Ir al contenido principal

Chiapas, tierra asolada

Artículo Único

Angel Mario Ksheratto


Consecuencias de la incompetencia y corrupción
Desde hace algunos años, en lo que va del sexenio, hemos visto a funcionarios municipales exhibidos públicamente, por turbas de gentes indignadas por la falta de resultados en la administración pública. La protesta es válida, legítima, aunque los métodos chocan y agreden los derechos humanos, principalmente porque muchos de los secuestrados, son funcionarios de tercer nivel, que no son los que ordenan el desfalco colectivo que obliga a tomar medidas de esa naturaleza.
En algunos casos, se ha procedido con extrema violencia, sadismo inaudito y salvajismo inaceptable. Recién, vimos a policías de Jaltenango, sometidos y
bajo la consiga popular de ser cremados vivos; en El Bosque, funcionarios municipales permanecían colgados en medio del monte, luego de haber sido secuestrados, en sus propias casas, por comandos de gente fuertemente armada. En San Juan Chamula, asesinaron al alcalde y colaboradores en plena plaza pública.
Casi todos los días, se tienen noticias certeras de ese tipo de acciones, lo que ha elevado dramáticamente el nivel de violencia en Chiapas, un estado que, si bien ha tenido permanentes conflictos sociales, no había llegado a condiciones deplorables como las ahora vistas.
Ello evidencia dos cuestiones: primero, la ineficacia del gobierno para atender las carencias en los municipios, erradicar la corrupción y cumplir con las promesas de campaña. Muchos de los problemas sociales, se han derivado de la falta de cumplimiento de los protocolos y normativas para transparentar el uso de los recursos públicos.
Segundo, la falta de autoridad moral y constitucional para meter orden y firmeza entre quienes, basados en la incompetencia oficial, han llevado sus protestas a límites nunca antes vistos.
Esa ausencia de poder, de gobernabilidad, ha provocado que cada alcalde, haga lo que mejor le convenga en su municipio. En el caso de Jaltenango, por ejemplo, la alcaldesa ha cometido cualquier cantidad de excesos y desvíos del erario, que obligó a la gente a tomar medidas extremas.
Igual ha sucedido en El Bosque y si revisamos municipio por municipio, encontraremos preocupantes desvíos de recursos, amén de la falta de éstos que, como en el caso de municipios pequeños, no les han sido ministrados por la secretaría de Hacienda, que es otro de los grandes problemas que está llevando a los ciudadanos a cometer graves ilegalidades.
En lo concerniente a la conflictividad desatada a todo lo que da, del sector gubernamental, poco o nada se sabe. Por ejemplo, no se ha sabido si los secuestrados en distintos municipios, han sido liberados y tampoco se sabe a qué arreglos han llegado y mucho menos, si hay detenidos por esas acciones.
La relación del gobierno con los medios de comunicación, está totalmente rota. Esa es la razón por la que no se informa, no se sabe y ello, contribuye a la incertidumbre y alimenta rumores que, como quiera que sea, minan aún más la credibilidad en el gobierno actual. La poca información que circula desde el oficialismo, aparte de escueta, es imprecisa, pobre y carente de pruebas.
La ingobernabilidad es un hecho inocultable; los chiapanecos —asolados por turbas y saqueados por una casta de políticos jóvenes que prometieron un cambio radical en la forma de gobernar, y terminaron siendo peor que los políticos tradicionales—, parecen no tener alternativa alguna para solucionar sus problemas
En esas condiciones, mucho tememos que las calenturas propias de un proceso electoral, desborden definitivamente los ánimos y nos veamos, no muy lejos en el tiempo, en medio de un conflicto político y social, mucho mayor del que ahora vivimos. Llámenme catastrófico si quieren, pero el panorama, no pinta más que nubarrones.
En esa vorágine de irresponsabilidad gubernamental, todo mundo hace lo que quiere, principalmente en los municipios. Hace unos días, se supo que el Síndico de Copainalá, enterró a un pariente en el patio de su casa, contraviniendo así, las leyes sanitarias y otros reglamentos de observancia general. Puede que en el tema que nos ocupa, no quepa, ni se acople a la tendencia violenta que se vive.
Pero es una muestra de la total falta de autoridad y el descarado incumplimiento de las leyes. Es una muestra de la falta de respeto a las figuras constitucionales que fueron electas para cumplir y hacer cumplir la Constitución, tanto de México, como de Chiapas.

En ese contexto, nada bueno esperemos. Y sí, preparémonos para lo peor, hasta en tanto, no se restablezca el estado de Derecho y no exista un gobierno serio, responsable, comprometido y efectivo. 

Las más leídas

Elba Esther Gordillo, sinónimo de corrupción y arbitrariedad

Fichero Político Angel Mario Ksheratto Cínica, la pseudodirigente magisterial no deja lugar a las dudas respecto a su debilidad por el dinero ajeno. Cuando hace unos días Elba Esther Gordillo Morales, dijo que vivía de su “modesto” sueldo como dirigente sempiterna de un grupo de maestros conocidos como “charros”, nadie le creyó; su larga historia de corrupción, mentiras, simulación y sometimiento, dijo rotundamente lo contrario. Ella misma se encargó de confirmar la incredulidad de los mexicanos, regalando doce camionetas de súper lujo a igual número de dirigentes estatales. Sin duda, un acto de inmoralidad espantosa que obliga a exigir a ésta señora, alejarse definitivamente de la espuria dirigencia que dice tener en sus manos. Vergonzosamente, en ese mismo evento la supuesta dirigente magisterial exigió al Gobierno Federal más presupuesto, según ella, para mejorar las paupérrimas condiciones de la educación en México. Imposible creer que ése dinero vaya a las escuelas de cartón que

Apunte sobre la entrevista Scherer-Zambada

Fichero Político Angel Mario Ksheratto "El narcotráfico está en toda la sociedad", dijo el capo de la droga al periodista Julio Scherer García, fundador de "Proceso". A juicio de uno de los capos más buscado y perseguido por los gobiernos de México y Estados Unidos, toda acción legal contra el narcotráfico, no modificaría el posicionamiento que han logrado y que, deja entrever, se ha alcanzado gracias a una de las enfermedades crónicas que padece el país: la corrupción. Frente al emblemático periodista mexicano, Julio Scherer García, uno de los referentes periodísticos de mayor trascendencia en América Latina, el capo suelta una verdad estremecedora, abrumadora, perturbadora: “el narco está en la sociedad”. Para los persecutores de éstos, la frase debería ser un reto; para los mexicanos, es desalentador. El flagelo ha permeado por todas partes, en todos los estratos sociales, en todos los rincones de la región. Es, quieran o no reconocerlo las autoridades de todos l

Las rabietas de MVC

Artículo Único Angel Mario Ksheratto D e manera imprevista, el senador golpea con fuerza el lujoso e impecable escritorio; suelta imprecaciones, enreda sus dedos en el cabello y, con los puños cerrados, vuelve a castigar al mueble en el que no hay un solo papel. —¡Es un malagradecido!, —explota y se queja—: ahora, ni la llamada me toma… Ni él ni sus funcionarios, ¡carajo! La urgencia de hablar con su sucesor —y no obtener respuesta—, tiene fundados motivos para enfurecerlo: seis de sus ex colaboradores, están siendo seriamente investigados y de al menos cuatro, se tienen evidencias claras de desvíos de recursos y uno, ya tiene orden de aprehensión, misma que, inexplicablemente, no se ha ejecutado. Aunque por lo pronto, las indagaciones de millones de pesos desviados no lo alcanzan a él, sí a sus funcionarios, lo que mediáticamente podría afectarle en sus aspiraciones para saltar del Senado al Gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde donde pretende construir una