciendo un boquete a su administración, pese a que en términos estrictamente políticos, hizo lo correcto. Su error fue el apresuramiento. Pero si a la presteza le agregamos esa inútil manía de minimizar los sucesos, entonces no solo tenemos un error táctico sino también, una aberrante estrategia que, en el caso de Chiapas, su aporte va al fondo de la inexperiencia que no por ser cruda, deja de preocupar.
Sabido es que el EPR suele firmar su violencia con comunicados de aceptación, lo que ciertamente no ha ocurrido en el caso del atentado contra un edificio en construcción, pero tal parsimonia no puede tomarse a la ligera y caer en el error de culpar a simples “vándalos” de un acto que, por la metodología utilizada, no corresponde a una acción sencilla, si no a un acto premeditado y con claras intenciones de provocar un rompimiento con las estructuras de la sociedad y una crisis en las bases del gobierno.
Se dice comúnmente que si un animal tiene plumas, alas, pico semiplano, nada y camina como pato, es porque es un pato. Si hubo disparos con armas de alto poder, los agresores iban vestidos a la usanza de los grupos guerrilleros, amordazaron a los custodios, dispararon sus armas e hicieron pintas alusivas a los presos políticos y al EPR, pues entonces, ¡son eperristas! Lo son, hasta que las autoridades demuestren lo contrario y presenten a los “vándalos” que atentaron contra la paz de Chiapa de Corzo y evidentemente, de todo Chiapas. ¿Ah!, y que sean los autores reales, no inocentes, a juzgar por las apresuradas declaraciones de un delegadito de pacotilla que ser apresuró incluso, a señalar a los ejidatarios de la zona, según él, molestos por la construcción de la cárcel en ése lugar.
Eso es lo verdaderamente preocupante. Primero, por la inexperiencia de un funcionario (Sergio David Molina Gómez, delegado de gobierno) que de inmediato culpó a quién se le vino a la cabeza en el momento de abrir tamaña bocota y, segundo porque a raíz de la irresponsable “revelación” de dicho empleado, se inicie una cacería de brujas contra inocentes. Esos dos factores son de alto riesgo para la credibilidad de un gobierno joven que necesita más que todo, mantener su nivel de confianza en base a acciones que den certidumbre a los gobernados.
Violencia inaceptable
Independientemente de quiénes hayan sido los autores del atentado, tal acción merece el repudio general, puesto que en una democracia –enclenque todavía pero democracia al fin– las balas no cuentan. Podrán dar voz a quienes las disparan, pero no el voto de aprobación de una sociedad que recién salió de una dictadura atroz a la que por cierto, los presuntos “reivindicadores” de los presos políticos no dijeron nada durante ésos seis años de feroz persecución, crímenes, despojos, acoso y encarcelamientos. ¿Dónde estaban? Solo ellos lo saben. No faltará quien piense que en el sexenio pasado fueron cómplices absolutos y ahora, sospechosos de colaboracionismo con un grupo de bandidos que saquearon al estado y pretenden regresar. Quizá no falte razón a quienes así piensen.
Preocupa que, sean quienes fueren los agresores, incurran en actos que lesionan la armonía de los chiapanecos. No hay razón para llegar a las armas; deben recordar que desde que asumió el nuevo gobierno encabezado por Juan Sabines Guerrero, las condiciones de los presos cambiaron; muchos presos políticos salimos de la cárcel y muchos más están por salir. No se puede ocultar que el tiranito Salazar Mendiguchía logró imponer delitos graves a algunos y por ello la tardanza en su salida; pero van a salir. Hay voluntad. No vemos entonces, la razón para un acto de esa naturaleza.
Si fue el EPR –que en lo personal me parece lo más seguro dadas las circunstancias–, sus militantes deben informarse adecuadamente e ir a hacer su teatrito a donde corresponde; porque la verdad, resulta inaceptable que hasta ahora surjan con un discurso que debieron haber pronunciado el sexenio pasado. Si fue, como pretende hacer creer un funcionario de quinta categoría, las cosas podrían ser diferentes, pero no dejarían de ser graves pues en el fondo lo que tenemos es un alto grado de vulnerabilidad de las autoridades encargadas de brindar seguridad a los ciudadanos. Ya hubo un asalto directo a las oficinas del Secretario de Seguridad Pública y ahora, un acto indirecto que nos indica que en materia de seguridad, las cosas están muy mal. Y empiezan en casa, donde, según tenemos reportes ciertos, se abusa de las mujeres a quienes entre otras cosas, acosan sexualmente, amenazan con despedirlas y un sin fin de arbitrariedades que daremos a conocer apenas tengamos los datos precisos. Lo que urge es una investigación sobre los nexos de los asaltantes con las anteriores autoridades estatales. Ahí sí es creíble que no sea el EPR. Lo demás, es cuento chino, como dijera Felipe Calderón.
Tarjetero
*** Ayer se registró Jaime Valls como candidato de cuatro partidos a la alcaldía de Tuxtla. Sus colaboradores dicen que fue mucha gente a darle de besos. Qué bueno. *** EL sábado lo Hizo César Serrano, del PAN y también fue besuqueado hasta el hartazgo. *** En Tapachula quedó formalmente inscrito el contador Adolfo Zamora Cruz, mientras que su principal contrincante, Ezequiel Orduña, habrá de hacerlo en las próximas horas. *** ¿Se ha preguntado Usted, qué tanto saben los candidatos de la ciudad que pretenden gobernar? Mañana martes, Fichero Político pasará un test a los candidatos de Tuxtla Gutiérrez, cuyos resultados daremos a conocer en breve. César Serrano, Bayardo Robles y Jaime Valls, ya aceptaron el reto. *** Luego nos leemos.
http://www.columnasur.net
ksheratto@yahoo.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
Los apresuramientos siempre son nocivos para la credibilidad de toda autoridad que intenta ganar el paso a la estrategia mediática de cualquier opositor; eso quedó demostrado cuando militantes del Ejército Popular Revolucionario hicieron explotar bombas en los ductos de PEMEX recientemente. Calderón mismo cayó a la fosa de los ingenuos y terminó haciendo un boquete a su administración, pese a que en términos estrictamente políticos, hizo lo correcto. Su error fue el apresuramiento. Pero si a la presteza le agregamos esa inútil manía de minimizar los sucesos, entonces no solo tenemos un error táctico sino también, una aberrante estrategia que, en el caso de Chiapas, su aporte va al fondo de la inexperiencia que no por ser cruda, deja de preocupar.Sabido es que el EPR suele firmar su violencia con comunicados de aceptación, lo que ciertamente no ha ocurrido en el caso del atentado contra un edificio en construcción, pero tal parsimonia no puede tomarse a la ligera y caer en el error de culpar a simples “vándalos” de un acto que, por la metodología utilizada, no corresponde a una acción sencilla, si no a un acto premeditado y con claras intenciones de provocar un rompimiento con las estructuras de la sociedad y una crisis en las bases del gobierno.
Se dice comúnmente que si un animal tiene plumas, alas, pico semiplano, nada y camina como pato, es porque es un pato. Si hubo disparos con armas de alto poder, los agresores iban vestidos a la usanza de los grupos guerrilleros, amordazaron a los custodios, dispararon sus armas e hicieron pintas alusivas a los presos políticos y al EPR, pues entonces, ¡son eperristas! Lo son, hasta que las autoridades demuestren lo contrario y presenten a los “vándalos” que atentaron contra la paz de Chiapa de Corzo y evidentemente, de todo Chiapas. ¿Ah!, y que sean los autores reales, no inocentes, a juzgar por las apresuradas declaraciones de un delegadito de pacotilla que ser apresuró incluso, a señalar a los ejidatarios de la zona, según él, molestos por la construcción de la cárcel en ése lugar.
Eso es lo verdaderamente preocupante. Primero, por la inexperiencia de un funcionario (Sergio David Molina Gómez, delegado de gobierno) que de inmediato culpó a quién se le vino a la cabeza en el momento de abrir tamaña bocota y, segundo porque a raíz de la irresponsable “revelación” de dicho empleado, se inicie una cacería de brujas contra inocentes. Esos dos factores son de alto riesgo para la credibilidad de un gobierno joven que necesita más que todo, mantener su nivel de confianza en base a acciones que den certidumbre a los gobernados.
Violencia inaceptable
Independientemente de quiénes hayan sido los autores del atentado, tal acción merece el repudio general, puesto que en una democracia –enclenque todavía pero democracia al fin– las balas no cuentan. Podrán dar voz a quienes las disparan, pero no el voto de aprobación de una sociedad que recién salió de una dictadura atroz a la que por cierto, los presuntos “reivindicadores” de los presos políticos no dijeron nada durante ésos seis años de feroz persecución, crímenes, despojos, acoso y encarcelamientos. ¿Dónde estaban? Solo ellos lo saben. No faltará quien piense que en el sexenio pasado fueron cómplices absolutos y ahora, sospechosos de colaboracionismo con un grupo de bandidos que saquearon al estado y pretenden regresar. Quizá no falte razón a quienes así piensen.
Preocupa que, sean quienes fueren los agresores, incurran en actos que lesionan la armonía de los chiapanecos. No hay razón para llegar a las armas; deben recordar que desde que asumió el nuevo gobierno encabezado por Juan Sabines Guerrero, las condiciones de los presos cambiaron; muchos presos políticos salimos de la cárcel y muchos más están por salir. No se puede ocultar que el tiranito Salazar Mendiguchía logró imponer delitos graves a algunos y por ello la tardanza en su salida; pero van a salir. Hay voluntad. No vemos entonces, la razón para un acto de esa naturaleza.
Si fue el EPR –que en lo personal me parece lo más seguro dadas las circunstancias–, sus militantes deben informarse adecuadamente e ir a hacer su teatrito a donde corresponde; porque la verdad, resulta inaceptable que hasta ahora surjan con un discurso que debieron haber pronunciado el sexenio pasado. Si fue, como pretende hacer creer un funcionario de quinta categoría, las cosas podrían ser diferentes, pero no dejarían de ser graves pues en el fondo lo que tenemos es un alto grado de vulnerabilidad de las autoridades encargadas de brindar seguridad a los ciudadanos. Ya hubo un asalto directo a las oficinas del Secretario de Seguridad Pública y ahora, un acto indirecto que nos indica que en materia de seguridad, las cosas están muy mal. Y empiezan en casa, donde, según tenemos reportes ciertos, se abusa de las mujeres a quienes entre otras cosas, acosan sexualmente, amenazan con despedirlas y un sin fin de arbitrariedades que daremos a conocer apenas tengamos los datos precisos. Lo que urge es una investigación sobre los nexos de los asaltantes con las anteriores autoridades estatales. Ahí sí es creíble que no sea el EPR. Lo demás, es cuento chino, como dijera Felipe Calderón.
Tarjetero
*** Ayer se registró Jaime Valls como candidato de cuatro partidos a la alcaldía de Tuxtla. Sus colaboradores dicen que fue mucha gente a darle de besos. Qué bueno. *** EL sábado lo Hizo César Serrano, del PAN y también fue besuqueado hasta el hartazgo. *** En Tapachula quedó formalmente inscrito el contador Adolfo Zamora Cruz, mientras que su principal contrincante, Ezequiel Orduña, habrá de hacerlo en las próximas horas. *** ¿Se ha preguntado Usted, qué tanto saben los candidatos de la ciudad que pretenden gobernar? Mañana martes, Fichero Político pasará un test a los candidatos de Tuxtla Gutiérrez, cuyos resultados daremos a conocer en breve. César Serrano, Bayardo Robles y Jaime Valls, ya aceptaron el reto. *** Luego nos leemos.
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