Fichero Político
Angel Mario Ksheratto
No había de otra: la Universidad Autónoma de Chiapas tenía qué quedar como un muladar tras la maldición de haber tenido un rector de la talla de Jorge Ordóñez, hombrecillo de cerebro diminuto y peores calañas. La deuda de más de 150 millones de pesos reportada oficialmente, según fuentes fidedignas, sobrepasa esa cifra por mucho, lo cual abre la caja de Pandora sobre un tema que fue omitido por el anterior gobierno y que no debemos entender como simple apatía gubernamental, sino como abierta complicidad, cuando no, uso directo de las influencias para saquear la única base real de una casa de estudios que desde hace años, no ha podido superar sus quebrantos de toda índole. Anteriormente, si bien la UNACH enfrentaba crisis financieras, no había tocado fondo y menos que llegara a endeudarse de tal forma. Las explicaciones en torno al espantoso adeudo, no son ni por asomo, creíbles toda vez que ninguna institución de esa naturaleza y envergadura podría sobrevivir tanto tiempo con déficits de ese rango.
Ahí hay muchas cosas de fondo que tratan de ocultarse. Por ejemplo, el asunto de las becas que no han sido cubiertas adecuadamente, los salarios mochados de los maestros y muchísimos programas educativos que fueron cortados o que simplemente no fueron puestos en marcha, a pesar de la erogación de los recursos destinados para tal fin. Durante la estancia de Ordóñez en la dirección de la UNACH, fueron muchas las quejas de despilfarro, abusos y desvíos de recursos que jamás se investigaron. Se supo que para la adecuación de un campo de fútbol que no era ni urgente ni necesaria, se erogaron cantidades industriales de dinero y hoy día, ese lugar luce en condiciones pésimas. También fue notoria la inversión en arreglos superfluos de las oficinas de la Rectoría, por cuyos trabajos hay reportes escandalosos de inversión.
Todo esto llama a sospecha. No es posible que ahora, el títere pablista que quedó con el empleo de rector, de explicaciones inútiles y faltas de calidad moral. O es cómplice de su antecesor o sencillamente, le han dado atole con el dedo. Es inaceptable que diga que la UNACH por más de 30 años venga arrastrando un déficit de ese tamaño. Ninguna empresa o institución podría aguantar un peso de tal magnitud. Lo que debe hacerse es investigar al anterior rector y que éste devuelva lo que pudo haber tomado sin ser suyo. Basta con recordar cómo vivía y qué tenía Jorge Ordóñez antes de asumir la rectoría y cómo vive y qué tiene hoy. Así de fácil. Los chiapanecos no necesitan explicaciones torpes y absurdas a un problema que a simple vista se ve como un acto de corrupción que no puede ni debe quedar impune. Si René Estrada abrió la caja de Pandora, que lidie con el caos que desató y que no salga con ilusorio palabrerío que solo lo deja como uno más de los saqueadores universitarios.
Visitante non grato
Con bombo y platillo, el hijo putativo de la pasada dictadura ha anunciado la visita de su “homólogo” a Chiapas, el cómplice de Pablo Salazar en las terribles violaciones a los derechos humanos, el señor José Luís Soberanes. No es grata la visita al estado de un hombre que cayó en las redes de una tiranía irascible y calló las atrocidades que en nombre de la “esperanza” y la “democracia” cometió un gobernante cruel y despiadado en contra de miles de ciudadanos, muchos de los cuales siguen purgando penas en las cárceles de la entidad. Ha sido el colmo de todos los males que se abatieron sobre los chiapanecos, que el presidente de la CNDH –que por obligación moral debió asistir a quienes fueron vulnerados en sus derechos– privilegió sus intereses egoístas, frente al imperioso compromiso de defender los derechos fundamentales de una sociedad democrática, derrumbada en ese entonces por leyes draconianas e inhumanas. José Luís Soberanes cerró todo el tiempo sus ojos frente al abuso inaceptable y prefirió el silencio ominoso para no fractur
ar la pretendida amistad entre él y Salazar. Lo hemos dicho siempre; durante la Proclama de San Cristóbal, en un discurso ante decenas de periodistas de todos lados y los entonces candidatos al Gobierno de Chiapas lo dije y lo vuelvo a reiterar hoy, en la víspera de una visita indeseable: “Cientos de mujeres ultrajadas en su intimidad, y la CNDH, silenciosa; cientos de ejecuciones extrajudiciales en la Frontera Sur, y la CNDH, silenciosa; presos sobreviviendo en condiciones infrahumanas dentro de las cárceles, y la CNDH, silenciosa; miles de indígenas despojados, y la CNDH, silenciosa; leyes inmorales y perversas atacando los derechos humanos, y la CNDH, silenciosa; miles de indígenas marginados y empobrecidos por la ausencia de políticas adecuadas, y la CNDH, silenciosa; periodistas amordazados por una ley draconiana, y la CNDH, silenciosa; colegas muertos en circunstancias sospechosas, y la CNDH, silenciosa; miles de damnificados en el abandono oficial, y la CNDH, silenciosa”.
Nunca, durante la tiranía salazarista, la CNDH emitió una sola recomendación a pesar de las pruebas. Ahora viene su presidente a regodearse y a “firmar” acuerdos. ¡Por favor! Basta ver la estatura moral de su anfitrión para darnos cuenta que viene de paseo y a tomarse la foto. Tómese pues, como una declaratoria de visitante non grato.
Tarjetero
*** Dicen que el exgobernante chiapaneco viajó la tierra de Salvador Allende y el Pony Ruiz para promover las maquinitas esas de “gobierno express”. *** Joel Ortega debió morderse la boca cuando habló de la unidad de su partido, el PRD. ¿No es él, acaso, quien encabeza una de las bandas más poderosas dentro de ese instituto político? Se nota que la inmoralidad le brota hasta por los poros. *** La expulsión de dos prominentes alcaldes priístas de su partido, es un craso error. Son tiempos de unidad, no de expulsiones. Pero en fin, en el pecado habrán de llevar la penitencia. *** La profesora María Elena Torres Abarca, a pesar de los pesos y contrapesos, cumpliendo como puede en la subsecretaría de Educación. Eso habla bien de ella. *** Luego nos leemos.
www.columnasur.org/ksheratto.htm
ksheratto@yahoo.com
ksheratto@hotmail.com
Angel Mario Ksheratto
No había de otra: la Universidad Autónoma de Chiapas tenía qué quedar como un muladar tras la maldición de haber tenido un rector de la talla de Jorge Ordóñez, hombrecillo de cerebro diminuto y peores calañas. La deuda de más de 150 millones de pesos reportada oficialmente, según fuentes fidedignas, sobrepasa esa cifra por mucho, lo cual abre la caja de Pandora sobre un tema que fue omitido por el anterior gobierno y que no debemos entender como simple apatía gubernamental, sino como abierta complicidad, cuando no, uso directo de las influencias para saquear la única base real de una casa de estudios que desde hace años, no ha podido superar sus quebrantos de toda índole. Anteriormente, si bien la UNACH enfrentaba crisis financieras, no había tocado fondo y menos que llegara a endeudarse de tal forma. Las explicaciones en torno al espantoso adeudo, no son ni por asomo, creíbles toda vez que ninguna institución de esa naturaleza y envergadura podría sobrevivir tanto tiempo con déficits de ese rango.
Ahí hay muchas cosas de fondo que tratan de ocultarse. Por ejemplo, el asunto de las becas que no han sido cubiertas adecuadamente, los salarios mochados de los maestros y muchísimos programas educativos que fueron cortados o que simplemente no fueron puestos en marcha, a pesar de la erogación de los recursos destinados para tal fin. Durante la estancia de Ordóñez en la dirección de la UNACH, fueron muchas las quejas de despilfarro, abusos y desvíos de recursos que jamás se investigaron. Se supo que para la adecuación de un campo de fútbol que no era ni urgente ni necesaria, se erogaron cantidades industriales de dinero y hoy día, ese lugar luce en condiciones pésimas. También fue notoria la inversión en arreglos superfluos de las oficinas de la Rectoría, por cuyos trabajos hay reportes escandalosos de inversión.
Todo esto llama a sospecha. No es posible que ahora, el títere pablista que quedó con el empleo de rector, de explicaciones inútiles y faltas de calidad moral. O es cómplice de su antecesor o sencillamente, le han dado atole con el dedo. Es inaceptable que diga que la UNACH por más de 30 años venga arrastrando un déficit de ese tamaño. Ninguna empresa o institución podría aguantar un peso de tal magnitud. Lo que debe hacerse es investigar al anterior rector y que éste devuelva lo que pudo haber tomado sin ser suyo. Basta con recordar cómo vivía y qué tenía Jorge Ordóñez antes de asumir la rectoría y cómo vive y qué tiene hoy. Así de fácil. Los chiapanecos no necesitan explicaciones torpes y absurdas a un problema que a simple vista se ve como un acto de corrupción que no puede ni debe quedar impune. Si René Estrada abrió la caja de Pandora, que lidie con el caos que desató y que no salga con ilusorio palabrerío que solo lo deja como uno más de los saqueadores universitarios.
Visitante non grato
Con bombo y platillo, el hijo putativo de la pasada dictadura ha anunciado la visita de su “homólogo” a Chiapas, el cómplice de Pablo Salazar en las terribles violaciones a los derechos humanos, el señor José Luís Soberanes. No es grata la visita al estado de un hombre que cayó en las redes de una tiranía irascible y calló las atrocidades que en nombre de la “esperanza” y la “democracia” cometió un gobernante cruel y despiadado en contra de miles de ciudadanos, muchos de los cuales siguen purgando penas en las cárceles de la entidad. Ha sido el colmo de todos los males que se abatieron sobre los chiapanecos, que el presidente de la CNDH –que por obligación moral debió asistir a quienes fueron vulnerados en sus derechos– privilegió sus intereses egoístas, frente al imperioso compromiso de defender los derechos fundamentales de una sociedad democrática, derrumbada en ese entonces por leyes draconianas e inhumanas. José Luís Soberanes cerró todo el tiempo sus ojos frente al abuso inaceptable y prefirió el silencio ominoso para no fractur
ar la pretendida amistad entre él y Salazar. Lo hemos dicho siempre; durante la Proclama de San Cristóbal, en un discurso ante decenas de periodistas de todos lados y los entonces candidatos al Gobierno de Chiapas lo dije y lo vuelvo a reiterar hoy, en la víspera de una visita indeseable: “Cientos de mujeres ultrajadas en su intimidad, y la CNDH, silenciosa; cientos de ejecuciones extrajudiciales en la Frontera Sur, y la CNDH, silenciosa; presos sobreviviendo en condiciones infrahumanas dentro de las cárceles, y la CNDH, silenciosa; miles de indígenas despojados, y la CNDH, silenciosa; leyes inmorales y perversas atacando los derechos humanos, y la CNDH, silenciosa; miles de indígenas marginados y empobrecidos por la ausencia de políticas adecuadas, y la CNDH, silenciosa; periodistas amordazados por una ley draconiana, y la CNDH, silenciosa; colegas muertos en circunstancias sospechosas, y la CNDH, silenciosa; miles de damnificados en el abandono oficial, y la CNDH, silenciosa”.Nunca, durante la tiranía salazarista, la CNDH emitió una sola recomendación a pesar de las pruebas. Ahora viene su presidente a regodearse y a “firmar” acuerdos. ¡Por favor! Basta ver la estatura moral de su anfitrión para darnos cuenta que viene de paseo y a tomarse la foto. Tómese pues, como una declaratoria de visitante non grato.
Tarjetero
*** Dicen que el exgobernante chiapaneco viajó la tierra de Salvador Allende y el Pony Ruiz para promover las maquinitas esas de “gobierno express”. *** Joel Ortega debió morderse la boca cuando habló de la unidad de su partido, el PRD. ¿No es él, acaso, quien encabeza una de las bandas más poderosas dentro de ese instituto político? Se nota que la inmoralidad le brota hasta por los poros. *** La expulsión de dos prominentes alcaldes priístas de su partido, es un craso error. Son tiempos de unidad, no de expulsiones. Pero en fin, en el pecado habrán de llevar la penitencia. *** La profesora María Elena Torres Abarca, a pesar de los pesos y contrapesos, cumpliendo como puede en la subsecretaría de Educación. Eso habla bien de ella. *** Luego nos leemos.
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