Prueba de fuego

Vínculo

Fichero Político

Angel Mario Ksheratto

Como es tradición cada que empieza un nuevo gobierno, los estudiantes de la Normal salieron ayer a las calles para hacer escuchar su voz y para demostrar su “cultura tapacalles”, ésa que por lo general obliga al ciudadano a mandarlos por un tubo. Durante casi toda la mañana, las calles adyacentes al palacio de gobierno permanecieron cerradas al tránsito vehicular, lo que ocasionó un verdadero desbarajuste al que, por cierto, ya estamos acostumbrados, pero que no deja de causar molestias. Llamó la atención que ésta vez, los manifestantes no eran los tradicionales greñudos que cada sexenio se apoderan del centro de la ciudad, sino muchachitos bien bañados, peinados a la moda, güeritos; chamacas simpáticas, fresitas, en fin, distintos y con un discurso “conciliatorio” con las escuelas particulares, históricamente tratadas como la peor escoria del estudiantado por ese importante sector. Es más, el arengador no era el clásico flemático que repitiera frases chevistas o entonara los clásicos coros de la lucha estudiantil de abolengo, sino que ésta vez, la voz grabada de un reconocido locutor de programas juveniles, hacía llamados mesurados, muy al estilo de esos programas de radio modernos. Y los chamacos, como corderitos, a la primer señal de uno de sus dirigentes, corría hacia donde se les indicaba, como si de un ensayo de bandas de guerra se tratase. Diferente, pues. ¿Eran normalistas? La duda es canija.

De todas formas, es una prueba de fuego para cualquier gobierno en ciernes, pues del comportamiento que con ese tipo de tendencias se tenga, se determina la política en cuestiones de movilización social; es decir, ahí se sabrá si será un gobierno tolerante y sensato o si habrá de recurrir a los métodos de cerrazón y contienda con los estudiantes. Con Pablo Salazar, recordemos que hasta mataron a uno de los participantes en las movilizaciones normalistas y se persiguió a sus dirigentes. En otras palabras, el parámetro de todo gobierno doméstico es el resultado que se obtenga de ése tipo de movimientos y toca al de Sabines, otorgar la respuesta adecuada, siempre y cuando los normalistas fundamenten su petición real pues lo que ayer plantearon, debemos ser honestos, no le encontramos ni pies ni cabeza, aunque se captó la inconformidad contra el secretario de Educación, Herminio Chanona, cuya ineficacia en esa institución es notoria y por tanto, justifica en parte la decisión de los normalistas de salir a las calles para afectar los derechos del resto de ciudadanos.

Cerrazón e ineptitud

Platicando con uno de los presuntos líderes del sitio al centro de la ciudad, nos enteramos que el secretario Chanona ha tenido un comportamiento desdeñoso hacia los estudiantes. “Nos ha pospuesto las reuniones como en quince ocasiones y siempre pone como pretexto que tiene reunión con el gobernador o que está en México gestionando recursos para la educación en Chiapas”, contó el dirigente. En un momento los mismos normalistas escucharon decir al titular educativo que “ya dejaran de estar chingando”, que se pusieran a estudiar que para eso estaba él, para resolver sus problemas. Pésima percepción de la crisis educativa porque ayer, reventó por la parte más delgada y deja al señor Chanona como un incompetente que en menos de tres meses, ya tiene un incendio en riesgo de extenderse.

El pretexto de estar en la Ciudad de México “gestionando recursos” para el sector educativo de la entidad, es por demás mentiroso, pues cuando la Federación dejó en paños menores a Chiapas en cuanto a gastos educativos, Herminio Chanona, ni se inmutó y aceptó la imposición federal sin el menor de los gestos. De no ser por las gestiones e intervención de la subsecretaria Torres Abarca, esos recursos su hubieran perdido. El titular se quedó aquí en Chiapas, agarrándose a trompadas con sus subalternos, elaborando informes “de inteligencia” para Emilio Zebadúa y mandando “a la chingada” a los estudiantes que solo pedían una respuesta a sus planteamientos.

Herminio Chanona, por lo que vemos, no tiene capacidad, no está preparado para un cargo de esa envergadura. Tratar a un sector en sumo delicado como los normalistas (y no que éstos chamacos tengan peso moral sino por lo revoltosos que son) con la punta de las patas, es un lujo que no se puede permitir un secretario de Educación y menos, cuando debe entender –y atender– el espíritu de un slogan que va más allá del gesto propagandístico: Hechos, no palabras. Si Juan Sabines ha puesto en práctica su propia filosofía de trabajo gubernamental, Chanona está doblemente obligado a hacerlo, en virtud de estar representando en el gobierno a un partido con tendencias magisteriales. ¿O será que no lo hace por atender las imposiciones de Zebadúa? En todo caso, su renuncia es lo que más conviene, antes que los normalistas se salgan del huacal.

Tarjetero

*** En Comitán, el PRI y el PAN firmaron una carta de buenas intenciones de cara al proceso electoral de éste año. La acción es buena, pero habrá qué ver a la hora de los cocotazos, la de trapitos al sol que se saquen. *** Hugo, es un empleado de la secretaría de Gobierno y según dice él, sobrino de Jorge Morales Messner, el encargado de la política interna. Si es cierto, primero vemos una cuestión de nepotismo, pero lo más grave es que esa dependencia rentó un autobús por 30 mil pesos al señor Israel Ruiz Zepeda, quien al momento de cobrar sus honorarios se llevó la sorpresa que Hugo ya había recibido, endosado y cobrado el cheque. Para tratar de salvar el pellejo, Huguito le dio un cheque personal por la misma cantidad, solo que al cobrarlo el señor Ruiz, el documento no tenía fondos. ¿Ya empezamos con cochinadas señores? *** Luego nos leemos.

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